lunes, 12 de octubre de 2015

Tilquicho: un fantasma escondido en el monte de Traslasierra



Fue una de las localidades más pujantes de la región a comienzos del siglo 20. Hasta que se terminó la leña y el tren dejó de pasar.

por Héctor Brondo

La locomotora Beyer Garratt del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP) exhaló una bocanada espesa de vapor por la chimenea de la caldera y la timonera de los frenos.

La oruga gigante empezó a traquetear con pachorra y el crujido de los pistones sonó como una seguidilla de detonaciones secas bajo el cielo de chapas de la estación de Tilquicho.

No había lugar para un tronco más en los vagones.

En el andén, los chicos jugaban como siempre a adivinar cuántos coches había en la hilera: “uno... cinco... 10... 22...”.

Quizá, entonces, nadie imaginara siquiera que ese sería el último tren con destino a Buenos Aires. Ya no quedaba más leña en el monte y muchos hacheros se habían marchado por la escasez de trabajo.

El convoy partió repleto de madera dura y remolcó con ella el sueño de los tilquichenses.

Así, en fecha incierta, el pueblo comenzó su viaje por la trocha del olvido.

Huellas en la espesura
Tilquicho se encuentra en el extremo sur del departamento San Javier, justo en el límite con San Luis.

Las ruinas del antiguo apeadero siguen escondidas en la espesura achaparrada, en el kilómetro 198 del ramal a Villa Mercedes (San Luis). Allí donde los valles de Traslasierra y Conlara -al oeste cordobés-, funden su memoria a los rieles de acero oxidado.

El río Conlara es la frontera natural que separa al paraje cordobés del suelo puntano.

Este caudaloso torrente ofrece al paisaje su última cascada en ese punto del mapa; los lugareños conocen al salto de agua como “El remanso”. Se trata de una referencia ineludible para los cultores de los periplos alternativos.

El caserío adoptó el nombre del cacique Telqui, Tequi o Tilquicho, según el antropólogo que se consulte.

El pueblo comechingón es originario del valle, donde dejó testimonios en la piedra labrada o como restos de pircas extraviadas en la montaña.

“La región estaba comprendida en el territorio que la Capitanía General de Chile entregara en merced a Toro Mazote”, comenta Oscar “Negro” Heredia a los forasteros. Este médico, documentalista aficionado y ex intendente de Villa Dolores (22 kilómetros al norte de Tilquicho), toma la referencia de la docente e historiadora Raquel López Milani, tilquichense recientemente desaparecida.

Esta narradora y poeta suponía que los conquistadores españoles -que en el siglo XVI llegaron a la hondonada remontando el Conlara-, “deben haberse quedado maravillados cuando descubrieron tan bello e inmenso bosque de algarrobos”, que cubría los faldeos con un manto espeso desde allí hasta La Cocha, al sur de Tucumán, según sus apuntes propios.

Esa riqueza silvestre atrajo -casi al mismo tiempo- al ferrocarril y a empresas forestales.

Ambrosio Milani instaló un aserradero en la entrada del pueblo y en el otro extremo armó el suyo el “ruso” Elkin Stein.

El tren del “progreso”
En 1905, el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (BAP) inauguró la estación de Tilquicho, en el tramo comprendido entre las terminales Adolfo Rodríguez Saá (San Luis) y Villa Dolores.

El entonces gobernador José Vicente de Olmos saludó el “valioso aporte al progreso”. Lo hizo a través de un telegrama a la compañía de capitales británicos. La firma inglesa daba así un paso importante en su afán de unir por tren al principal puerto marítimo de Argentina con el Muelle Fiscal de Valparaíso, en Chile.

“A partir de ese acontecimiento histórico para la región, la población de Tilquicho comenzó a crecer, a tal punto que en el censo de 1947 (durante la presidencia de Juan Domingo Perón) el pueblo tenía más de siete mil habitantes; era el segundo con más gente en San Javier, detrás de Villa Dolores”, dice Heredia.

Dora Sualdea de Garro, de la vecina Punta del Agua, cree en cambio que “la población estable no debía ser mucha” (1), porque “nunca se levantó un templo en Tilquicho”.

Sólo astillas del pasado
El BAP construyó la estación ferroviaria y el amplio galpón de enfrente en el predio donde hasta entonces funcionaba el único apeadero de la región. Allí se apilaban los troncos que traían los carreros y los aserraderos ofrecían a la venta.

También los arrieros utilizaban el brete para cargar en los vagones del tren las mulas y la hacienda que producían las prósperas estancias de la zona, como las de Manuel Miranda, José Belascuain o Juan Feliciano Manubens Calvet.

Sin embargo, la extracción intensiva agotó en pocas décadas el monte. Así, en un lapso impreciso, el pueblo se quedó sin tren y sin hacheros.

Los registros oficiales dicen que el código postal de Tilquicho es X5873 y que la Epec está presente con centros de atención. También, que el ramal abandonado pertenece a la empresa estatal Trenes Argentinos Cargas y Logística, que no presta servicios desde 1993.

Pero lo cierto es que hace mucho más tiempo, el pueblo inició su marcha por la trocha del olvido y hoy es apenas un fantasma en ruina escondido en el monte de Traslasierra.

(1) “Tilquicho: donde murieron los sueños” / Documental de Oscar Heredia.



Disputa política por la “Niña Mechita” y su escuela

Mercedes Funes era maestra de alma. A edad temprana, respondió al llamado de la vocación y luego llegó a Tilquicho.

Hizo propia la idea de Domingo Faustino Sarmiento de hacer del país una gran escuela pública, gratuita y abierta a todos. Dio los primeros pasos en esa dirección enseñando a leer, a escribir y las nociones elementales de la aritmética a los hijos de los peones, puesteros y capataces que empleaba en el campo su padre de crianza: don José “Pepe” Belascuain, un respetado caudillo radical de la región.

También, educó a los trabajadores rurales para rescatarlos del analfabetismo.

La “Niña Mechita” -como la llamaban en Tilquicho- era una cabal exponente de la belleza de la mujer criolla de la época: de mirada intensa, sonrisa fresca y cabellera larga y renegrida. A esas características les sumaba pasión y firmeza de convicciones.

Cuando Belascuain fue designado intendente del departamento San Javier, donó tierra y dinero para construir la primera escuela de Tilquicho. El edificio se levantó en la calle principal, paralela a las vías, a unos 1.500 metros de la estación de trenes. La BAP aportó una buena suma de pesos moneda nacional para pupitres, pizarrones, esteras y otros elementos de uso en el aula.

Todo en una

Durante varios años, Mercedes Funes se desempeñó como directora y única maestra de la institución. También organizó la Cooperadora Escolar, encargada de los bailes y eventos que se realizaban en el salón ferroviario, con el fin de recaudar fondos.

A falta de iglesia y clubes, la escuela se convirtió en el principal espacio de encuentro de las familias tilquichenses y promotora de las actividades sociales, deportivas, educativas y de recreación de la zona.

Y Mechita, por esas razones, en una influyente dirigente vecinal y eje central de las disputas políticas entre la UCR y los liberales autonomistas.

A tal punto, que cuando el radicalismo ejercía el gobierno local, Funes dictaba clases en el edificio construido por Pepe Belascuain, pero cuando mandaban los “lomos negros”, alumnos, maestra y escuela debían mudarse a la estancia de don Manuel Miranda, un paladín conservador de la región.

El “minishopping” de “los turcos” Sakut

Isaac y Abraham Sakut eran hermanos. Tras un breve paso por La Rioja, se radicaron en Tilquicho.

Fue poco después de la 
inauguración de la estación del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico en ese -por entonces- pujante pueblo del departamento San Javier.

Construyeron la casa familiar y un amplio salón frente a la terminal de trenes, donde pusieron un almacén de ramos generales. En el negocio tenían todo lo que necesitaban los tilquichenses.

Los largos mostradores y las estanterías que iban desde el piso hasta el techo del local, estaban siempre repletos de mercadería. Los “turcos” -como llamaban entonces o todos los inmigrantes de origen árabe- vendían desde comestibles y bebidas, hasta herramientas, monturas y carruajes.

También ofrecían un amplio surtido en artículos de mercería: telas, hilos, botones y puntillas para la confección de ropa y un surtido de valencianas para trajes de fallera.

Tampoco faltaban los vestidos de novia y los trajes para casamiento; menos aun, calzados para damas y caballeros.

Elkin Stein y Ambrosio Milani les encargaban a ellos las sierras circulares de acero, correas de cuero y grasa de litio para las máquinas de aserraderos.

“María Luisa Sosa, vecina de Los Romero -pueblo colindante a Tilquicho-, me contó que los Sukut eran tipos muy solidarios y no se andaban fijando si sus clientes tenían o no dinero; les vendían muchas veces al fiado lo que necesitaban...”, comenta Oscar Heredia.

Hoy el almacén en ruinas es otro de los fantasmas que deambula en la memoria de ese pueblo escondido en la espesura de San Javier.

Fuentes:
Héctor Brondo, Tilquicho: un fantasma escondido en el monte de Traslasierra, 11/10/15, La Voz del Interior. Consultado 12/10/15.
Disputa política por la “Niña Mechita” y su escuela, 11/10/15, La Voz del Interior. Consultado 12/10/15.
El “minishopping” de “los turcos” Sakut, 11/10/15, La Voz del Interior. Consultado 12/10/15.

3 comentarios:

  1. Hola mi bisabuelo era suizo aleman, anduvo por esos lados, en el acta de nacimiento de unos de sus hijos figura el nombre Tilquicho o algo así, aparentemente elllego a Chile en 1885 en el vapor cordillera .... habra tenido que ver en la construccion del ferrocarril? su hijo mas chico Ernesto Felber nació en 1908 y esta acentado en Villa del Carmen.sus otros hijos mayores no estan acentados en ningun lado, a donde estaran acentados?....Estoy buscando información. mi nombre gloria rivarola Las Perdices Provincia de Cordoba

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    1. Gracias por comentar Gloria. Disculpá la demora en contestar. La información que buscás es muy específica, de manera que para responder tus preguntas se requiere de una investigación y no contamos con los recursos para realizarla. No obstante, tu comentario queda disponible para el público, y si alguien conoció a tus parientes puede agregar algún dato que te resulte útil. Saludos.

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  2. Hola mi padre nació en Tilquicho y se ir cada tanto a recorrer lo que nada queda, se por lo que me conto mi papá que los nacimientos defunciones y casamientos de Tilquicho se anotaban en la población de La Paz que esta x la ruta de la costa en su registro civil hay mucho de Tilquicho

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