El
incendio del vertedero de neumáticos más grande de España ha
reactivado la preocupación por su reciclaje. DW habló con
ecologistas y empresas procesadoras de América Latina.
por Jaime
Campoamor
El
14 de mayo de 2016 los habitantes de Seseña se despertaron
sobresaltados de madrugada por culpa de un incendio. Pasada la
medianoche, el mayor vertedero de neumáticos de España -parcela
de 12 hectáreas con casi 100.000 toneladas de neumáticos- comenzó
a arder en esta localidad de la provincia de Toledo, situada a solo
40 kilómetros de Madrid. Según la Guardia Civil, el fuego tuvo que
ser provocado ya que el suelo estaba mojado por las recientes lluvias
y, según los investigadores, todo indica que hubo tres focos.
Aunque
comenzó a funcionar en 2002, el vertedero de Seseña fue declarado
ilegal en 2003 por no respetar las normas medioambientales. Además,
la empresa encargada de su gestión, Disfilt S.A., y especializada en
la fabricación de neumáticos, cámaras de caucho y reconstrucción
y recauchutado de llantas, acumulaba numerosas expedientes
administrativos. De ahí que, en enero de 2009, una sentencia
judicial condenara al propietario por un delito contra el medio
ambiente. A partir de 2011 no hubo nuevos vertidos y, pocos meses
después, la empresa Gestión de Desechos y Ruedas Iberia relevó a
Disfilt S.A. y obtuvo los permisos necesarios para la explotación
del vertedero.
Lo
que ocurrió en Seseña “se veía venir”. En eso coinciden los
habitantes de esta ciudad dormitorio cercana a la capital de España.
Varios miles de personas tuvieron que ser evacuadas.
Diez
días después, el cementerio sigue ardiendo y continúan suspendidas
las clases en todos los centros escolares de Seseña a causa de la
columna de humo –visible a 50 kilómetros-, que por culpa de la
situación meteorológica podría dirigirse hacia esa localidad. La
organización Ecologistas en Acción asegura que distintos estudios
basados en casos similares coinciden en que “residir” cerca de
siniestros de este tipo “es nocivo para la salud” y recomienda
“extremar al máximo” las medidas de protección. Utilizando como
referencia un estudio sobre un incendio de neumáticos ocurrido en
2012 en el estado de Iowa (Estados Unidos), la organización ecologista
asegura que "los riesgos calculados para exposiciones durante 24
horas, indicaban que hasta 3,1 kilómetros de distancia del fuego
había afecciones a la salud en grupos de población sensibles (niñas
y niños, personas mayores o con problemas respiratorios)".
Un
problema global
Paco
Segura, coordinador nacional de Ecologistas en Acción, dice a DW que
“al igual que en el caso de España, en la Unión Europea la
problemática del reciclaje de neumáticos se viene posponiendo desde
hace años”. En la zona comunitaria la acumulación de neumáticos
está prohibida desde el año 2005. Por lo tanto, cualquier vertedero
o cementerio de este tipo es ilegal, denuncia Segura. La directiva
obliga a rentabilizar, valorizar y dar un uso a esos productos, ya
sea reciclándolos o incinerándolos para transformarlos en energía.
Segura añade que aunque la tendencia tendría que estar dirigida al
reciclaje y se recomienda que la incineración no debe superar el 20
por ciento anual de los neumáticos en desuso, “actualmente estamos
en torno al 50 por ciento de incineración. Estamos haciendo
justamente lo contrario”.
Aunque
en cada país suele haber empresas encargadas del reciclaje de los
neumáticos que se producen en suelo nacional, generalmente estas
propias compañías dificultan el tratamiento de los residuos. ¿Por
qué? “Porque cuantos más neumáticos haya en el mercado, menos
valor tienen y menos obtienen ellos de su gestión”, dice Segura y
concluye: “Esta gente ha puesto todo tipo de zancadillas para
evitar que aquellos que quisieran encargarse de la gestión de
vertederos como el de Seseña pudiesen dar salida a los neumáticos”.
Uno
de estos interesados fue el mexicano Víctor Pagaza, director general
de Recubrimientos Ecológicos y Reciclados y dueño de la patente a3p
Interllanta, un impermeabilizante de hule de neumático.
“Precisamente hace tres años estuve por allá (en Seseña) y le
hice una oferta a las autoridades para comprar los neumáticos y
transformarlos en los productos que hago. No aceptaron mi oferta y
ahora tenemos ese problema de contaminación y el incendio, que va a
durar un tiempo hasta que se apague”, afirma Pagaza en conversación
con DW.
Según
dice, en México se desechan más de 40 millones de llantas usadas al
año y poco más del 12 por ciento se recicla. “Falta una cultura
política por parte de las autoridades. Se debe ayudar a los que
desarrollan productos de reciclado para convertir este pasivo
ambiental en un activo”, afirma. Pagaza también insiste en la
globalidad del problema. “En California se desechan más de 180
millones de llantas al año. ¡Eso sí es un problemón!”. Según
el mexicano, el mayor obstáculo es que “los productos resultantes
del reciclado de las llantas, quitando el impermeabilizante que
nosotros producimos, no son de uso común y su demanda es muy
pequeña”.
Aplicaciones
del caucho reciclado
Recubrimientos
Ecológicos y Reciclados está especializada en la pulverización de
los neumáticos. Con el polvo hacen una cubierta que se utiliza en la
impermeabilización de tejados. Pagaza lleva 25 años en el negocio y
calcula que en los últimos 8 años su compañía debe haber
reciclado entre 5 y 6 millones
de neumáticos. Cuando es preguntado acerca de a cuánto está el
kilogramo de neumático usado en el mercado, dice que precisamente
esa es la perversión. “No se debe pagar por la basura”, asegura
Pagaza. Y añade: “Muchos compran llantas usadas y eso es lo que
pervierte el mercado. Por el contrario, se debe fomentar la
instalación de plantas de reciclado”. Su empresa vende el
kilogramo de grano de caucho reciclado (GCR) a 5 pesos mexicanos
(0,24 euros).
En
la mayoría de plantas de reciclaje los desechos son sometidos a
procesos de cortes, trituración, molienda mecánica y separación de
componentes -80 % caucho, 15 % acero y 5 % fibra-. Mientras que el acero
se extrae por medio de imanes y las fibras textiles se separan con
sistemas de aspiración y se almacenan para su posterior
comercialización, a partir de la mezcla del caucho reciclado se
pueden obtener distintos materiales. El GCR se usa sobre todo en
terrenos deportivos de césped artificial, en suelos de seguridad
infantiles y en la fabricación de asfalto.
Una
de las compañías dedicadas a la fabricación de maquinaria para el
procesamiento de neumáticos fuera de uso (NFU) más importante de
Colombia es Gercons. En entrevista con DW, José Luis González,
gerente de ventas de la empresa, asegura que fabrican procesadoras
capaces de transformar entre 500 kilogramos y 5 toneladas de NFU por
hora.
“El
proceso de reciclaje de neumáticos es de vital importancia ya que el
proceso de degradación natural de la llanta puede superar los
250-300 años. Además de los problemas de contaminación ambiental y
del humo que produce la quema de neumáticos, el almacenamiento de
llantas trae consigo una serie de enfermedades y plagas transmitidas
por roedores e insectos que viven en estos vertederos”, concluye
González.
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Fuente:
Jaime Campoamor, Cementerios de neumáticos: un problema global, 23/05/16, Deutsche Welle.
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