martes, 17 de octubre de 2017

La recolección diferenciada de residuos apenas cubre al cinco por ciento de los cordobeses

Es el primer paso hacia la reutilización de la basura. Muy pocas ciudades la aplican. La Capital, muy atrasada. Villa Dolores es la que más avanzó. Largan Marcos Juárez y Jesús María.

por Fernando Colautti

Hace rato que se asume en el mundo más evolucionado -y en los discursos en Argentina- que la recolección diferenciada de residuos desde los domicilios es un paso clave para reducir el complejo problema del destino final de la basura.

Córdoba, sin embargo, está muy lejos de mostrar avances en esa línea: hoy, esa modalidad se aplica, cuanto mucho, para los residuos generados por no más del cinco por ciento de la población provincial.

Sólo con separación en origen es posible clasificar luego los residuos con la eficiencia suficiente para la reutilización o reciclado de una parte, y de ese modo, tener que disponer en enterramientos sanitarios una proporción menor.

Se estima que los 3,5 millones de cordobeses generamos, por día, al menos 4,5 millones de kilos de desechos domiciliarios. Una aún insignificante proporción es reutilizada. Eso explica la razón principal por la que pululan y colapsan los basurales a cielo abierto y los enterramientos precarios por casi todo el territorio provincial.

Si se separaran para reciclar los desechos secos como vidrios, papeles, cartones, metales y plásticos, el volumen final se reduciría en alrededor del 30 por ciento.

Si, además, se usaran los residuos húmedos aptos para compostaje, la cifra treparía a entre el 50 y 60 por ciento.

La basura es uno de los mayores pasivos ambientales a los que esta provincia, como gran parte del país, aún no ha sabido encontrarle la vuelta.

Más datos
Un relevamiento de este diario sobre los 20 principales centros urbanos de la provincia, donde viven casi siete de cada 10 cordobeses, evidencia que actualmente sólo en la mitad de Villa Dolores y en un tercio de Villa María hay recolección diferenciada domiciliaria.

La Capital -que genera casi la mitad de la basura de toda la provincia- se suma al listado de las que cuentan con recolección diferenciada, pero con un aporte mínimo, por la escasa eficiencia y regularidad de su sistema, al que adhieren en la práctica muy pocos vecinos.

Entre las tres, puede que los camiones recolecten por separado en forma cotidiana lo generado por unos 100 mil habitantes. Eso representa apenas el 4,5 por ciento de los 2,2 millones de vecinos que habitan esas 20 ciudades mayores.

Dos novedades alentadoras aportan, por estos días, los municipios de Jesús María y Marcos Juárez, que han puesto en marcha sistemas de recolección diferenciada en todos sus barrios.

Lograr que todos los vecinos adhieran en la práctica cotidiana les llevará algunos años, si saben persistir en el intento. Aun si se contaran hoy a ambas ciudades completas, el porcentaje llegaría al siete por ciento del total de habitantes de esos 20 centros urbanos y al 4,5 de toda la provincia.

Entre las ciudades más chicas y los pueblos pequeños hay también escasa adhesión a esta práctica. Cuanto mucho, por su escasa población, podrían aportar un 0,5 por ciento más al cómputo total.

Varias ciudades más vienen prometiendo (algunas desde hace años) incursionar en esta modalidad para reducir sus volúmenes de basura final y además, para generar ingresos y empleo con los desechos que genera. Otras -la mayoría- ni siquiera lo tienen en agenda para el mediano plazo.

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