Olas de calor o de frío y sequías también están modificando
el comportamiento de plantas y animales que deben mudarse o cambiar su ciclo
vital.
por Lucas Viano
En la década de 1990, Camille Parmesan se dio cuenta de que
algo andaba mal con sus mariposas. Estudiaba la especie Euphydryas editha, que
habita en California. A diferencia de la mariposa monarca, que es migratoria,
esta especie deambula en un espacio no mayor a unas canchas de fútbol. Sin
embargo, se estaba mudando. La razón era el cambio climático.
Su estudio fue pionero. Ahora se sabe que unas cuatro mil
especies muestran alteraciones provocadas por eventos locales asociados al
cambio climático, precisó Parmesan en una conferencia del Congreso Anual de la Asociación Americana
para el Avance de la Ciencia
que se realiza en Boston.
“Están distribuidas por todo el mundo. El impacto es en
todos los ecosistemas terrestres y marinos. La mitad de estas especies está
cambiando su hábitat y su distribución, mientras que dos tercios están
alterando los eventos importantes en su ciclo vital como el apareamiento,
migración o florecimiento”, explicó. Y agregó: “Sabemos que esos cambios se
deben a eventos climáticos extremos, como un año con sequía, una ola de calor o
frío de varios días, o primaveras falsas, cuando se dan días de calor durante
el invierno”.
La comunidad científica estadounidense está preocupada por
hacerle entender a la sociedad los efectos del cambio climático. Pero la
mayoría no se engancha con predicciones catastróficas que pasarán o no dentro
de varias décadas.
Los eventos climáticos extremos, como el huracán Sandy o la
reciente tormenta de nieve Nemo, son la clave. Tormentas y vendavales como estos
impactan tanto en la ciudad como el campo y la gente quiere saber qué está
pasando con este tiempo loco.
Los daños. Donald Wuebbles, climatólogo de la Universidad de
Illinois, aseguró que el incremento de estos eventos extremos es muy grande,
tanto en términos de vidas humanas y como económicos. “EE.UU. ha incrementado
el gasto para revertir sus consecuencias en miles de millones de dólares en los
últimos 32 años. En 2011 hubo 14 eventos de este tipo”, puntualizó. Y agregó:
“No es el calentamiento global el problema, sino que el cambio climático está
aumentando estos eventos que sí son una preocupación real”.
A pesar de que falta tomar las decisiones, los seres humanos
tienen una mejor capacidad para adaptarse a estos cambios. El resto de la
naturaleza parece más frágil ante el cambio climático pues se combina con otros
problemas ambientales como la pérdida o degradación del hábitat y la
contaminación, señaló Parmesan.
“Hay que entender el cambio climático no sólo como el
incremento de los gases de efecto invernadero, sino en conjunto con otros
cambios ambientales. Si reducimos esas otras variables estresantes, los
ecosistemas se recuperan” puntualizó. Y ejemplificó con lo que sucede con la
sobrepesca: “Al controlar esta actividad, la biodiversidad del mar se recupera
rápidamente a pesar de que el agua es más cálida que tiempo atrás”.
Otra solución que se está llevando a cabo es la migración o
colonización asistida. “Algunas especies podrían habitar otro sitios pero no
pueden llegar hasta allí porque hay barreras humanas que se lo impiden, como un
campo o una autopista. El hombre las está trasladando. Es riesgoso porque puede
significar una invasión, pero es la única manera de salvar especies”, aseguró.
Fuente:
Lucas Viano, 4.000 especies afectadas por los eventos climáticos extremos, 16/02/13, La Voz del Interior.
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