martes, 19 de julio de 2016

Un parque nacional en una histórica estancia de Córdoba

Casona. El casco de la estancia Pinas, un mítico lugar en el oeste provincial que forma parte de la historia política y económica de la provincia de Córdoba. Foto: La Voz

Es Pinas, una propiedad de más de 100 mil hectáreas que perteneció al político Lisandro de la Torre y al millonario Manubens Calvet. El exlegislador radical Alberto Bustos Senesi propuso la idea y desde la Administración de Parques Nacionales dijeron estar “superinteresados”.

por Sergio Carreras

Una vieja estancia cordobesa tan histórica como deshabitada podría convertirse en una reserva o parque nacional si tienen éxito las gestiones ante las autoridades de la Administración de Parques Nacionales.

Se trata de la estancia Pinas, gigantesca propiedad de 105.385 hectáreas, que ocupa una gran parte de la superficie de los departamentos Minas y Pocho, en el oeste de la provincia de Córdoba.

Dueños famosos
La estancia, que se extiende hacia los llanos riojanos, fue propiedad del líder demócrata progresista santafesino Lisandro de la Torre y luego pasó a manos del hacendado cordobés Juan Feliciano Manubens Calvet.

Desde la muerte del millonario en 1981, la estancia se encuentra entre los bienes de una sucesión que la Justicia de Córdoba no termina de resolver y que es motivo de enormes polémicas y disputas entre numerosos candidatos a herederos.

Ese enredo judicial y la explotación poco intensiva han terminado siendo beneficiosos para la extensión que abarca Pinas, donde recientemente acaba de ser descubierta una especie animal, el pecarí chaqueño (catagonus wagneri), que jamás había sido detectado en Córdoba.

El biólogo Ricardo Torres, docente de Diversidad Animal en la Universidad Nacional de Córdoba, destacó que este mamífero se encuentra en riesgo de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, y siempre se lo había visto en la zona norte de Santiago del Estero.

Se cree que en su enorme extensión, que representa casi el doble que todo el departamento cordobés de la Capital y el triple que la del Parque Nacional Quebrada El Condorito, la estancia Pinas ha permitido el mantenimiento y desarrollo de numerosas especies de fauna y flora.

Su geografía es parte de la ecorregión del Chacho Seco e integra las áreas consideradas de conservación prioritaria por el Proyecto de Evaluación Ecorregional del Gran Chaco Americano, que llevan adelante las fundaciones The Nature Conservancy (Estados Unidos), Vida Silvestre (Argentina) y Wildlife Conservation Society (Bolivia).

El Gran Chaco Americano es considerado la ecorregión boscosa más grande del continente luego del Amazonas, y la más grande de América del Sur en lo referido a bosques secos.

Interés nacional
Un exlegislador radical por el departamento Pocho, Alberto Bustos Senesi, lleva años interesando en el tema a dirigentes políticos de diferentes partidos: “Hablé con Néstor Kirchner, con José Manuel de la Sota, con el gobernador Juan Schiaretti, a todos les pareció una excelente idea, falta que empecemos a ponerla en práctica”.

Bustos Senesi resalta que la estancia Pinas está ubicada sobre los departamentos más pobres de Córdoba, con muy bajos índices de desarrollo y que llevan décadas expulsando habitantes. “Un parque nacional en el Chaco Seco es muy necesario para proteger la diversidad natural argentina y también sería un elemento para el desarrollo de la región”.

Desde la Administración de Parques Nacionales dijeron a este diario que ven como “superinteresante” el proyecto de convertir en reserva o parque la estancia y se manifestaron “totalmente abiertos a comenzar a trabajar con esta propuesta, porque se trata de un tipo de ecosistema que no está muy representado en el actual esquema de parques nacionales argentinos”.

Señalaron que el proyecto aún no ha sido iniciado formalmente y solicitaron la participación de las autoridades cordobesas del área para empezar a delinear el emprendimiento. No fue posible conseguir la opinión de alguna autoridad del Ministerio de Agua y Ambiente provincial.

La exsenadora nacional por Córdoba Norma Morandini, quien participó en la creación de las reservas naturales Bamba (18 mil hectáreas en la zona de La Calera) y Ascochinga (3.500 hectáreas), señaló que la iniciativa de la estancia Pinas se acomoda perfectamente a la intención expresada por el nuevo ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, tendiente a la apertura de nuevos parques nacionales en diversos puntos del país.

Una decisión política”
El campo está bajo administración judicial desde hace 35 años. Es cuestión de que el Estado, provincial o nacional, tome la decisión de ir para adelante”, dice Bustos Senesi.

Cómo nace un parque nacional
La Administración de Parques Nacionales explicó que, para que surja un nuevo parque, debe haber un mecanismo de doble validación parlamentaria.
 
Este sistema articula el trabajo de las legislaturas provinciales con el Congreso de la Nación, y se da participación a las comunidades locales que existen en las cercanías. del parque.

En el caso de la estancia Pinas, la Unicameral de Córdoba debería sancionar una ley que ceda la jurisdicción ambiental al Estado nacional, que la aceptaría a través de una ley del Congreso de la Nación.

En ese proceso intervienen, por supuesto, especialistas, representantes de organizaciones no gubernamentales, ambientalistas, etcétera, que ofrecen sus puntos de vista sobre la iniciativa.

En paralelo al trabajo legislativo, se deben realizar una serie de estudios científicos y relevamiento en el lugar que ayuden a diseñar el plan de manejo que se pondrá en marcha una vez creado el nuevo parque. El paso siguiente es determinar una estrategia integral de administración y asignar recursos específicos del presupuesto nacional para asignar personal técnico y planificar obras de infraestructura.

Argentina tiene muy pocos parques nacionales en la región del Chaco Seco.

Documentos para descargar
Un gran latifundio, escenario de curas, próceres y bandidos

El proyectado parque se uniría con la reserva Chancaní y revalorizaría el histórico camino de Los Túneles.

Las 105 mil hectáreas de la estancia Pinas se extienden al oeste de la Sierra de Guasapampa, en el seco oeste cordobés, frente a la cual se encuentra el casco principal.

Muchas veces se ha afirmado que se trata del mayor latifundio argentino que no está atravesado por camino alguno.

Buena parte de la historia de la estancia está contada en el libro sobre Lisandro de la Torre llamado El solitario de Pinas , escrito por Raúl Larra (2000).

En el libro se menciona que la zona fue escenario de montoneras y bandidos hasta que se hizo cargo del campo el sacerdote Juan Felipe Singuney. Este religioso construyó un oratorio en 1838, que luego de su muerte fue abandonado y del que hoy quedan las ruinas.

Lisandro de la Torre, quien décadas después sería el prócer del Partido Demócrata Progresista a partir de su desempeño como senador nacional, compró la estancia en 1908 con un crédito a largo plazo del Banco Español.

Pagó 970 mil pesos, a 12 pesos por hectárea, un precio mayor al del resto de los campos de la zona. Recién en 1917 se hizo cargo personalmente del lugar, al que siempre añoraba volver, lo que no siempre le permitía su agitada vida política.

De la Torre siempre estuvo ilusionado con sembrar y producir ganado en la estancia, pero nunca pudo ganarle la pelea a la sequía, pese a sus muchos intentos por hacer funcionar el campo. Llegó a tener 12 mil cabezas de ganado, pero siempre le faltaron aguadas y no tuvo éxito con los pozos que abrió buscando agua.

Por eso terminó abriendo un obraje que casi hizo desaparecer los quebrachos colorados de la zona, enviándolos hacia Buenos Aires a través de una extensión de vía férrea que consiguió hacer pasar por el centro de la estancia. Esto le ganó el mote de “el Leñador de Pinas”.

Luego del suicidio de De la Torre en su departamento porteño en 1939, el campo fue comprado al año siguiente, en un remate, por Juan Feliciano Manubens Calvet, quien además de hacendado también fue político.

Dos veces se desempeñó como intendente de la ciudad de Villa Dolores y fue diputado provincial. Anexó campos cercanos y sumó la estancia a su importante emporio agropecuario.

En ese campo, Manubens Calvet vivió primero con Margarita Woodhouse, su pareja por más de 40 años, y cuando esta se mudó a Villa Dolores por motivos de salud, mantuvo una relación paralela con Luisa Vera, mujer con la que terminaron imputados por reducción a la servidumbre de los peones que trabajaban en la estancia.

En la actualidad, un sector de Pinas está dedicado a la actividad agropecuaria, y su administración, aunque en los papeles figura bajo la responsabilidad de la Justicia de Córdoba, en los hechos se mantiene a cargo de algunos sobrinos nietos de Manubens Calvet, encabezados por el abogado Reginaldo Manubens Calvet.

Fuentes:
Sergio Carreras, Un parque nacional en una histórica estancia de Córdoba, 18/07/16, La Voz del Interior.

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