martes, 26 de enero de 2016

La represa en estado ruinoso que amenaza a 500.000 personas en Irak


Othman Mahmoud al Barazinj es un agricultor que vive bajo la sombra de la mayor presa de Irak desde que esta enorme instalación fue construida en los años 80 del siglo pasado.

por Ahmed Maher

Othman, de unos 60 años, y los otros pobladores de la ciudad de Wana, a 35 km al noreste de Mosul, dependen de la presa como fuente esencial de agua para la irrigación de sus cosechas.

"La vida es el agua", dice Othman, quien está orgulloso de sus raíces kurdas, y agrega que sus antepasados han vivido en Wana desde hace 800 años.

Está sentado fumando en un montículo al borde de su campo.

Cuenta que sólo una vez su familia fue desplazada de la ciudad, cuando militantes del autodenominado Estado Islámico (EI) capturaron la presa de Mosul y Wana en agosto de 2014.

Los extremistas de EI fueron forzados a retirarse de la presa después de 11 días a raíz de los ataques aéreos dirigidos por Estados Unidos y de una ofensiva terrestre de las fuerzas kurdas.

Othman está vestido con la ropa tradicional kurda y habla un árabe entrecortado.

"No podemos imaginar lo que la vida sería si tuviéramos que salir de nuestras casas otra vez, ahora bajo la amenaza del potencial colapso de la presa", dice.

La presa, inaugurada en 1984, durante la era de Sadam Hussein, está deteriorándose como resultado del abandono que ha sufrido desde hace 18 meses, cuando los kurdos la recuperaron de EI.

El déficit presupuestario por la caida de los precios del petróleo y la rivalidad política entre el gobierno central en Bagdad y el gobierno regional del semiautónomo Kurdistán iraquí, han obstaculizado las reparaciones que se necesitan con urgencia.

También hay una enorme escasez de trabajadores. La mitad de la fuerza laboral ha dejado la presa por otros empleos principalmente porque no han recibido un salario desde hace cinco meses.

Promesas vacías
Tenemos acceso especial al interior del laberinto de túneles de la presa para ver los problemas de cerca.

Todavía se usa maquinaria obsoleta para tratar de estabilizar los cimientos de la construcción.

El subdirector de la presa, Mohsen Yaqoub, nos enseñó muestras de que el suelo ha sufrido erosión.

"Estas partes negras son el cemento inyectado en los agujeros y fracturas que se han creado por el agua que constantemente erosiona los cimientos inestable de la presa", afirma.

"La presa está hoy en peligro debido a la erosión de la base de yeso natural bajo el agua y la grave erosión de las compuertas hidráulicas", explica.

"Las bisagras de las dos principales compuertas se han desplazado vertical y horizontalmente, lo cual podría llevar al colapso de la presa pero no sabemos cuándo. Podría ocurrir el próximo mes, el próximo año o dentro de cinco años. En realidad no sabemos cuándo".

El gobierno iraquí ha estado tratando durante más de dos años de llegar a un acuerdo con una compañía internacional para llevar a cabo los urgentes trabajos de reparación.

Pero debido a la inseguridad no han encontrado empresas interesadas y la crisis económica ha forzado al país petrolero a buscar ayuda del Banco Mundial y de aliados clave como Estados Unidos.

"Sólo hemos obtenido promesas vacías de la comunidad internacional para reparar la presa", dice Yaqoub, quien previamente fue durante 28 años ingeniero en la instalación.

"Me reuní con asesores estadounidenses y los llevé a recorrer el interior de la presa. Durante mi detallada explicación científica sobre los riesgos y los esfuerzos que hemos hecho para proteger la estructura, sólo asintieron con la cabeza".

Ciudades en riesgo
Mosul y otras ciudades norteñas a lo largo de la ruta del rio serían vulnerables si la presa colapsara.

Por ahora, los habitantes locales dicen que no saben si existe algún sistema de advertencia de emergencia para hacer frente a una potencial catástrofe.

Y si la presa se derrumba, causaría una devastación masiva en comunidades enteras a lo largo del río Tigris.

Ciudades como Mosul, Tikrit, Samarra e incluso la capital, Bagdad, son las más vulnerables.

Inundaciones masivas matarían y dejarían sin hogar a cientos de miles de personas, advirtió el Departamento de Estado de Estados Unidos.

El pastor de 22 años Amin Jabouri suele cuidar a su rebaño en la zona.

Cuando le pregunté qué haría si la presa colapsa, me dijo: "No tenemos más opción que dirigirnos a tierras más elevadas. Incluso si hubiera un sistema de alarma, no funcionaría con nosotros y tendríamos que correr para salvar nuestra vida".

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