jueves, 12 de noviembre de 2015

Daniel Renison


Es investigador del Conicet y de la UNC. En 1997 comenzó a reforestar el cerro Los Gigantes con tabaquillos para evitar la erosión de los suelos. Casi dos décadas después, más de mil voluntarios ya han plantado unos 35 mil ejemplares.

Daniel Renison es investigador del Conicet y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Su destino era estudiar los pingüinos en la Patagonia, hasta que se cruzó con el biólogo docente de la UNC, Ricardo Lutti, y con los tabaquillos, el árbol emblema de las sierras de Córdoba.

En su época joven como montañista, Renison caminaba por las sierras y miraba como poco a poco se iban erosionando sus suelos. “El profesor Ricardo Lutti me mostró unas fotos viejas en las que había más árboles. De repente hice un clic y pensé en la erosión de los suelos. Había que plantar árboles”, recuerda. 

Pero se dio cuenta que nadie sabía cómo hacerlo. El tabaquillo no resurge por su cuenta si no es por una acción humana, también responsable de su paulatina desaparición.

También descubrió que es necesario alambrar las reforestaciones para evitar que el ganado se coma los brotes. Un gran problema, ya que las plantaciones de tabaquillos surgen a partir de los 1.500 metros de altura.

En 1997 comenzó a reforestar el cerro Los Gigantes. Él mismo produce los plantines en un vivero instalado en la casa de su padre, en Cuesta Blanca. Tiene unos tres mil árboles.

Casi dos décadas después, más de mil voluntarios ya han plantado unos 35 mil ejemplares. El trabajo fue financiado con pequeños fondos de ONG extranjeras y nacionales. La iniciativa de Daniel fue replicada en varios puntos de Córdoba con grupos de voluntarios que se dedican a reforestar las sierras.

Esta acción no sólo ha cambiado el paisaje y la biodiversidad, sino que también redunda en un beneficio para la gente. Los bosques forman mejores suelos que son capaces de retener y filtrar más agua.

“Por ahora determinamos que la forestación entrega un 30 por ciento más de agua”, cuenta Renison. Además, más árboles se traducen en más dióxido de carbono capturado, una medida para mitigar el cambio climático.

Fuente:
Daniel Renison, 08/11/15, La Voz del Interior. Consultado 12/11/15.

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