jueves, 31 de julio de 2014

La mitad de los líquidos cloacales apenas se trata

Percoladores. En estos piletones comienza el tratamiento biológico de los desechos cloacales. Foto: Antonio Carrizo

Sólo se les aplica un poco de cloro antes de enviarlos al Suquía. Desde el municipio, dicen que ya se compró el variador roto y que pronto se instalará.

por Diego Marconetti

La planta de Bajo Grande se encuentra trabajando a la mitad de su capacidad, por lo que gran parte de los líquidos cloacales que llegan para ser procesados son derivados al río Suquía sólo con un poco de cloro.

La planta de Bajo Grande se denomina Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) y se ubica en la zona de Chacra de la Merced, en el extremo este de la ciudad de Córdoba. Las instalaciones se erigen en el margen norte del río Suquía, que recibe los líquidos cloacales tras el tratamiento de depuración.

Ayer, este diario recorrió las instalaciones y corroboró que una parte importante de las aguas negras se derivan por un canal al sector de cloración y de allí van a parar al Suquía.

Julio Ariza, delegado de los empleados de la planta, comentó que Bajo Grande está trabajando en un 50 por ciento. “Hoy está rota una bomba de tres mil metros cúbicos, y lo que no se bombea va al río”, comentó el delegado. Esa bomba toma los líquidos que ingresan a la planta y los eleva a los sedimentadores, donde se retiran los barros. De allí, van a los percoladores que realizan el tratamiento biológico de los líquidos y luego se cloran, para terminar en el Suquía. En tanto, los barros se derivan a los biodigestores. “Al no funcionar esa bomba, los líquidos se desvían porque no hay dónde meterlos. Esa bomba tiene quemado el variador de frecuencia desde hace un mes”, afirmó Ariza.

Además, de los cuatro canales mecánicos de la parte más antigua de la planta, sólo funciona uno. Allí se retiran los materiales sólidos que arrastran los efluentes cloacales. “Los canales están parados porque no llegan los elementos para repararlos”, dijo el empleado.

El secretario de Infraestructura municipal, Héctor Di Forte, aseguró que ya se compró la bomba fuera de servicio: “Se rompió un variador hace ocho días, lo que complicó el tratamiento. Lo compramos, costó 380 mil pesos”. En realidad, hace ya dos semanas que en el Ejecutivo se sabía que el equipo estaba roto, según comprobó este diario. Di Forte aseguró que se instalaría en breve.

Tampoco están funcionando todos los biodigestores ni las calderas. “Llegan a la planta un promedio de 8.500 metros cúbicos por hora de líquidos cloacales. La mitad se larga con cloro al río, pero la otra mitad tampoco recibe el tratamiento correspondiente”, sostuvo Ariza.

Insalubre
En la planta trabajan unos 70 empleados. El ámbito fue declarado insalubre por el Ministerio de Trabajo de la Nación, debido a la exposición a los líquidos cloacales y a los gases que despiden. De hecho, este periodista estuvo apenas unos minutos en el lugar, y aparecieron reacciones en su cuerpo como irritación en los ojos y picazón en las vías respiratorias.

Ayer, los empleados realizaron una asamblea en la que determinaron no aceptar más horas extras ni recargas horarias. Es que, por ser un ámbito insalubre, deben permanecer seis horas pero terminan trabajando en turnos de 12 horas.

Además, dicen no disponer de elementos de protección. Ariza comentó que las enfermedades pulmonares, gastrointestinales y cardíacas son recurrentes entre los operarios.

Justicia y emergencia
Hay que recordar que la semana pasada se conoció que la Justicia ordenó a la Municipalidad y a la Provincia instrumentar medidas de mitigación por la contaminación que produce la planta de Bajo Grande. Deberán realizar un censo sociodemográfico de la zona afectada y el despliegue de un cordón sanitario entre el kilómetro dos y el 12 del camino a Chacra de la Merced.

El plazo para instrumentar esas medidas vence el próximo 26 de agosto. La decisión se tomó tras dos peritajes que detectaron deficiencias en el tratamiento cloacal. Además, el concejal opositor Marcelo Rodio presentó un proyecto para que se declare la emergencia ambiental en la zona.

Historia de la planta

Construcción. La Edar se construyó en 1987, con una capacidad de tratamiento de cinco mil metros cúbicos por hora. En 1998 ya se encontraba al límite, y fue sobrepasada en sus posibilidades de procesamiento.

Ampliación. En 2006 se comenzó a construir una ampliación, que permitiría tratar 10 mil metros cúbicos por hora y que debía finalizarse para mediados de 2009. Sin embargo, recién se terminó de construir y se puso en funcionamiento en el primer trimestre de 2011. 
La obra costó más de 120 millones de pesos.

Más de una década con el mismo problema

La Provincia también tiene su cuota importante de responsabilidad, ya que el río Suquía es su jurisdicción. Sólo aplicó multas al municipio cuando hubo disputas políticas con el intendente de turno.

por Diego Marconetti

El problema de la contaminación en el río Suquía producida por la planta de Bajo Grande no es nuevo. Desde 2000 se viene denunciando que se encuentra desbordada y que se arrojan al curso de agua líquidos con escaso tratamiento.

Pese a que en 2011 se habilitó una ampliación que debió resolver el problema, eso no ocurrió por las deficiencias en la obra. Así quedó reflejado en un peritaje que realizaron ingenieros de la Universidad Nacional de Córdoba en el marco de una causa judicial.

Esa ampliación fue ejecutada por la Nación 
y demoró tres años más de lo previsto. Se inició en 2006 y debía concluir en 2008.

El Gobierno nacional también se había comprometido a financiar con unos 500 millones de pesos el Plan Integral de Cloacas (PIC) elaborado por el municipio. El PIC incluía la construcción de una nueva planta y la extensión de redes a toda la ciudad, que tiene el 60 por ciento de la población con ese servicio. Desde 2011 no se supo más nada de esta iniciativa.

La Provincia también tiene su cuota importante de responsabilidad, ya que el río Suquía es su jurisdicción. Sólo aplicó multas al municipio cuando hubo disputas políticas entre el gobernador y el intendente de turno. Tampoco se involucra en una solución, pese a que la contaminación afecta a toda la cuenca aguas debajo de la planta, excediendo los límites de la Capital.

Finalmente está el municipio. En las gestiones anteriores se permitieron decenas de miles de nuevas conexiones, hasta que se superó la capacidad de tratamiento de la planta. Y no se controló como se debía la construcción de la ampliación. La intendencia actual sigue extendiendo las redes, pero sin solucionar el tratamiento. Dispone de fondos que se recaudan a través de la tarifa del agua, aunque están dirigidos a disponer de 22 mil nuevas conexiones en unos seis meses. Eso implicará más líquidos que llegarán a Bajo Grande que no podrán ser procesados como corresponde y serán arrojados al río Suquía.

Entrada relacionada:
Piden emergencia ambiental en el Suquía
Fuente:
Diego Marconetti, La mitad de los líquidos cloacales apenas se trata, 31/07/14, La Voz del Interior.
Diego Marconetti, Más de una década con el mismo problema, 31/07/14, La Voz del Interior.

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