La
Granja. La Mesa de Agua y Ambiente de La Granja (MAyA) expresó su “preocupación
por la falta de argumentos y estudios que fundamenten la construcción por parte
del Gobierno de la Provincia de Córdoba de un minidique ‘seco’ en el río
Carapé”.
Su
superficie será de 20 hectáreas y obligará a desviar la ruta E-66, por lo que
es “una intervención masiva en la flamante Reserva Natural de la Defensa, hogar
de fauna y flora autóctona escasamente vistas ahora en nuestra provincia”,
según la MAyA.
“Muy
preocupante es la posibilidad que tal presa, con tal impacto, no sería
efectiva”, añadió.
Estas
inquietudes surgieron el martes, en una reunión explicativa organizada en La
Granja, donde estuvo el Ing. Juan Pablo Toneatto, de la Secretaría de Recurso
Hídricos de la Provincia.
Las
críticas
La
MAyA considera que faltan los estudios de impacto ambiental y la convocatoria a
una audiencia pública, violando la Ley de Política Ambiental 10208 de la
Provincia de Córdoba (2014). Ambos son los pasos previos a pedir el
financiamiento nacional.
También
le preocupa que no se dió a conocer dónde se trazaría el desvío del camino, por
cuántos kilómetros y si podría afectar el sistema hídrico de la Fuerza Aérea;
ni si es posible que clausuren el camino durante las crecidas y el drenaje del
dique.
Otra
objeción es la falta de comunicación de semejante proyecto, por parte de la
Provincia,a los guardianes y dueños de los terrenos de la Reserva Natural
de la Defensa Ascochinga: la Administración de Parques Nacionales y la Fuerza
Aérea Argentina.
Por
otro lado, destruirían “un lugar dotado de cañadones de prístina belleza y
flora única para emplazar el dique, desconociendo si se han evaluado otras
alternativas”, dice la Mesa, a quien también le preocupa la posibilidad de un
cambio en el comportamiento del río, teniendo en cuenta que el dique se
llenaría rápidamente durante las crecidas normales con los sedimentos de la
montaña y exigiría un constante
mantenimiento para sostener el caudal normal aguas abajo.
Entre
el público asistente, hubo quienes pusieron en duda la verdadera “utilidad” del
dique, sobre todo ante precipitaciones como las de febrero de 2015, y pidieron
que los técnicos consideren los relatos de los vecinos y los datos aportados.
Y,
sobre todo, que las presiones “entendibles desde la ciudad de Jesús María”
estén acompañadas por un “sacrificio” por parte del sector agrícola, como la
implementación de la ley de suelos para prevenir la erosión y la
impermeabilización de estos suelos.
Fuente:
La Mesa de Agua y Ambiente objetó el dique en el río Carapé, 15 abril 2016, El Despertador. Consultado 17 abril 2016.
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