domingo, 17 de abril de 2016

La Mesa de Agua y Ambiente objetó el dique en el río Carapé

La Granja. La Mesa de Agua y Ambiente de La Granja (MAyA) expresó su “preocupación por la falta de argumentos y estudios que fundamenten la construcción por parte del Gobierno de la Provincia de Córdoba de un minidique ‘seco’ en el río Carapé”.

Su superficie será de 20 hectáreas y obligará a desviar la ruta E-66, por lo que es “una intervención masiva en la flamante Reserva Natural de la Defensa, hogar de fauna y flora autóctona escasamente vistas ahora en nuestra provincia”, según la MAyA. 

“Muy preocupante es la posibilidad que tal presa, con tal impacto, no sería efectiva”, añadió.

Estas inquietudes surgieron el martes, en una reunión explicativa organizada en La Granja, donde estuvo el Ing. Juan Pablo Toneatto, de la Secretaría de Recurso Hídricos de la Provincia.

Tras la reunión, muchos asistentes a ella plantearon reparos al proyecto.

Las críticas

La MAyA considera que faltan los estudios de impacto ambiental y la convocatoria a una audiencia pública, violando la Ley de Política Ambiental 10208 de la Provincia de Córdoba (2014). Ambos son los pasos previos a pedir el financiamiento nacional.

También le preocupa que no se dió a conocer dónde se trazaría el desvío del camino, por cuántos kilómetros y si podría afectar el sistema hídrico de la Fuerza Aérea; ni si es posible que clausuren el camino durante las crecidas y el drenaje del dique.

Otra objeción es la falta de comunicación de semejante proyecto, por parte de la Provincia,a los guardianes y dueños de los terrenos de la Reserva Natural de la Defensa Ascochinga: la Administración de Parques Nacionales y la Fuerza Aérea Argentina.

Por otro lado, destruirían “un lugar dotado de cañadones de prístina belleza y flora única para emplazar el dique, desconociendo si se han evaluado otras alternativas”, dice la Mesa, a quien también le preocupa la posibilidad de un cambio en el comportamiento del río, teniendo en cuenta que el dique se llenaría rápidamente durante las crecidas normales con los sedimentos de la montaña y exigiría un constante mantenimiento para sostener el caudal normal aguas abajo.

Entre el público asistente, hubo quienes pusieron en duda la verdadera “utilidad” del dique, sobre todo ante precipitaciones como las de febrero de 2015, y pidieron que los técnicos consideren los relatos de los vecinos y los datos aportados.

Y, sobre todo, que las presiones “entendibles desde la ciudad de Jesús María” estén acompañadas por un “sacrificio” por parte del sector agrícola, como la implementación de la ley de suelos para prevenir la erosión y la impermeabilización de estos suelos.

Fuente:
La Mesa de Agua y Ambiente objetó el dique en el río Carapé, 15 abril 2016, El Despertador. Consultado 17 abril 2016.

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