viernes, 9 de junio de 2017

La Atlántida rusa: Por qué la Unión Soviética inundó esta floreciente ciudad y más de 700 pueblos


Era una tranquila ciudad de unos 5.000 habitantes. con varias iglesias, fábricas e instituciones educativas, culturales y de salud, hasta que una decisión política la borró totalmente del mapa.

En la región rusa de Yaroslavl, a unos 300 kilómetros al norte de Moscú, está teniendo lugar una expedición submarina única. Cámara en mano, los buzos se sumergen uno por uno hasta el fondo del embalse de Rýbinsk para encontrar y mostrar al mundo lo que queda de los pueblos, haciendas, templos e iglesias de una zona que fue inundada artificialmente hace casi 80 años.

El objetivo de este proyecto es crear un modelo tridimensional del terreno, de modo que cualquier usuario de Internet pueda ver lo que hay bajos las aguas del pantano.

Una ciudad floreciente
Hasta los años cuarenta, en esta zona había centenares de municipios, cuyo centro administrativo era Mologa, una antigua ciudad rusa que existía por lo menos desde el siglo XII. Entre los siglos XV y XIX fue un importante centro comercial y se convirtió en lugar de vacaciones de numerosas familias nobles del país que construyeron allí haciendas.

A principios del siglo XX, Mologa contaba con una población de más de 5.000 personas y albergaba varios templos e iglesias, instituciones educativas, culturales y de salud, fábricas y establecimientos comerciales.

El 14 de septiembre 1935, la tranquila vida de la ciudad y de la comarca fue abruptamente interrumpida por la decisión de las autoridades soviéticas de construir en el lugar el embalse y la central hidroeléctrica de Rýbinsk.

Ciudad inundada
Durante el proceso de construcción, en los años cuarenta, la ciudad de Mologa, junto con más de 700 pueblos y aldeas de la zona fueron inundados. Muchos monumentos históricos y culturales se perdieron, y cerca de 130.000 personas tuvieron que ser desplazadas.

En total, el agua inundó 740 municipios, tres monasterios, más de 50 iglesias con sus respectivos cementerios, 80.000 hectáreas de prados únicos y casi tantas de tierra cultivable, así como 250.000 hectáreas de bosque.

La noticia sobre la necesidad de reubicación provocó un grave desasosiego entre los habitantes de la zona. Según un informe del teniente de seguridad Sklyárov -un documento que citan varios medios rusos pero cuya autenticidad no ha sido confirmada-, 294 personas "decidieron voluntariamente morir con sus propiedades durante el llenado del embalse".

Además de eso, entre 1936 y 1941 murieron unos 150.000 prisioneros del campo de detención Volgolag, que fueron los encargados de la construcción de la central hidroeléctrica.

Desde 1960, los habitantes locales se reúnen para celebrar la memoria de la ciudad perdida: durante muchos años, casi en secreto, puesto que en la época soviética era considerado un tema tabú.

Ciudad que vuelve
Hace casi 80 años que la ciudad de Mologa desapareció del mapa, pero de vez en cuando, las ruinas de la antigua población vuelven a aparecer en la superficie cuando bajan las aguas del embalse.

En 1992-1993, el nivel del agua se redujo en más de 1,5 metros, lo que permitió a los especialistas regionales organizar una expedición y recoger materiales para el futuro museo de Mologa y un documental.

En 2014, el agua bajó tanto que los vecinos pudieron ver los restos de viviendas y el trazado de las calles de la población.

Ciudad perdida
Entre el 1930 y el 1950, nueve ciudades soviéticas, cada una promedio de alrededor de 5.000 personas de población, fueron inundadas para la construcción de centrales hidroeléctricas.

Algunas de ellas solo se inundaron parcialmente, otras fueron reconstruidas e incluso se convirtieron en más desarrolladas que antes. Este no fue el caso de Mologa, cuya historia se interrumpió para siempre en los años cuarenta.

María Lekant

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