En algunas arterias se formaron socavones. Foto: Diario El Sol |
En un solo día llovió el 25 % de lo que llueve en un año y, en algunas arterias, se formaron grandes socavones; denuncian ausencia de un plan estratégico oficial.
por Pablo
Mannino
Una
vez más, Mendoza quedó atrapada por el agua. Un nuevo diluvio, esta
vez sin granizo, provocó fuertes dolores de cabeza en la población,
pero también en las autoridades gubernamentales dado que, al
momento, no existe un plan de obras para comenzar a prever este tipo
de contingencias que dejan a gran parte de la ciudadanía a la deriva
o incomunicada.
La
ausencia de obras hidráulicas, la falta de limpieza de cauces, la
rotura de desagües y los descuidos de los ciudadanos con los
residuos se han convertido en un combo explosivo que, con cada
lluvia, muestra la peor cara de una provincia que no está preparada
para enfrentar eventos climáticos extremos.
Una
de las imágenes más impactantes del diluvio tuvo lugar en
Guaymallén, el departamento más grande de Mendoza. Allí, en la
calle Profesor Mathus del distrito El Sauce, un auto quedó atrapado
en un enorme cráter que se produjo en la tierra tras el colapso del
colector cloacal; afortunadamente, el conductor resultó ileso.
Además, el tradicional puente del Acceso Este que permite el ingreso
al concurrido Mendoza Plaza Shopping, en Villa Nueva, quedó
prácticamente cubierto por el agua.
Según
especialistas en meteorología, es posible que en lo que resta del
año sigan produciéndose precipitaciones por encima de los
parámetros normales. Consecuentemente, se superaría el promedio
acumulado anual de lluvias.
En la
provincia, la postal que se replicó en las últimas horas fue
devastadora. Grandes socavones en diferentes arterias, gente
evacuada, calles anegadas, árboles caídos y acequias abarrotadas de
hojas y desperdicios. Según información oficial, hubo alrededor de
100 viviendas inundadas y medio centenar de personas que debieron ser
asistidas tras evacuar sus hogares. Defensa Civil, en tanto, tuvo que
realizar más de 400 intervenciones.
Según
datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en la tierra del
sol y del buen vino llovió un cuarto de lo esperado para todo el año
en tan solo 24 horas. Así, entre el lunes y el martes, cayeron más
de 50 milímetros, es decir, un 25 % de los 200 milímetros promedio
anuales que se acumulan en la provincia. En ese sentido, los
departamentos de San Carlos y Guaymallén fueron los más afectados y
suspendieron las clases en las escuelas.
Aunque
el granizo que azotó a la provincia a comienzos de mes no tuvo el
impacto de la lluvia caída en las últimas horas, en esta
oportunidad se registraron -además de evacuados y viviendas
inundadas- 23 paredes y 11 techos caídos; además de dos propiedades
de adobe derrumbadas en las localidades de Guaymallén y Las Heras.
El
suministro eléctrico también se vió afectado. Casi 4000 usuarios
estuvieron sin luz. Además, se registraron filtraciones y goteras en
diversos centros asistenciales. Por otra parte, el paso internacional
Cristo Redentor quedó inhabilitado hasta el mediodía de este
miércoles por el temporal, ya que además de nevadas en alta montaña
hubo congelamiento de calzada y desprendimiento de rocas.
La
Dirección de Contingencias Sociales de Mendoza y las diferentes
dependencias municipales suministraron a los afectados colchones,
frazadas, nailon y alimentos.
"Agradecemos
la ayuda, pero no la queremos más. Sólo pedimos que nos den la
posibilidad de tener una vivienda, y no gratis, la queremos pagar,
pero basta de nailon, colchones y demás. Necesitamos que el Gobierno
tenga un plan para todos", expresó una vecina de un
asentamiento de Rodeo de la Cruz, uno de los sitios más complicados
por el temporal.
Fuente:
Pablo Mannino, Tras el diluvio, colapsó Mendoza, 18/04/17, La Nación. Consultado 19/04/17.
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