Christina
Figueres. líder mundial contra cambio climático. La
respuesta de una de los líderes del mundo ante la salida de Estados Unidos
del Acuerdo de París lanza señales de optimismo.
por Álvaro
Murillo
Christiana
Figueres, una de las principales gestoras del Acuerdo de París
contra el cambio climático, ya sabía que Donald Trump iba a
anunciar la salida de Estados Unidos de este histórico convenio
global alcanzado en 2015. Lo tenía claro, pero igual hizo una pausa
el jueves, en su agenda de reuniones en Santiago de Chile, para
buscar una sala y ver por televisión cómo el presidente de la mayor
economía mundial iba a justificar su decisión ante los micrófonos.
Lo que vio la dejó desconcertada. Solo se atreve a lanzar un par de
hipótesis sobre las motivaciones reales de Trump, porque está
convencida de que los motores de la economía estadounidense van por
un camino distinto del de la Casa Blanca.
Como
a gobernantes de otros países y actores de poder internos en Estados Unidos,
el discurso de Trump le dejó una sensación de perplejidad. "Nadie
entiende lo que pasa por la cabeza del presidente", resumió
ayer la antropóloga y diplomática costarricense que lideró las
negociaciones del Acuerdo de París en 2015 como secretaria general
de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático
(CMNUCC).
"No
me sorprendió que anunciara el deseo de retirarse, pero sí la falta
de entendimiento de datos básicos económicos de Estados Unidos, de
estructuras legales y de procedimientos. Es difícil entender cómo
un jefe de Estado se pone frente a las cámaras con tal grado de
desconocimiento", contestó a EL PAÍS desde Chile después de
atreverse mencionar como posibles motivaciones el gusto de Trump por la provocación y su afán por hacer parecer que cumple sus promesas
de campaña centradas en el nacionalismo.
Figueres
recordó que el Acuerdo de París, suscrito por 195 países, estipula
que ninguna nación puede retirarse antes de noviembre de 2019. "Sí
veo posible que ellos retiren ya los fondos que contribuyen a la
Secretaría de Cambio Climático y al Fondo Verde, así como todas
las contribuciones financieras y técnicas. Eso es predecible. Lo que
no es predecible es qué van a hacer en estos tres años en que
continúan las negociaciones en el marco
del Acuerdo. EE UU legalmente es parte de él hasta el año 2020 y
anunciar un retiro inmediato demuestra un gran desconocimiento".
Derecho
a un aire limpio
Trump
se ha justificado diciendo que se retira del Acuerdo de París porque
los esfuerzos por reducir las emisiones contaminantes en el planeta
dejan en desventaja a la economía de Estados Unidos (segundo país
contaminante del planeta) y su intento por generar empleos,
explicación que para Figueres raya en lo absurdo. "Es como
decir que Estados Unidos no tiene derecho a un aire limpio. Eso lo saben
incluso los grupos de empresarios en sectores como el de la minería
de carbón. Decir que se puede retornar a generar empleos en la
industria del carbón es completamente falaz, porque los empresarios
le han explicado que el mercado se ha inclinado más hacia el gas
natural y, además, se ha automatizado mucho la extracción en las
minas. Eso se lo explicaron ellos y él lo sabe o, bueno, debería
saberlo. Uno de verdad se pregunta si hay intención de defender a Estados Unidos más allá de lo retórico", afirma.
Las
posiciones de los agentes económicos estadounidenses son las que
permiten a Figueres alimentar un optimismo que, de por sí, lleva
incorporado en su desempeño como negociadora internacional por
políticas contra el cambio climático. "El anuncio del
presidente no socava la eficacia del Acuerdo de París porque la Casa
Blanca no es el equivalente de la economía de Estados Unidos. Hay una brecha
entre la Casa Blanca y lo que va a hacer la economía de Estados Unidos, donde
muchos están convencidos de la necesidad de cambiar el rumbo. Hay
una buena posibilidad de lograr las metas de reducción de emisiones
planteadas en el Acuerdo, incluso sin el apoyo del Gobierno federal,
aunque claro que hubiera sido más fácil si existiera ese apoyo",
asegura.
"Por
eso le digo que el anuncio de Trump es triste, pero este proceso es
imparable ya", afirmó la costarricense, quien en 2016 renunció
a la secretaría del CMNUCC para presentarse, sin éxito, como
candidata a la secretaría general de Naciones Unidas. Ahora es líder
de organizaciones internacionales y portavoz del mensaje global
contra el cambio climático.
"Estoy
contenta porque se ha desplegado una ola de entusiasmo sin paralelo
dentro y fuera de Estados Unidos. Ha habido una provocación del presidente
Trump que en las últimas horas hizo a muchos salir de su zona de
comodidad y tomar de manera más contundente la bandera y asegurar
que se van a cumplir las metas y vamos a llegar incluso más allá".
Figueres
enumeró una larga lista de países que entre el jueves y ayer
hicieron público su respaldo al Acuerdo de París, incluida una
declaración de miembros de la Unión Europea junto a China, el mayor
emisor de gases sucios. "También de Rusia, Brasil, Nueva
Zelanda, Marruecos, México, Uruguay, Costa Rica, Chile, Fiyi y
otros. Son países que están saliendo a decir que este anuncio de la
Casa Blanca no los representa. Por eso le digo que este proceso es
imparable".
La
ola de rechazo que frenará a otros países
El
objetivo general del Acuerdo de París es comprometer a los países a
reducir la emisión de gases contaminantes para impedir que a finales
del siglo la temperatura mundial aumente más de 1,5° centígrados.
El pacto fue suscrito por 195 países después de arduas
negociaciones en las que resultaba vital el apoyo de Estados Unidos, entonces
presidido por Barack Obama, que ofreció reducir las emisiones de su
país hasta un 28 % en 2025 en comparación con 2005 mediante medidas
que Donald Trump ha ido desmantelando mediante órdenes ejecutivas.
"En lo formal era vital la presencia de Estados Unidos para adoptar el
Acuerdo marco, pero su eventual ausencia no será un impedimento para
su puesta en marcha", advirtió Figueres sin soltar su discurso
optimista nutrido por las últimas reacciones. "Ahora vemos que
sería difícil que algún otro Gobierno se atreva a un anuncio
similar al de la Casa Blanca habiendo visto la ola de rechazo
político y diplomático a la que se expone".
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Fuente:
Álvaro Murillo, “El anuncio de Trump es triste, pero este proceso es imparable”, 02/06/17, El País. Consultado 03/06/17.
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