Más
de un centenar de personas han perdido la vida a causa de un seísmo
de magnitud 7,1.
Al
menos 216 personas han muerto en los Estados de Morelos, Puebla, México y Ciudad de México por el terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter que ha sacudido el centro del país. Esta es la
información confirmada hasta este momento:
- Un
fuerte seísmo de magnitud 7,1 ha sacudido el centro del país a las
13.14 (hora local).
- Las autoridades cifran en al menos 217 el número de víctimas: 86 de
ellas en Ciudad de México, 71 en Morelos, 43 en Puebla, 12 en el
Estado de México, cuatro en Guerrero y una en Oaxaca.
- Entre
los muertos hay más de 20 niños en una escuela de Ciudad de México,
donde aún hay más de 30 desaparecidos.
- El
epicentro se ha localizado a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan,
situada en el central estado de Morelos, a una profundidad 57
kilómetros.
- Al menos 44 edificios se han derrumbado en Ciudad de México.
- El
sistema de Mexicable está suspendido y los autobuses públicos
funcionan de manera gratuita y normal. Debido a un fallo en el
suministro eléctrico, no hay servicio de Metro en las líneas 8, 12,
4 y 5.
- Las
operaciones aéreas se han suspendido en el aeropuerto de la capital.
- Las
actividades escolares han sido suspendidas hasta nuevo aviso, al
igual que la sesión bursátil de la Ciudad de México.
- Los equipos de rescate y los vecinos trabajan para rescatar a las personas que se encuentran bajo los escombros.
- El
volcán Popocatépetl ha entrado en erupción tras el terremoto.
- El
presidente Enrique Peña Nieto, que se encontraba fuera de Ciudad de
México, ha regresado a la capital para coordinar las labores de
rescate. "Se ven imágenes de derrumbes, de varios edificios
colapsados. Tenemos una emergencia en Ciudad de México", ha
declarado.
-
Este nuevo sismo se ha producido justo cuando se cumplen 32 años del terremoto de 8,1 grados que dejó más de 10.000 muertos en 1985 y
que redujo a ruinas amplios sectores de Ciudad de México.
La
cercanía del epicentro impidió que las alarmas anticipasen con
suficiente tiempo el terremoto
El
sistema de alertas de la Ciudad de México se activó justo en el
momento del sismo, no antes.
por Ignacio
Fariza
El
sistema de alarmas centinelas de terremotos en la Ciudad de México
no pudieron anticipar el sismo devastador de este martes, que causó
más de 210 muertos en distintas zonas del país. El motivo: la mayor
parte de sensores están situadas en zonas costeras, no en el
interior del país. Y el epicentro del temblor ha estado en Morelos,
en pleno centro de México y a solo 100 kilómetros de distancia de
la capital mexicana. No hubo fallo técnico, según fuentes
oficiales: simplemente el temblor no se pudo detectar a tiempo para
que la población abandonase el lugar en el que se encontraba para
ponerse a salvo.
Xyoli
Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional, asegura a El País que la ubicación del epicentro y la situación de las alarmas
impidieron que el sistema de alertas funcionara. "Hay que
recordar que ninguna alerta sísmica funciona para sismos tan
cercanos", ha asegurado. La zona de Morelos en la que se ha
producido el temblor, agrega Pérez Campos, no tiene una actividad
sísmica tan alta como algunos puntos de Chiapas y Oaxaca, donde el pasado 7 de septiembre se produjo un sismo de 8,2 y dejó alrededor
de 100 muertos en el sur del país.
“Se
requiere que al menos tres sensores lo detecten para que salte la
alarma”, subraya Carlos Valdés, director general del Centro
Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en declaraciones a
El País. “Técnicamente es imposible tener cubierto todo el país.
El sistema está diseñado para sismos costeros [mucho más lejanos],
que son la mayoría”. Además, añade este responsable oficial, “la
profundidad, tan baja, ha hecho que la propagación sea casi
inmediata y que se haya sentido prácticamente a la vez que el
movimiento fue detectado por los sensores”.
Tomás
Alberto Sánchez Perez, director de Comunicación Social del Cenapred
coincide con el análisis. "El sistema requiere cierto tiempo
para procesar la información. Es cuestión de segundos, pero
suficiente para que la alerta llegase justo cuando se estaba
produciendo el seísmo. La alerta, para un temblor tan cercano, suena
simultáneamente. No así para los sismos lejanos de la ciudad como
el de hace dos semanas, en Oaxaca. En aquel momento fueron 60 o 70
segundos entre el momento en el que sonó la alerta y en el que se
sintió el sismo en la capital".
El 15
de junio de 1999 y el 24 de octubre de 1980 se produjeron temblores
en la misma zona en la que ha tenido origen el terremoto de este
martes, pero ninguno fue tan devastador, ya que no sus epicentro no
estuvieron situados en puntos tan cercanos a la capital.
El
secretario de Gobernación, Miguel Ángel Ossorio Chong, ha
confirmado en una entrevista en Foro TV que en cada lugar afectado ya
hay desplegado un mando único que está coordinando a todos los
equipos de rescate y emergencia. “Hay mucha gente que quiere
ayudar, pero les pedimos que, por el momento, esperen”, ha añadido.
“Para quienes regresan a sus casas, lo más importante es revisar
las conexiones de gas. Y, sobre todo, no entrar a los edificios que
se vean dañados”.
“Lo
perdimos todo”
Al menos tres derrumbes a unas calles de distancia, cadenas humanas sacando los escombros, las ambulancias atendiendo a los que quedaron atrapados: así se vivió el sismo en la colonia Narvarte.
por Elías
Camhaji
Los
rescatistas levantaban ambas manos con los puños cerrados. Todos
tenían que guardar silencio. Desde uno de los oficios aledaños, dos
voluntarios sostienen a Omar Tinajero, el encargado de revisar que no
hubiera nadie en el edificio entre las calles de la Morena y Enrique
Rebsamen. "Todo estaba al borde del colapso, gritaba para ver si
quedaba alguien, pero no obtuve respuesta, teníamos que tomar el
riesgo porque un reporte decía que había una mujer atrapada en el
cuarto piso", describe Tinajero con una linterna atada a la
cabeza después de entrar a los apartamentos, completamente ladeados
y desparramados sobre una casa vecina. Los vidrios están reventados,
las escaleras hechas añicos, un hueco separa el suelo de los
cimientos, el tendedero cuelga frente a la fachada. "Perdí mi
casa, mi ropa, todos mis documentos, todo por lo que hemos trabajado,
lo perdimos todo", lamenta Jessica, de 30 años, frente al sitio
en el que vivió por tres años.
Tinajero
no encuentra a nadie en la última revisión. Los rescatistas apuran
el paso. Hay múltiples reportes de derrumbes en la colonia Narvarte,
una zona habitacional con viviendas de la segunda mitad del siglo XX,
de las más afectadas por el sismo de magnitud 7,1 que ha azotado a
la Ciudad de México este 19 de septiembre. Los vecinos se agrupan y
forman una pequeña asamblea. "¿Qué hacemos?", grita la
presidenta del condominio: "¿Hacemos guardias?". "No
se pueden quedar dos personas, tenemos que pasar la noche aquí
todos, me están diciendo que hay muchos saqueos", responde otro
vecino desesperado. Tienen la esperanza de recuperar algo, de ver si
algo se ha salvado.
"La
vida se nos fue con esto", cuenta la compañera de piso de
Jessica, quien prefiere no dar su nombre. Ninguna de las dos estaba
en casa al momento del derrumbe. Se enteraron por un grupo de
Whatsapp que todo estaba arrasado y caminaron desde el trabajo para
medir el alcance de los daños. La única buena noticia es que se ha
rescatado a una mascota que había quedado atrapada en la azotea.
Unas
calles más adelante, un edificio sobre el Viaducto Miguel Alemán,
entre las vías de Monterrey y Medellín, ha colapsado. "Fue horrible, se desplomó por completo, se levantó una nube de polvo y
se escuchó un estruendo espantoso", relata Viviana Ortiz, de 42
años, que vive frente al inmueble. "Nadie se movía de la
impresión, nos paralizamos, a los tres minutos la gente se juntó
para ayudar, había varias personas adentro, tenía al menos seis o
siete pisos", continua. La magnitud de la tragedia es lo que
pueden ver los ojos, lo que se respira en el ambiente. No hay
internet, no hay luz, no hay señal en el teléfono.
Una
grúa gigante ayuda a quitar las estructuras metálicas, a remover
las partes más pesadas. Los peatones se agolpan en los puentes para
ver qué pasa. Un vehículo militar llega a la zona para actuar
contra la emergencia. "Este pelotón va hacia el puente para
despejar la zona, ustedes van a rescate, ustedes se coordinan con los
paramédicos", ordena uno de los mandos. Al menos 217 personas
han fallecido como consecuencia del seísmo en distintas zonas del
país, más de 80 de ellas en la capital, según la Agencia de
Protección Civil.
La
presencia de los soldados da tranquilidad en medio del caos. A partir
de ahora, nadie puede entrar a la zona, que está acordonada. Solo se
hace una excepción para quienes llevan ollas llenas de comida y se
permite permanecer en el perímetro a un grupo de ciudadanos que han
improvisado un centro de acopio de agua y alimentos.
Pero
los voluntarios siguen llegando con palas, cubos, cascos. Quieren
ayudar. En la parte trasera del edificio, la que colinda con Obrero
Mundial y Torreón, una cadena humana se forma para sacar los
escombros. Hay cientos de personas, codo a codo, que se pasan tambos,
pedazos de cemento y varilla que terminan en un camión. Nadie habla,
nadie comenta nada. "¡Cubeta! ¡Cubeta! ¡Cubeta!", dice
el que está al final de la cadena y lanza los baldes para que
regresen al principio.
De
pronto sale a toda velocidad una ambulancia. Los voluntarios aplauden
emocionados. Alguien se ha salvado. Es un conteo no oficial de los
rescatados. Se va una ambulancia y luego otra y otra, esquivando los
coches aparcados, que están llenos de polvo. "Es una sensación
indescriptible, se siente lindo hacer algo para ayudar, pero es
horrible todo lo que ha pasado", cuenta Ramón Gutiérrez, de 32
años. Muchos de los presentes viven en la vecina y céntrica colonia
Roma y no tienen recuerdo del terremoto de 1985, la peor tragedia en
la historia moderna de la capital que se conmemora cada 19
septiembre, en la que fallecieron más de 10.000 personas.
Hoy
la historia es otra. No hay tiempo que perder. "Hace como una
hora escuchamos sonar un claxon entre las ruinas, alguien debió
quedarse atrapado en el estacionamiento", afirma Marco González
de la Concha, uno de los rescatistas que atiende el derrumbe en Petén
y Zapata, también en la colonia Narvarte. Aún hay gente entre los
escombros. "Solo hemos podido sacar a cinco", aduce entre
lágrimas.
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Fuentes:
Lo que se sabe del terremoto en México, 20/09/17, El País. Consultado 20/09/17.
Ignacio Fariza, La cercanía del epicentro impidió que las alarmas anticipasen con suficiente tiempo el terremoto, 20/09/17, El País. Consultado 20/09/17.
Elías Camhaji, “Lo perdimos todo”, 20/09/17, El País. Consultado 20/09/17.
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