Desde arriba. Campos anegados en la zona de Freyre, en el nordeste de la provincia. El agua lleva tiempo acunulada sin escurrir. Foto: Radiocanal |
En la zona de Freyre, estiman que unas 40 mil hectáreas
llevan ya varias semanas inundadas. Hay pérdidas agrícolas del lado cordobés y
del santafesino. Reclaman por demoradas obras de canalización rural que
permitan evacuar los excedentes hídricos.
por María Laura Ferrero
Las lluvias de febrero y marzo dejaron un panorama crítico
también en algunas áreas del este cordobés y el oeste santafesino. Unas 40 mil
hectáreas de campos productivos de ambas provincias están bajo agua, en algunos
casos desde hace semanas, y con pérdidas económicas millonarias.
En Córdoba, la zona más complicada es la que rodea a
la localidad de Freyre, entre San Francisco y la laguna Mar Chiquita.
En la zona urbana de Freyre, además, el agua viene generando
serios trastornos por la suba de las napas que llegan casi el nivel del suelo.
Los productores agropecuarios de la región comenzaron a
movilizarse para encontrar una solución que permita escurrir la enorme masa de
agua acumulada tras los casi mil milímetros caídos en estos últimos cuatro
meses, en el área que incluye a las localidades cordobesas de Freyre, Josefina,
Colonia Iturraspe y San Francisco. Por el lado santafesino la situación es
crítica también.
Los dueños de campos indican que la falta de canales de
desagües que lleguen finalmente a la desembocadura del río Salado provoca que
el agua que se desplaza desde San Francisco hacia el norte se acumule y forme
una enorme “palangana”, sin un sistema que permita su canalización para
evacuarla.
Néstor Roggero, productor agropecuario de Freyre, remarcó
“la necesidad de que
los gobiernos
de las provincias de Santa Fe y Córdoba trabajen en forma conjunta, como
región, para tratar de resolver esta situación”. Según planteó, “hace más de
30 años que no se realizan obras en esta zona que eviten o reduzcan estos
problemas”.
En la región, reclaman la planificación de nuevos canales
que lleven los excesos hídricos hasta la desembocadura del
río Salado.
Roggero precisó que hay campos que acumulan hasta 80
centímetros de agua.
La Provincia evalúa los pedidos ya formulados para que se
declare la emergencia agropecuaria en esa zona. “Se debería declarar zona de
desastre porque hay productores que perdieron toda las cosecha de esta campaña
y que estarán paralizados alrededor de seis meses”, indicó Roggero.
La mayor parte de la superficie rural afectada es utilizada
para cultivos, sobre todo de soja. “Las pérdidas son millonarias, y vamos a
tener que esperar a que se evaporen las aguas para volver a producir porque no
hay ninguna obra para escurrirlas”, afirmó Roggero. Otro punto es que el agua
estancada afecta luego también al suelo.
Freyre: napas arriba
La localidad de Freyre tuvo graves inconvenientes en 2012
por una inundación. Ahora, lleva semanas en “estado de alerta” porque al agua
que la asedia de los campos que la rodean, se suma la que sobra también en el
subsuelo.
El pueblo, de siete mil habitantes, tiene inconvenientes por
el alto nivel de las napas freáticas, que tampoco tienen circulación y que
generan que brote agua desde los suelos, además de riesgos de colapso de la red
cloacal o de los pozos ciegos.
También la ciudad de San Francisco, y otros pueblos de la
zona, están en emergencia debido al nivel de las napas y al escurrimiento de
desagües cloacales a canales abiertos.
Baja el río en Bell Ville
El nivel del río Ctalamochita sigue bajando, luego de su
inusual crecida. En Bell Ville, la ciudad más comprometida por esa creciente,
ayer estaba en cinco metros (4,85 menos de los que supo medir en el pico del
incremento, del 4 de marzo). La ciudad, sitiada durante tres semanas, ya
empieza a normalizar su actividad cotidiana.
Fuente:
María Laura Ferrero, El agua complica también al nordeste, 29/03/14, La Voz del Interior.
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