miércoles, 15 de marzo de 2017

Reforestación rural: en 6 años, sólo anuncios

Legisladores analizan un nuevo proyecto de ley provincial que obligaría a sumar árboles en todos los campos de Córdoba. Hubo iniciativas similares en 2011 y 2013, que quedaron en la nada. Serían cortinas forestales y no bosques. Qué se busca y qué se discute. Cuántos, cómo y dónde. Nativas o exóticas, en discusión.

En los últimos seis años, la Provincia anunció dos planes de reforestación que prometían plantar millones de árboles en zonas rurales agrícolas, donde casi desaparecieron ya en el siglo pasado. Pero ninguno se concretó: ni las leyes que los proponían en 2011 y 2013 fueron aprobadas.

Ahora, un nuevo proyecto del Gobierno provincial es analizado en la Legislatura: exigiría que cada campo tenga al menos el uno por ciento de su superficie forestada. Si se cumpliera, sumaría entre 15 millones y 20 millones de árboles a los suelos cordobeses.

No aparecen voces en contra, aunque el modo de instrumentación está en discusión.

Primera aclaración: no se trata de la creación de nuevos bosques (que suponen la existencia de varios estratos vegetales), sino de plantaciones con conjuntos de árboles dispersos, a modo de cortinas forestales o núcleos verdes entre medio de los mares de soja, maíz o sorgo. Pero representarían, al menos, un intento por recuperar algo de la forestación rural perdida.

Segunda: el proyecto no tiene relación con el otro debate abierto para la modificación de la ley provincial de bosques nativos, cuyo fin es preservar lo que aún queda de monte autóctono, recluido ya casi exclusivamente en el sector serrano y el noroeste cordobés.

Los dos que no fueron
En 2011, en su anterior mandato, el gobernador Juan Schiaretti presentó un proyecto que prometía plantar 17 millones de árboles en cinco años, en campos privados y banquinas de rutas. Exigía que cada dueño presentara una propuesta que, luego de aprobada, debía ejecutar. Nunca se transformó en ley y sólo se plantaron unos 150 mil árboles (menos del uno por ciento prometido) en banquinas de algunas rutas, y apenas una menor parte sobrevivió por carencia de cuidados iniciales.

En 2013, el gobernador José Manuel de la Sota anunció otro proyecto que obligaría a todos los propietarios de campos a forestar al menos el uno por ciento de sus superficies. Esa iniciativa tampoco fue nunca tratada, aunque el partido gobernante tuviera mayoría propia en la Legislatura.

Ahora, el nuevo proyecto declama similares objetivos a los truncos anteriores: ayudar a fijar los suelos rurales para evitar una mayor erosión, mitigar las tormentas de tierra y colaborar con la retención de aguas en deriva.

Desde hace tiempo se viene advirtiendo que los “campos que vuelan” en días de sequía y viento, así como las inundaciones rurales y la aparición de cárcavas (grietas) cuando llueve en exceso, se explican, en parte, por esa ausencia de forestación que fije los suelos.

El nuevo
El bloque oficialista de Unión por Córdoba en la Legislatura confirmó que esta semana se inicia el debate en comisión del proyecto y que serán convocadas entidades rurales, académicos y organizaciones ambientalistas para recabar opiniones.

El proyecto obligaría a forestar “al menos el uno por ciento” de cada propiedad rural, en toda la provincia. La exigencia no sería aplicada a quienes ya superen ese mínimo. El plazo para su cumplimiento sería de cinco años, aunque en el primero cada propietario debería presentar su plan de forestación. Prevé además que se apliquen multas por incumplimiento a través del impuesto inmobiliario rural.

Un punto que ya genera discusiones es que el proyecto admite tanto el uso de especies nativas como exóticas.

Como los anteriores, el actual no establece estrategias diferenciadas para las Sierras, donde la cubierta vegetal resulta vital para proteger las cuencas hídricas que nutren de agua a Córdoba.

El monte nativo es otra cosa
Sobre los 16 millones de hectáreas que abarca el mapa de Córdoba, alguna vez 12 millones fueron de bosque autóctono. De eso, hoy queda menos del tres por ciento bien conservado y el nueve si se suman los medianamente preservados, según los más recientes relevamientos de los investigadores Marcelo Cabido y Marcelo Zak, del Conicet y la UNC. Las áreas que quedan con forestación son básicamente partes de las sierras y del noroeste. Cada hectárea de bosque nativo en buen estado suma entre 300 y 500 árboles.
 
Cuántos, cómo y dónde

La iniciativa de la ley agroforestal en discusión es similar a las dos anteriores que no se concretaron. Sobre todo, a la de 2013. Reforestación rural: en 6 años, sólo anuncios.

No creo que haya nadie en desacuerdo, en todo caso pueden discutirse los detalles”, señaló Carlos Gutiérrez, presidente del bloque de legisladores de Unión por Córdoba, sobre el proyecto provincial de “ley agroforestal”.

La iniciativa es similar a las dos anteriores que no se concretaron. Sobre todo, a la de 2013.

Una duda ya con esos proyectos previos era si se conseguirían los millones de árboles previstos. “Por eso se pensó como gradual, por ejecutar en cinco años, previendo aportes de programas nacionales de forestación, de organismos como el Inta y las universidades, y con los viveros privados y oficiales incrementado sus producciones”, respondió Gutiérrez. El proyecto estima que, en la sumatoria, se podrían arbolar por esta vía entre 80 mil y 100 mil hectáreas en toda la provincia. “Queremos fomentar también las plantaciones para la industria forestal, para producción de madera. Puede haber interés de productores en hacer forestaciones mayores, ya con fines de producción”, apuntó el legislador oficialista. Negó, además, que esta iniciativa esté condicionada al tratamiento de las modificaciones a la ley de bosques nativos, que el oficialismo pretendía aprobar en diciembre pasado pero cuyo tratamiento quedó postergado en medio de abiertas controversias.

Desde los sectores ambientalistas, en general, se avala la idea de reforestar las áreas agropecuarias pero se plantean advertencias y dudas. Ricardo Suárez, biólogo y director del Proyecto de Conservación y Reforestación de las Sierras (que lleva miles de árboles plantados en Pampa de Achala), resumió: “Está bueno reforestar campos en toda la provincia, pero queremos creer que esta iniciativa no surgió como compensación a la pretensión de achicar las zonas rojas de bosques nativos mediante la otra ley”.

Suárez opinó que la disponibilidad de plantas no debiera ser un problema: “No es fácil, pero si se planifica bien y hay voluntad, la cantidad aparece. Se pueden producir y conseguir, si el Estado promueve ese movimiento”, sostuvo. Suárez aclaró luego: “Las plantaciones de árboles no representan bosques, por lo tanto no tienen la misma utilidad ambiental. Serán islas con plantas, no conectadas entre sí. Lo ideal sería que haya corredores conectados. Pero aunque sea en menor medida, también sirven”. El ambientalista advirtió que la reforestación tendrá sentido si se le asegura un seguimiento: “Puede pasar que foresten un campo pero con el uso de agroquímicos muy cerca sequen los árboles, por ejemplo. Entonces no es sólo plantar sino cuidar y controlar en el tiempo”.

Fuentes:
Fernando Colautti, Reforestación rural: en 6 años, sólo anuncios, 15/03/17, La Voz del Interior. Consultado 15/03/17.
Cuántos, cómo y dónde, 15/03/17, La Voz del Interior. Consultado 15/03/17.

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