Central nuclear Vogtle, Estados Unidos. Toshiba parecía encaminada a aprovechar un renacimiento de la energía nuclear, pero el anuncio de una enorme rebaja contable amenaza su viabilidad. Foto: AP |
por Kosaku Narioka y Rebecca Smith
Tokio- Toshiba
Corp. parecía bien posicionada para beneficiarse del renacimiento
mundial de la energía nuclear cuando pagó US$5.400 millones por
Westinghouse Electric Co. en 2006 luego de triunfar en una guerra de
ofertas.
Hoy, esa apuesta
amenaza con hundir el venerable conglomerado japonés, ya que los
excesos de costos y el incumplimiento de plazos en proyectos de
reactores nucleares alrededor del mundo lo han obligado a advertir a
los inversionistas que pronto podría tener que reportar pérdidas
de miles de millones de dólares.
Toshiba perdió
el miércoles un quinto de su valor de mercado y el jueves la acción
cayó un 17 % adicional en la Bolsa de Tokio. La noticia sobre rebajas
contables en su filial nuclear se produjo justo cuando Toshiba estaba
empezando a dejar atrás un escándalo contable previo.
"Es un
acontecimiento inesperado en un momento en que las preocupaciones
habían estado retrocediendo", dice Yoshinori Ogawa, estratega
de Okasan Securities.
Las acciones de
Toshiba se habían disparado desde febrero gracias al optimismo sobre
su negocio de semiconductores y a expectativas de ganancias robustas
en el año fiscal que cierra en marzo de 2017. Un portavoz de Toshiba
no quiso comentar sobre el derrumbe bursátil. Ejecutivos de la
empresa dijeron el martes que mantienen su optimismo sobre el negocio
nuclear.
Los problemas de
Westinghouse ayudan a explicar el desvanecimiento de los sueños
globales de la industria nuclear. Hasta hace poco, la compañía era
considerada como el operador líder del sector, el único proveedor
nuclear en obtener contratos para sus reactores de próxima
generación tanto en Estados Unidos como en China.
Sin embargo, una
serie de errores e imprevistos ha perjudicado proyectos nucleares de
Westinghouse así como de rivales como Areva SA y General Electric
Co.
En la actualidad,
se están construyendo 54 reactores en 13 países y 33 acusan
retrasos significativos, según el World Nuclear Industry Status
Report, una evaluación anual independiente. Los problemas han
afectado proyectos sin importar la ubicación, el diseño del reactor
o los consorcios encargados de su construcción.
A objeto de
reducir los costos y acelerar los tiempos de construcción,
Westinghouse y sus competidores crearon diseños de plantas en los
que las secciones principales se construirían como módulos en
fábricas para luego ser trasladadas a los sitios de la planta para
su ensamblaje final. Esto puso fin a la personalización que
aumentaba los gastos.
No obstante, la
estrategia parece haber resultado contraproducente. "Los
problemas relacionados con la cadena de suministro se trasladaron de
las instalaciones a las fábricas. No resolvió el problema básico
del control de calidad", dice Mycle Schneider, un experto
nuclear en París. Además, los diseños basados en moldes significan
que los defectos se repiten.
En Francia, Areva
está tratando de llegar al fondo de un escándalo en torno a
documentos falsificados de componentes clave que terminaron en
plantas nucleares allí y en otros países, incluido Estados Unidos. Los
problemas parecen haber empezado décadas atrás y pasaron
inadvertidos a pesar de una supuesta supervisión estricta del
gobierno. Areva ha dicho que coopera con el gobierno de Francia y
otras naciones.
"Hay un
problema mundial con la gestión de estos megaproyectos", indica
Edwin Lyman, científico sénior del Union of Concerned Scientists,
en Washington. "Los gerentes subestimaron abrumadoramente el
tiempo y el costo de la construcción".
Westinghouse y
sus subcontratistas asumieron recientemente la gestión de la
construcción en sus proyectos de reactores en los estados de Georgia
y Carolina del Sur que estaba en manos de CB&I Stone &
Webster Inc., una compañía estadounidense que adquirió en
diciembre de 2015 por US$ 229 millones. Toshiba anunció esta semana
que detectó ineficiencias imprevistas en la fuerza laboral de la
filial que, junto con otros factores, estaban elevando los costos.
Westinghouse
adquirió CB&I Stone & Webster en parte porque estaba pasando
apuros para producir los grandes módulos en su instalación de Lake
Charles, Louisiana, que forman las unidades de bloques de
construcción para los reactores nucleares que se erigen en Estados Unidos.
Sin embargo, la empresa tuvo problemas para encontrar trabajadores
especializados en este tipo de proyectos, mantener el control de
calidad y aprovechar una cadena de suministro global requerida para
cumplir las rigurosas normas de los reguladores.
El presidente
ejecutivo de Toshiba, Satoshi Tsunakawa, reconoció que los problemas
obligarán a la compañía a registrar una rebaja contable de miles
de millones de dólares. Toshiba indicó que daría a conocer una
cifra exacta en febrero.
No está claro si
las dificultades financieras de la empresa japonesa tendrán un
impacto en los ocho reactores que trata de completar en Estados Unidos y
China, pero su revelación sugiere que la situación es peor de lo
que se había pensado.
En Estados Unidos,
Westinghouse suministraba componentes de reactores para plantas
nucleares en Georgia y Carolina del Sur que estaban siendo
construidas por Southern Co. y SCANA Corp.
Durante meses,
han corrido rumores de problemas financieros en el sitio de los
reactores Vogtle 3 y 4 de Southern que se están ensamblando en una
parte rural de Georgia, dice Will Salters, gerente empresarial del
sindicato IBEW Local 1579. Salters agrega que el sitio emplea a cerca
de 500 de sus electricistas, pero que el sindicato recientemente
recibió un aviso de que habría un congelamiento de contrataciones
de personal mientras se realiza una evaluación completa de las
necesidades de mano de obra.
"Hemos
estado escuchando durante meses que están quebrados y que tenían
que cumplir con ciertas metas impuestas por Southern para recibir el
pago", agrega Salters.
Southern no quiso
hacer comentarios al respecto.
En declaraciones
anteriores sobre el proyecto Vogtle, el presidente ejecutivo de
Southern, Tom Fanning, señaló que su compañía eléctrica se había
esforzado por no repetir los errores del pasado cuando firmaba
contratos con los proveedores nucleares bajo los cuales reembolsaba a
las compañías por sus gastos. En cambio, explicó, trató de
reducir los costos mediante contratos a precio fijo, transfiriendo
algunos de los riesgos de sobrecostos a los vendedores.
Un portavoz de
SCANA dijo que la compañía de Pittsburgh sigue evaluando las
finanzas de sus proyectos de reactores y pronto entregará más
información. Una portavoz de Westinghouse se abstuvo de hacer
comentarios.
Takashi Mochizuki
contribuyó a este artículo.
Fuente:
Kosaku Narioka y Rebecca Smith, Los problemas en su negocio nuclear amenazan con derrumbar a Toshiba, 30/12/16, La Nación. Consultado 03/01/17.
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