martes, 17 de febrero de 2015

Sierras Chicas: buscando los porqués

Villa Allende sufrió la peor inundación de su historia. Foto: El doce blog

Especialistas en biología, estudios sobre el clima y la geología aportan claves para pensar: no tanto si pudo o no preverse, sí cuáles fueron los elementos que favorecieron las crecidas violentas de los habitualmente tranquilos arroyos de las Sierras Chicas.

Desmonte y urbanización en la lupa de los expertos

Ana Singolani
Doctora en Biología

Desde la Biología no pueden aportar razones sobre una desbordante precipitación; pero sí pueden echar luz sobre otras causas que intervinieron en los resultados que sufrieron los vecinos serranos.

Ana Singolani, investigadora especialista en la biología de las sierras cordobesas, plantea dos posibles causas que favorecieron las consecuencias de una precipitación que superó toda previsión: la deforestación de los bosques nativos y su combinación con una mala estrategia de urbanización y los pasados incendios. Según la docente esto provoca que “cuando cae la lluvia no es amortiguada ni penetra en la tierra, sino que el suelo desnudo hace que se escurra y se escape más agua”.

Además, destacó que actualmente existen bosques de árboles “extranjeros”, que no cumplen la función que se precisa en la zona. Un caso típico son los Siempre Verdes, que no dejan pasar la luz, por lo que no crecen a su sombra suficiente cantidad de plantas rastreras, un “colchón” necesario para recibir las lluvias. El desmonte en gran escala se presenta como el más dañino pero el vulgarmente conocido “desyuyaje”, que realiza el vecino serrano, conspira contra la función de absorber el agua. Otro de los ítems señalados y al que considera “más grave”, es la forma en la que se urbaniza. “Es importante saber que no se debe construir al margen de ríos o arroyos”, recalcó la docente de la UNC y dijo que esos sectores “se deberían delimitar y trasformarse en reservas naturales”.

También marcó los problemas que generan la construcción en las laderas: “Se deben tener presente los drenajes, no construir paredes para impedir que llegue el agua, sino reconocer el curso natural y respetarlo”.

“El río busca lo que le pertenece”

Para la Geóloga Graciela Argüello, consultada por Día a Día, es tan amplia la variedad de situaciones particulares (área urbana, zona de piedemonte, valles y localidades serranas) que no cabe una explicación única, salvo la mención del propio disparador que fue la precipitación. Pese a ello pudo determinar algunos motivos que habrían colaborado a magnificar los daños sufridos por vecinos. El principal sería la “vulnerabilidad”, es decir qué lugar elige el hombre para urbanizar y realizar sus construcciones.

“El río viene a buscar lo que le pertenece y tarde o temprano lo va a reclamar”, aseguró en relación a las construcciones sobre los llamados “paleocauce” (cauces secos). Uno de los ejemplos es la Plaza de Río Ceballos o el mismo San Carlos Minas.“Hay que preguntase cuál es la vocación real del territorio, y de esta manera todo lo que se construya será seguro”, dijo la especialista.

Por otro lado Argüello señaló la falta de mantenimiento de los diques en la provincia. El dragado periódico es indispensable ya que “tienden a colmatarse por la sedimentación en el fondo, por lo que con menos agua se desborda enseguida”. De esta manera, al estar saturado se requiere con más urgencia la apertura de válvulas, lo que genera las crecientes en los ríos aguas abajo.

Cuando sucede, sucede. La docente, que ha investigado sobre el cambio climático, tranquilizó asegurando que este fenómeno es simplemente una “variabilidad climática” y que “es parte de una dinámica natural”. Destacó también que el fenómeno de “El Niño” en nuestra región, favorece este tipo de tormentas intensas pero dijo que “estos eventos picos suceden estadísticamente cada 500 años”.

Tras analizar desde su especialidad el desastre que enfrenta Córdoba, Argüello subrayó la necesidad de marcar prioridades y realizar inversiones. Para ella, los planes de trabajo, deben ayudar a evitar las consecuencias materiales ya que “es poco lo que se puede hacer frente a la naturaleza, pero lo posible hay que hacerlo”.

Advertencia bloguera. En www.locosporlageologia.com.ar, Graciela Argüello escribe posts en los que divulga y explica fenómenos desde su materia. Allí, además de desarrollar su análisis de los sucedido en las Sierras de Córdoba deja sentado un vaticinio frente a los días después del diluvio.

“No quiero ser alarmista, pero pueden esperarse deslizamientos, derrumbes y desplomes en zonas de topografía abrupta, por la sobrecarga que en los materiales provoca la sobresaturación”, advierte. Por último aconseja el control de los pilotes de los puentes.

El tormentoso dilema de lo impredecible

Javier MarTín
Profesor de Física de la UNC

Las copiosas precipitaciones sucedidas durante el domingo 14 han despertado polémicas sobre qué pudo haberse hecho desde la ciencia y la tecnología, para prever un desenlace tan doloroso.

Ante ese dilema, dos especialistas de la materia explicaron -casi al unísono- que lo sucedido en las Sierras Chicas era imposible de anticipar a través de los equipos que posee el servicio meteorológico de Córdoba.

Sobre ese tema, el meteorólogo Carlos Eschoyez, dijo a Día a Día que “los módulos físicos y matemáticos que actualmente tenemos en la provincia no permiten visualizar el desarrollo de nubes verticales, muy frecuentes en este tipo de sucesos climáticos”.

En esa misma línea, el ingeniero y divulgador científico Javier Martin, señaló que lo sucedido este domingo fue un “hecho inusual”. También indicó que “una tormenta así, resulta difícil de anticipar un día antes. Son tipos de tormentas que se desarrollan rápidamente”, resumió el profesor de la Universidad Nacional de Córdoba.

En consecuencia, ambos especialistas coincidieron en que “la tormenta pudo haber pasado en cualquier lugar”. No obstante, los expertos también se mostraron esperanzados con la instalación del nuevo Radar Meteorológico Argentino (RMA-1) que funcionará (sin fecha confirmada) en la UNC. Para los profesionales, esta tecnología es la que permitirá visibilizar fenómenos climáticos similares a los sucedidos durante el fin de semana.

Antecedentes

Para Eschoyez, “esta magnitud de tormentas suelen darse en zonas descampadas, en verano y cerca de sierras”. “Estas tormentas se generan en 3 a 4 horas, sin tener imágenes previas de su inestabilidad. Por eso no se puede informar rápidamente a la población”, añadió el meteorólogo.

Consecuentemente, Martín dijo que a diferencia de otros años, “este verano se presenta con mayores registros de humedad”. “Antes había frentes fríos del sur que permitían arrastrar la humedad, pero ahora eso no pasa”, describió.

El uso del domo, parece estar fuera de radar

Tras la crisis climática en las Sierras Chicas, los profesionales consultados por Día a Día, Carlos Eschoyez y Javier Martín, respaldaron el futuro uso del nuevo Radar Meteorológico Argentino (RMA-1). Ellos aseguraron que mediante este domo, ubicado en la Universidad Nacional de Córdoba, se podrá tener un diagnóstico anticipado sobre la formación de tormentas, en un radio de 200 kilómetros. Será uno de los tantos radares comprados por el Estado Nacional y distribuidos por todo el país. Ahora bien, ni autoridades universitarias, ni del Gobierno provincial, pudieron comunicar cuando se pondrá en funcionamiento este nuevo radar climático. Seguramente, las consecuencias sufridas por la reciente tormenta, hagan que finalmente el proyecto tecnológico tome su cauce.



Fuente:
Sierras Chicas: buscando los porqués, 16/02/15, Día a Día Córdoba.

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