miércoles, 20 de septiembre de 2017

Lo que se sabe del terremoto en México

Más de un centenar de personas han perdido la vida a causa de un seísmo de magnitud 7,1.

Al menos 216 personas han muerto en los Estados de Morelos, Puebla, México y Ciudad de México por el terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter que ha sacudido el centro del país. Esta es la información confirmada hasta este momento:

- Un fuerte seísmo de magnitud 7,1 ha sacudido el centro del país a las 13.14 (hora local).

- Las autoridades cifran en al menos 217 el número de víctimas: 86 de ellas en Ciudad de México, 71 en Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, cuatro en Guerrero y una en Oaxaca.

- Entre los muertos hay más de 20 niños en una escuela de Ciudad de México, donde aún hay más de 30 desaparecidos.

- El epicentro se ha localizado a 12 kilómetros al sureste de Axochiapan, situada en el central estado de Morelos, a una profundidad 57 kilómetros.


- El sistema de Mexicable está suspendido y los autobuses públicos funcionan de manera gratuita y normal. Debido a un fallo en el suministro eléctrico, no hay servicio de Metro en las líneas 8, 12, 4 y 5.

- Las operaciones aéreas se han suspendido en el aeropuerto de la capital.

- Las actividades escolares han sido suspendidas hasta nuevo aviso, al igual que la sesión bursátil de la Ciudad de México.


- El volcán Popocatépetl ha entrado en erupción tras el terremoto.

- El presidente Enrique Peña Nieto, que se encontraba fuera de Ciudad de México, ha regresado a la capital para coordinar las labores de rescate. "Se ven imágenes de derrumbes, de varios edificios colapsados. Tenemos una emergencia en Ciudad de México", ha declarado.

- Este nuevo sismo se ha producido justo cuando se cumplen 32 años del terremoto de 8,1 grados que dejó más de 10.000 muertos en 1985 y que redujo a ruinas amplios sectores de Ciudad de México.

La cercanía del epicentro impidió que las alarmas anticipasen con suficiente tiempo el terremoto

El sistema de alertas de la Ciudad de México se activó justo en el momento del sismo, no antes.

por Ignacio Fariza

El sistema de alarmas centinelas de terremotos en la Ciudad de México no pudieron anticipar el sismo devastador de este martes, que causó más de 210 muertos en distintas zonas del país. El motivo: la mayor parte de sensores están situadas en zonas costeras, no en el interior del país. Y el epicentro del temblor ha estado en Morelos, en pleno centro de México y a solo 100 kilómetros de distancia de la capital mexicana. No hubo fallo técnico, según fuentes oficiales: simplemente el temblor no se pudo detectar a tiempo para que la población abandonase el lugar en el que se encontraba para ponerse a salvo.

Xyoli Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional, asegura a El País que la ubicación del epicentro y la situación de las alarmas impidieron que el sistema de alertas funcionara. "Hay que recordar que ninguna alerta sísmica funciona para sismos tan cercanos", ha asegurado. La zona de Morelos en la que se ha producido el temblor, agrega Pérez Campos, no tiene una actividad sísmica tan alta como algunos puntos de Chiapas y Oaxaca, donde el pasado 7 de septiembre se produjo un sismo de 8,2 y dejó alrededor de 100 muertos en el sur del país.

Se requiere que al menos tres sensores lo detecten para que salte la alarma”, subraya Carlos Valdés, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en declaraciones a El País. “Técnicamente es imposible tener cubierto todo el país. El sistema está diseñado para sismos costeros [mucho más lejanos], que son la mayoría”. Además, añade este responsable oficial, “la profundidad, tan baja, ha hecho que la propagación sea casi inmediata y que se haya sentido prácticamente a la vez que el movimiento fue detectado por los sensores”.

Tomás Alberto Sánchez Perez, director de Comunicación Social del Cenapred coincide con el análisis. "El sistema requiere cierto tiempo para procesar la información. Es cuestión de segundos, pero suficiente para que la alerta llegase justo cuando se estaba produciendo el seísmo. La alerta, para un temblor tan cercano, suena simultáneamente. No así para los sismos lejanos de la ciudad como el de hace dos semanas, en Oaxaca. En aquel momento fueron 60 o 70 segundos entre el momento en el que sonó la alerta y en el que se sintió el sismo en la capital".

El 15 de junio de 1999 y el 24 de octubre de 1980 se produjeron temblores en la misma zona en la que ha tenido origen el terremoto de este martes, pero ninguno fue tan devastador, ya que no sus epicentro no estuvieron situados en puntos tan cercanos a la capital.

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Ossorio Chong, ha confirmado en una entrevista en Foro TV que en cada lugar afectado ya hay desplegado un mando único que está coordinando a todos los equipos de rescate y emergencia. “Hay mucha gente que quiere ayudar, pero les pedimos que, por el momento, esperen”, ha añadido. “Para quienes regresan a sus casas, lo más importante es revisar las conexiones de gas. Y, sobre todo, no entrar a los edificios que se vean dañados”.

Lo perdimos todo”

Al menos tres derrumbes a unas calles de distancia, cadenas humanas sacando los escombros, las ambulancias atendiendo a los que quedaron atrapados: así se vivió el sismo en la colonia Narvarte.

por Elías Camhaji

Los rescatistas levantaban ambas manos con los puños cerrados. Todos tenían que guardar silencio. Desde uno de los oficios aledaños, dos voluntarios sostienen a Omar Tinajero, el encargado de revisar que no hubiera nadie en el edificio entre las calles de la Morena y Enrique Rebsamen. "Todo estaba al borde del colapso, gritaba para ver si quedaba alguien, pero no obtuve respuesta, teníamos que tomar el riesgo porque un reporte decía que había una mujer atrapada en el cuarto piso", describe Tinajero con una linterna atada a la cabeza después de entrar a los apartamentos, completamente ladeados y desparramados sobre una casa vecina. Los vidrios están reventados, las escaleras hechas añicos, un hueco separa el suelo de los cimientos, el tendedero cuelga frente a la fachada. "Perdí mi casa, mi ropa, todos mis documentos, todo por lo que hemos trabajado, lo perdimos todo", lamenta Jessica, de 30 años, frente al sitio en el que vivió por tres años.

Tinajero no encuentra a nadie en la última revisión. Los rescatistas apuran el paso. Hay múltiples reportes de derrumbes en la colonia Narvarte, una zona habitacional con viviendas de la segunda mitad del siglo XX, de las más afectadas por el sismo de magnitud 7,1 que ha azotado a la Ciudad de México este 19 de septiembre. Los vecinos se agrupan y forman una pequeña asamblea. "¿Qué hacemos?", grita la presidenta del condominio: "¿Hacemos guardias?". "No se pueden quedar dos personas, tenemos que pasar la noche aquí todos, me están diciendo que hay muchos saqueos", responde otro vecino desesperado. Tienen la esperanza de recuperar algo, de ver si algo se ha salvado.

"La vida se nos fue con esto", cuenta la compañera de piso de Jessica, quien prefiere no dar su nombre. Ninguna de las dos estaba en casa al momento del derrumbe. Se enteraron por un grupo de Whatsapp que todo estaba arrasado y caminaron desde el trabajo para medir el alcance de los daños. La única buena noticia es que se ha rescatado a una mascota que había quedado atrapada en la azotea.

Unas calles más adelante, un edificio sobre el Viaducto Miguel Alemán, entre las vías de Monterrey y Medellín, ha colapsado. "Fue horrible, se desplomó por completo, se levantó una nube de polvo y se escuchó un estruendo espantoso", relata Viviana Ortiz, de 42 años, que vive frente al inmueble. "Nadie se movía de la impresión, nos paralizamos, a los tres minutos la gente se juntó para ayudar, había varias personas adentro, tenía al menos seis o siete pisos", continua. La magnitud de la tragedia es lo que pueden ver los ojos, lo que se respira en el ambiente. No hay internet, no hay luz, no hay señal en el teléfono.

Una grúa gigante ayuda a quitar las estructuras metálicas, a remover las partes más pesadas. Los peatones se agolpan en los puentes para ver qué pasa. Un vehículo militar llega a la zona para actuar contra la emergencia. "Este pelotón va hacia el puente para despejar la zona, ustedes van a rescate, ustedes se coordinan con los paramédicos", ordena uno de los mandos. Al menos 217 personas han fallecido como consecuencia del seísmo en distintas zonas del país, más de 80 de ellas en la capital, según la Agencia de Protección Civil.

La presencia de los soldados da tranquilidad en medio del caos. A partir de ahora, nadie puede entrar a la zona, que está acordonada. Solo se hace una excepción para quienes llevan ollas llenas de comida y se permite permanecer en el perímetro a un grupo de ciudadanos que han improvisado un centro de acopio de agua y alimentos.

Pero los voluntarios siguen llegando con palas, cubos, cascos. Quieren ayudar. En la parte trasera del edificio, la que colinda con Obrero Mundial y Torreón, una cadena humana se forma para sacar los escombros. Hay cientos de personas, codo a codo, que se pasan tambos, pedazos de cemento y varilla que terminan en un camión. Nadie habla, nadie comenta nada. "¡Cubeta! ¡Cubeta! ¡Cubeta!", dice el que está al final de la cadena y lanza los baldes para que regresen al principio.

De pronto sale a toda velocidad una ambulancia. Los voluntarios aplauden emocionados. Alguien se ha salvado. Es un conteo no oficial de los rescatados. Se va una ambulancia y luego otra y otra, esquivando los coches aparcados, que están llenos de polvo. "Es una sensación indescriptible, se siente lindo hacer algo para ayudar, pero es horrible todo lo que ha pasado", cuenta Ramón Gutiérrez, de 32 años. Muchos de los presentes viven en la vecina y céntrica colonia Roma y no tienen recuerdo del terremoto de 1985, la peor tragedia en la historia moderna de la capital que se conmemora cada 19 septiembre, en la que fallecieron más de 10.000 personas.

Hoy la historia es otra. No hay tiempo que perder. "Hace como una hora escuchamos sonar un claxon entre las ruinas, alguien debió quedarse atrapado en el estacionamiento", afirma Marco González de la Concha, uno de los rescatistas que atiende el derrumbe en Petén y Zapata, también en la colonia Narvarte. Aún hay gente entre los escombros. "Solo hemos podido sacar a cinco", aduce entre lágrimas.

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Fuentes:
Lo que se sabe del terremoto en México, 20/09/17, El País. Consultado 20/09/17.
Ignacio Fariza, La cercanía del epicentro impidió que las alarmas anticipasen con suficiente tiempo el terremoto, 20/09/17, El País. Consultado 20/09/17.
Elías Camhaji, “Lo perdimos todo”, 20/09/17, El País. Consultado 20/09/17.

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