martes, 25 de abril de 2017

Hundimientos por napas altas, ahora en el centro provincial


Oncativo, a 76 kilómetros de la Capital, se suma a las localidades con inmuebles que se agrietan por exceso de agua en los suelos. En el sur y en el nordeste de Córdoba ese problema lleva años y se agudiza en temporadas lluviosas.

por Augusto Laros

El aumento del nivel de las napas viene generando preocupación en buena parte del territorio provincial, desde hace varios años. Al menos un tercio de la geografía cordobesa se ve afectado por el aumento de volumen de las aguas subterráneas que rozan, en muchos sitios, el propio suelo.

En las zonas rurales, genera que los campos se transformen en lagunas porque la tierra ya no absorbe más agua. En zonas urbanas, una secuela se ve en los hundimientos, grietas y rajaduras que aparecen en los inmuebles ante la pérdida de suelo firme.

Numerosas localidades del sudeste y del sur provincial llevan años con estas dificultades. También se han registrado en pueblos y ciudades del nordeste. Son las áreas que suelen registrar mayores lluvias y con tierras más deprimidas en altura.

Pero desde el año pasado, el fenómeno empezó a aparecer en localidades del centro del mapa, donde esa situación era inexistente. Así, se reportaron dificultades el año pasado en Colazo, Pozo del Molle y Etruria, por ejemplo. A la lista se suma ahora Oncativo, en el departamento Río Segundo, a 76 kilómetros de Córdoba capital.

Oncativo
En Oncativo, la zona más afectada es el centro, aunque los inconvenientes florecen también en varios barrios.

Según el concejal Nicolás Filoni, el problema afecta a más de 200 viviendas y negocios de esa ciudad. En cambio, el intendente Gastón Ré calcula que el número no llega a 50. En rigor, no existe un relevamiento para precisar los inmuebles damnificados.

Ré reconoció que las napas se ubican hoy a menos de dos metros, y que la mayoría de los sótanos de la ciudad están con agua.

Tuvimos más de mil milímetros anuales de lluvia en los últimos tres años, cuando la media es de 700”, apuntó el intendente, que admite un “panorama complicado”. Según le transmitieron desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), hasta julio las napas seguirán subiendo. “Es un problema que viene para quedarse”, advirtió.

Esta semana, los vecinos más preocupados mantendrán una reunión con autoridades municipales en busca de soluciones.

Uno de los edificios más afectados es el teatro Victoria, un ícono de la ciudad. Con más de 100 años, presenta hundimientos de cerca de 20 centímetros. “Además, tenemos agua en el sótano desde hace dos meses y las escaleras están rajadas. Es un peligro estar acá”, resume la empleada del bar del teatro.

Al lado, un negocio de calzados también tiene su sótano inundado. El problema se repite en casi todos los comercios de la céntrica calle Belgrano.

Un matrimonio tuvo que colocar más de 40 micropilotes en su casa para recalzar la estructura, que corría riesgo de derrumbe. “Cada pilote nos costó cerca de 10 mil pesos. Ahora tenemos que refaccionar habitaciones dañadas”, apuntó Abelardo a La Voz .

Aunque parezca insólito, la dueña de otro comercio que también tiene inundado el sótano contó que lo mantiene con cloro y pastillas, “como si fuera una pileta”. Asegura que le recomendaron no sacar el agua.

La propietaria de otro negocio prevé cerrarlo desde el 1° de mayo porque teme que se venga abajo. Tiene grietas en todas sus paredes. “Primero inhabilitamos una parte y ahora decidimos cerrarlo para iniciar reparaciones”, dijo.

A un vecino de calle Rivadavia la tierra le “tragó” su camioneta, que había dejado estacionada sobre la vereda. Según Ré, en ese caso el problema fue que se desmoronó el pozo negro. Pero por la misma causa de fondo.

En el Concejo Deliberante, estudian un proyecto de ordenanza presentada por el concejal opositor Nicolás Filoni, que pretende eximir del pago de contribuciones a los damnificados. Mientras, el intendente Ré señaló que gestionará subsidios para aquellos que no puedan costear los gastos de reconstrucciones.

En Pozo del Molle, no afloja
Con siete mil habitantes, también en el departamento Río Segundo, Pozo del Molle padece problemas de inundaciones desde hace tres años. La situación es tan complicada que el año pasado el intendente Carlos Salvático llegó a decir que si no hay una solución el pueblo podría desaparecer.

Según Salvático, están asentados “sobre una gelatina”, porque en buena parte ya no hay tierra sino barro, que cede y se mueve. Eso ocasionó que el año pasado, con un cuadro más complejo al actual, varios inmuebles se hundieran. La iglesia, el Banco de Córdoba y la sede del Centro Comercial –por citar tres edificios emblemáticos– se hundieron hasta 15 centímetros, por ejemplo. Numerosas viviendas y locales comerciales han sufrido similares problemas.

En la iglesia colocaron 96 micropilotes para evitar que se derrumbara y ahora trabajan en su reconstrucción.

Algunas casas tuvieron que ser demolidas”, contó un vecino de esta localidad situada a 206 kilómetros de la Capital.

Las napas, a veces, brotan del suelo”, graficó.

Fuente:
Augusto Laros, Hundimientos por napas altas, ahora en el centro provincial, 25/04/17, La Voz del Interior.

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