Una serie de incendios forestales han devastado hogares, ganado y tierras en gran parte del sur y centro de Chile durante la última semana.
Una sequía
prolongada y las altas temperaturas de verano atizaron las llamas,
que hasta ahora han causado la muerte de tres bomberos y han
destruido 300.000 hectáreas de cultivos.
El gobierno ya
declaró estado de emergencia y desplegó a 1200 tropas para apoyar
los esfuerzos del cuerpo de bomberos. También ha pedido ayuda a
otros países.
“Acá conspira
contra el término del incendio los ocho años de sequías, los
pastizales muy secos, las altas temperaturas y los fuertes vientos”,
dijo la presidenta Michelle Bachelet, quien agregó que “estamos
haciendo lo humanamente posible”.
Chile “enfrenta
el mayor desastre forestal de nuestra historia”, afirmó la
presidenta.
Hasta ahora, no
han muerto civiles aunque muchos han perdido hogares, propiedades y
animales.
El pueblo de
Pumanque, en la región central de O’Higgins, es una de las zonas
más afectadas. Muchos habitantes han visto cómo se destruyen sus
posesiones y medios de subsistencia. La maquinaria pesada ha sido
desplegada para recoger los cadáveres del ganado que ha muerto por
el fuego.
Los bomberos han
lanzado agua desde helicópteros y también cavan trincheras para
intentar apagar las llamas.
Algunos chilenos,
sin entrenamiento o equipo protector, han usado ramas y botellas de
agua en un intento de combatir los incendios.
Las llamas le han
dado tintes casi apocalípticos al paisaje de la región de Biobío.
Y, para muchos
chilenos, la ferocidad de los incendios prácticamente no les ha
dejado otra opción que resguardarse y esperar a que los incendios se
apaguen.
Fuente:
Chile vive ‘el mayor desastre forestal’ de su historia, 26/01/17, The New York Times. Consultado 27/01/17.
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