La
basura generada en Europa y América del Norte acaba en el Ártico
arrastrada por la corriente.
por Miguel
Ángel Criado
Los
plásticos arrojados a las playas de la costa este de Estados Unidos o de la
Europa atlántica acaban en el polo norte. Un muestreo de las aguas
del océano Ártico desvela que hasta allí llegan el polietileno de
las bolsas, los gránulos usados en las cremas exfoliantes y una
larga lista de residuos de plástico. La principal corriente marina
lleva la basura humana hasta tan al norte.
En
los mares de la región ártica hay entre 100 y 1.200 toneladas de
plástico flotando, según esta investigación, publicada en Science Advances. Los investigadores no pueden afinar más: en la inmensidad
del mar, lanzaron una red especial en 42 zonas de muestreo mientras
circunnavegaban el Ártico a bordo de la expedición Tara. Con la
concentración encontrada en esas áreas, extrapolaron a todo el
océano. En valores medios, el número de trozos de plástico que
puede haber ronda los 300.000 millones, casi todo en minúsculos
fragmentos.
"Es
la cantidad que estimamos que hay en superficie, no el plástico del
casquete polar ni el del fondo del mar, dónde debe de haber una
mayor concentración", dice el biólogo de la Universidad de
Cádiz y principal autor de la investigación Andrés Cózar. En
términos absolutos, esas cifras supondrían apenas el 3 % de la
polución plástica que hay en los océanos y mares del planeta.
"Pero la concentración de plástico medida por área es similar
a otras regiones", aclara este investigador.
Cózar
ya había comprobado en 2014 cómo los plásticos generados en las costas acababan mar adentro, en particular en las zonas de
convergencia de determinadas corrientes marinas (los giros
subtropicales). Un estudio posterior mostraba que la mayor parte del
plástico acababa más tarde o más temprano en el fondo del mar. "La
superficie no es el destino final del plástico, ya sea en unas
semanas, meses o años, acaba sedimentando", recuerda Cózar. Y
eso mismo podría estar pasando en el Ártico.
Los
investigadores, que rodearon el casquete polar en retirada durante el
verano de 2013, comprobaron sin embargo que la mayor parte del Ártico
esta libre de plásticos. Al menos en las aguas más superficiales
que han estudiado, el 95% de los residuos plásticos se concentran en
el mar de Barents, al norte de Noruega y Rusia, y en el mar de
Groenlandia, al este de la gran isla.
Esta
concentración geográfica del plástico ya daba pistas de lo que los
investigadores querían comprobar: ¿cómo llega tanto plástico tan
al norte? "Lo lleva la circulación termohalina, la corriente
que redistribuye el calor de los trópicos a latitudes más
elevadas", explica el investigador español.
Esta
circulación, que afecta al clima de todo el planeta, lleva las aguas
más cálidas del Atlántico hasta el Ártico y, con ellas, el
plástico. Al llegar al océano Ártico, el agua más fría se hunde
y reinicia el ciclo, dejando el plástico arriba. Su concentración
en los mares de Barents y Groenlandia se termina de explicar por la
presencia de las masas de tierra que los rodean y el agua dulce del
deshielo, más densa, que frena el avance del plástico.
Para
determinar el origen de los plásticos, los investigadores tuvieron
en cuenta una conjunción de factores. Por un lado, la bajísima
densidad de población de la zona y su relativo menor tráfico
marítimo arrojan ratios imposibles de polución plástica por
habitante. Además, el diminuto tamaño y la composición de esta
basura, donde escasea el film de plástico (más fotodegradable),
indicarían que ha hecho un viaje muy largo hasta llegar aquí.
La
prueba definitiva la obtuvieron de una serie de boyas con seguimiento
por satélite desplegadas por el Atlántico. Destinadas para otros
fines, los investigadores comprobaron cómo acababan en las mismas
aguas del Ártico donde ellos han recogido tanto plástico. Como dice
en una nota el oceanógrafo del Imperial College de Londres y coautor
del estudio, Erik van Sebille: "Lo preocupante es que gran parte
del plástico flotante encontrado en los mares de Groenlandia y
Barents proviene de las costas del Noroeste de Europa, Reino Unido o
la costa este de Estados Unidos. Es nuestra basura la que acaba
allí".
Fuente:
Miguel Ángel Criado, El plástico que tiramos llega hasta el círculo polar, 19/04/17, El País.
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