Una señal en un alambrado en Love Canal, Cataratas del Niágara, advierte sobre los desechos peligrosos, el 17 de marzo de 1994. Foto: Bill Sikes/ AP |
A pocos kilómetros de las Cataratas del Niágara, un barrio entero de más de mil familias debió ser evacuado en la década del ’70 por el enterramiento de miles de toneladas de residuos tóxicos, una costumbre largamente usada por la industria norteamericana.
El
desastre de Love Canal, un suburbio de Niagara Falls, en el extremo
noreste de los Estados Unidos, ha sido uno de los dramas de
intoxicación con residuos industriales más ocultos de todos los
tiempos. Tanto que los diarios europeos hablaban de "desastre
ambiental" en 1980, cuando casi nadie usaba esos términos en
medios periodísticos, y el presidente James Carter debía declarar
la emergencia federal para evacuar a prácticamente una ciudad entera
situada sobre una montaña de desechos tóxicos.
Love
Canal fue construido en los años cincuenta sobre un paraje en el que
habían enterrado cerca de 22.000 toneladas de residuos químicos que
incluían productos cancerígenos y dioxina -una sustancia defoliante
utilizada en la guerra de Vietnam y causante de la muerte de
centenares de animales en la localidad de Seveso, de la que tuvieron
que ser evacuados numerosos habitantes tras la explosión en una
fábrica-. En 1942, una filial de Occidental Petroleum, Hooker
Chemical and Plastics Corporation, realizó vertidos químicos en la
zona de Love Canal. Pero sin originalidad. Seguían las prácticas de
otras empresas y hasta del Ejército norteamericano que en los años
veinte usaban ese sitio como vertedero químico.
Posteriormente,
la compañía se trasladó. Ante la expansión del pueblo, la
comunidad local necesitaba un predio para una escuela y amenazó con
expropiarlo. Hooker Chemical se lo vendió al consejo escolar local
en el simbólico precio de un dólar. Su módico valor ocultaba una
trampa: la empresa jamás advirtió sobre la bomba química que
dejaba enterrada.
La
escuela se edificó. Lógicamente, la fue rodeando un barrio de clase
media en las tierras adyacentes. De pronto, las familias se empezaron
a enfermar. Los casos de cáncer arreciaban sin que apareciese la
causa. El agua corriente, obtenida de napas próximas, contenía
sustancias peligrosas. A mediados de los 70, las primeras doscientas
familias fueron evacuadas. Uno de cada tres análisis indicaba la
presencia de alteraciones genéticas por la presencia de sustancias
altamente tóxicas.
En
1978 otras mil familias fueron trasladadas de un barrio que jamás
volvería a ser habitado: se comprobó la presencia 82 productos
químicos contaminantes. El Departamento de Sanidad comprobó que una
de cada tres mujeres había tenido abortos espontáneos, un
porcentaje muy superior al normal, y que uno de cada diez recién
nacidos tenían malformaciones. Finalmente, se estudió el subsuelo.
Se hallaron veintidós mil toneladas de residuos peligrosos, entre
ellos dioxina, una sustancia que el ejército estadounidense usó
ilegalmente en Vietnam.
El
descubrimiento de lo que la empresa había dejado enterrado provocó
un escándalo que provocó la intervención del presidente Carter,
quien declaró la emergencia federal en la zona. Las madres de Love
Canal, desesperadas, habían tomado de rehén a dos funcionarios del
servicio de protección ambiental porque no les daban respuesta al
pedido de evacuación. Love Canal quedó deshabitado y Niagara Falls
consiguió un nuevo sitio de visita, además de las Cataratas. Se
trataba de uno de los cincuenta mil depósitos subterráneos de
residuos químicos, según la denuncia de una diputada demócrata de
ese momento. "Bombas retardadas que esperan su estallido",
las definió.
Cicatrices
es una sección del programa Ambiente y Medio que se emite todos los
sábados a las 16 por la Televisión Pública Argentina
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