Los anegamientos complican a miles de hectáreas en la zona limítrofe con La Pampa y Buenos Aires. Ya cerraron 11 tambos. Una decena de localidades están rodeadas por agua, que no ingresó a las zonas urbanas. Hay conflictos por la derivación de los excesos hídricos.
por
Denise Audrito
Los
pueblos del extremo sur cordobés, que llevan meses de complicaciones
por la inundación de sus campos, lograron impedir el ingreso de agua
en los cascos urbanos. Pero no pueden evitar las consecuencias de los
miles de hectáreas anegadas y de los caminos destruidos en la zona
rural.
Cierran
tambos, hay campos aislados, la falta de “piso” pone en jaque a
la cosecha, no hay trabajo para los transportistas. La emergencia
continúa en el “sur”.
Este
viernes, las provincias de Córdoba, La Pampa, Santa Fe y Buenos
Aires volverán a comprometerse a trabajar en conjunto para sacar los
excesos hídricos del centro del país. La Nación prometió que
destinará mil millones de pesos a obras que se harán en Buenos
Aires para derivar el agua por la cuenca del río Salado. De
concretarse, el proyecto puede demandar “dos o tres años” y
aliviará a esta región cordobesa, limítrofe con esas provincias.
Mientras
tanto, la lucha contra el agua sigue, cuerpo a cuerpo. Como el año
pasado fue en los departamentos San Justo, Unión y Marcos Juárez,
esta vez los excesos hídricos complican a General Roca y Roque Saénz
Peña.
Lamentos
“En
los alrededores de Serrano no hay un sólo camino rural por el que se
pueda pasar con un camión cargado. Nunca se ha visto algo así. Hay
zonas donde han hecho lo imposible, pero han tenido que cerrar tambos
porque llueve todas las semanas, sigue entrando agua y tenemos la
presión de las napas por la laguna. Se está sufriendo mucho, el
campo acá la está pasando mal y ya lo están sintiendo los
transportistas y el pueblo”, comenta Gastón Marcos, mientras
trabaja en el barro, con productores vecinos, para improvisar un paso
por el medio de un lote.
Desde
Navidad, en los pueblos al sur de la ruta 7, ha llovido el doble de
la media mensual, tanto en la cuenca de La Picasa como en la Laguna
del 7 y la zona de derrame del río Quinto.
Todo
el cuadrante sudeste del mapa de Córdoba está saturado. Con
improvisadas defensas y tapones en las alcantarillas, han evitado que
la correntada inunde los pueblos. Pero el agua parece vengarse desde
el subsuelo e invade las zonas urbanas por las uniones del piso y el
asfalto; colapsan las cloacas, se derriban los pozos negros.
“Antes
en Italó la napa estaba a 2,80 metros y ahora la tenemos a menos de
0,80, hay mucha gente aislada en los campos”, asegura Roberto
Masson, quien se dedica a alambrar y a hacer perforaciones. Cuenta
que tiene un jeep , pero que ahora tiene que ir a trabajar a caballo,
por las lagunas.
“De
46 tambos de esta cuenca lechera han cerrado 11, desde diciembre
hasta ahora”, lamenta Gabriel Rodríguez Martina, quien pidió
licencia como cura para asumir en 2015 la intendencia de Serrano.
“Cierran porque a la producción hay que sacarla diariamente y no
hay caminos. La estancia La Legua cerró el tambo en el que
trabajaban 40 personas. Estamos esperanzados en el acuerdo con otras
provincias para una canalización, fue un gran logro que Buenos Aires
aceptara el agua y, mientras, Córdoba va a poder hacer obras para
descomprimir el nivel de la laguna, pero la situación hoy es grave,
están afectados los transportistas, todo el pueblo siente la
recesión”, expresó.
Peleas
y reuniones
Edgar
Castelló, secretario de Recursos Hídricos de la Provincia, sostuvo
que las obras hechas en Córdoba antes del acuerdo interprovincial
“funcionaron bien” y que ahora “se consensuarán prioridades”.
En lo
inmediato, aspiran a controlar los niveles freáticos en las zonas
urbanas y en sistematizar la cuenca de la Laguna del 7. Además,
presentarán un modelo hidráulico del comportamiento del río Quinto
a las provincias vecinas para poder avanzar con la limpieza del
cauce.
En la
zona de Pincén, la más complicada hoy, sólo está planteada la
defensa del casco urbano. Se admite que allí la solución definitiva
depende de un acuerdo con La Pampa.
A
todo esto, el martes, un centenar de personas se reunió en Jovita
para analizar las consecuencias económicas que las inundaciones
traen aparejadas en la región. “Es muy grave lo que pasa, pero en
lugar de reclamar, lo que queremos es que se hagan estudios serios y
que podamos participar y comprometernos todos juntos en la búsqueda
de la solución”, aseguró Walter Toledano, intendente de esa
localidad.
En la
reunión analizaron imágenes aéreas del río Quinto y de los campos
inundados. “Hice un video con imágenes aéreas para pedir que no
se peleen, que no se tiren el agua uno al otro, que puedan ver desde
arriba cómo el problema es generalizado, es de todos”, comentó el
aviador Mauricio Pasarín.
Canales
clandestinos
La
Policía Ambiental de la provincia clausuró en los últimos días
varios canales de desagües rurales clandestinos detectados en el sur
provincial. Los controles se realizaron en cercanías de las
localidades de Jovita y General Levalle. Con orden de allanamiento,
se taponaron esas canalizaciones, que al no formar parte de planes
integrales generan nuevas complicaciones.
Córdoba
perdió juicios por obra mal hecha. Más de $ 20 millones debe pagar
la Provincia, por un fallo de 2010. Héctor Barrera, abogado de un
productor de Italó, precisó que en 1999 la Provincia construyó el
canal Aliviador Pincén. “Fue hecho en contra del escurrimiento
natural. El agua fue a parar a varios campos. A mi cliente le
anegaron 1.200 hectáreas, incluso arruinaron un gran tambo que
tenía”, citó.
Fuente:
Denise Audrito, El agua no baja y genera tensiones en el sur cordobés, 20/04/17, La Voz del Interior. Consultado 20/04/17.
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