por Orlando
Milesi
SANTIAGO, 13 dic
2017 (IPS) - Un descenso del 75 por ciento en las tarifas de la
electricidad, gracias a que se cuadruplicó la capacidad de
generación limpia, es uno de los legados que va a dejar a Chile el
gobierno de Michelle Bachelet, que culmina el 11 de marzo.
En diciembre del
2013 la licitación eléctrica para familias, comercios y pequeñas
empresas fue adjudicada a un precio de 128 dólares el megavatio
hora, valor que cayó a 32,5 dólares en la última licitación de
este año.
“Lo que se hizo
fue un cambio regulatorio importante con siete leyes que se aprobaron
en materia de energía que dieron un rol mayor y activo al Estado
como planificador. Se generaron entonces las condiciones para que
hubiera más competencia en el mercado”, explicó a IPS el ministro de Energía, Andrés Rebolledo.
Hace cuatro años
las grandes empresas veían con preocupación el alza de las tarifas
eléctricas en Chile y varias compañías mineras indicaban que
debido alto precio de la energía buscaban otros horizontes y países.
Actualmente, los grandes industriales acceden a precios más bajos
porque renegocian sus contratos con las empresas generadoras.
El nuevo marco
regulatorio cambió el contexto y permitió que entraran muchos
actores, chilenos y extranjeros, gracias a bases de licitación que
dieron mayor espacio a las ofertas para generar electricidad mediante
las llamadas energías renovables no convencionales (ERNC),
principalmente fotovoltaica y eólica, las más eficientes en el
país.
“Esto ocurrió
en un momento cuando en el mundo hay un cambio tecnológico muy
importante respecto a estas mismas tecnologías. Nosotros hicimos
este cambio en un momento propicio y aprovechamos la baja importante
de estas tecnologías, especialmente en el caso de las energías
solar y eólica”, destacó el ministro.
En la licitación
de generación eléctrica de 2016 se presentaron 80 empresas y a la
siguiente licitación de distribución se presentaron 15, “en un
fenómeno muy diferente a lo que marcó al sector energético chileno
que era muy concentrado, de pocos actores”, agregó.
Manuel Baquedano,
presidente del Instituto de Ecología Política, cree que se produjo
“un punto de inflexión en la matriz energética chilena que cambió
hacia la energía renovable”.
Este cambio se
produjo, dijo Baquedano a IPS, “porque la ciudadanía ya no quiso
más megaproyectos como el de la central hidroeléctrica de Hidroaysén, en el sur, y Punta de Choros, en el norte (ambos
rechazados por la ciudadanía por razones ambientales), y que
hicieron que el crecimiento hacia arriba de los oligopolios fuera
imposible de continuar”.
“A nivel
mundial la competitividad de la energía solar y eólica es mayor que
incluso las fósiles. Hoy se está produciendo energía solar más
barata que incluso con carbón. Eso ha hecho que esta política de
regulación nueva haya creado un nuevo escenario”, agregó.
Además, analizó
el especialista en la geopolítica de la energía, “ese cambio fue
aprobado por la comunidad y los ambientalistas que no han puesto
objeción a los proyectos eólicos y solares”.
“El gobierno
gozó en estos cuatro años de una situación bastante libre para
desarrollar proyectos (de esas energías) que incluso algunos tienen
a veces reparos desde el punto de vista ambiental”, aseveró.
“No es un
proceso que cualquier gobierno que venga lo pueda detener. Es un
proceso global y que Chile ya se insertó y está siendo premiado
por esa opción. Ya no hay posibilidad de retorno a las energías
fósiles, como está ocurriendo en Estados Unidos donde hay un
gobierno autoritario como el de Donald Trump”, añadió.
El dirigente
ecologista advirtió que si bien “hay un margen de holgura para que
bajen las tarifas y sus costos, no va a durar siempre” y por ello
propuso “continuar por este camino de difundir las ERNC a la
ciudadanía”.
El sector de la
energía fue líder en inversiones en los últimos dos años en
Chile, superando a la minería, el rubro determinante en la economía
local.
“Durante el
gobierno de la presidenta Bachelet se han invertido 17.000 millones
de dólares (en el sector energía). En Chile existen hoy unas 250
plantas de generación de energía, la mitad construidas durante
este gobierno. Y la mitad de esa mitad son solares”, comentó el
ministro Rebolledo.
En mayo de 2014,
apenas dos meses después de comenzar su segundo mandato, tras
gobernar el país entre 2006 y 2010, la presidenta socialista lanzó
la “Agenda de Energía, un desafío país, progreso para todos”.
“Las
proyecciones dicen que de aquí al 2021 hay una cartera de proyectos
de 11.000 millones de dólares comprometidos por distintas
licitaciones en materia de energía, en generación y en transmisión
eléctrica. Lo interesante es que el 80 por ciento son proyectos de
ERNC”, subrayó.
Actualmente hay
40 proyectos eléctricos en construcción, casi todos de ERNC.
Otro resultado es
que ahora Chile es excedentario en la producción de electricidad y
el gran incremento de la generación fotovoltaica apunta a
multiplicarse aprovechando las enormes posibilidades en la zona norte
de este país, que incluye al desierto de Atacama, donde el sol
alumbra inclemente.
La matriz
eléctrica chilena, antes dependiente del petróleo, del carbón y de
grandes represas hidroeléctricas, cambió radicalmente, lo que
generó una caída cercana a 20 por ciento de importaciones de
combustibles fósiles entre 2016 y 2017. Además, eliminó la
dependencia del gas argentino, cuyo abrupto corte del suministro en
2007 sumergió al país en una crisis.
“En marzo del
2014, cuando comenzó el gobierno de Bachelet, la potencia instalada
en Chile de ERNC, fundamentalmente solar y eólica, era el cinco por
ciento. Esto cambió de manera importante y a noviembre de este año
ya alcanza a 19 por ciento”, detalló Rebolledo.
El ministro
indicó que si se agrega a la generación solar y eólica la
hidroeléctrica de gran escala “llegamos a que casi el 50 por
ciento de todo lo que generamos hoy día es energía renovable. El
resto sigue siendo energía termo, donde hay gas, diésel y carbón”.
En la Agenda de
Energía, al igual que en la contribución nacional determinada (NDC)
comprometida dentro del Acuerdo de París sobre cambio climático,
Chile tenía como meta que en el año 2025 un 20 por ciento de la
energía generada proviniera de ERNC, un objetivo que ya alcanzó en
octubre.
“Nos hemos
planteado que al año 2050 un 70 por ciento de toda la generación
eléctrica sea renovable y esto ya no incluye solamente las ERNC sino
también la hidro”, anticipó Rebolledo.
Para el ministro,
algo determinante fue que estas metas fueron pactadas por todos los
actores del sector.
“Debido a este
cambio tan rápido ese 70 por ciento podría ser un 90 por ciento
hacia el 2050 y dentro de ese 90 por ciento probablemente la energía
solar será la más importante”, anticipó.
Baquedano, por su
parte, sostiene que ahora “viene la segunda etapa, que es
democratizar el uso de la energía permitiendo que la energía solar
y las renovables lleguen a la ciudadanía y a las pequeñas y
medianas industrias en forma directa y, por lo tanto, modificando su
distribución”.
“La
democratización implica que vamos a exigir que todo proyecto de ERNC
tenga estudios de impacto ambiental y no solo declaraciones (de
impacto ambiental)”, aseveró.
“Democratizar
significa que toda persona que tiene recursos o que pueda
adquirirlos, se convierta en un generador de energía para su
consumo y el de los vecinos. Que entren nuevos actores, pero ya
ciudadanos. Esos nuevos actores son las comunidades indígenas, el
sector comunitario y los municipios, que no tienen meta lucrativa”,
concluyó.
Editado por
Estrella Gutiérrez
Pero los
conflictos hidroeléctricos no cesan
Marcela Mella,
portavoz del grupo ambientalista No al Alto Maipo, dijo a IPS que
tienen diversas estrategias para seguir oponiéndose a la
construcción del proyecto hidroeléctrico de ese nombre, que impulsa
la compañía estadounidense AES Gener en el río que abastece de
agua a Santiago.
El proyecto
considera la construcción de 67 kilómetros de túneles para llevar
agua a dos centrales, Alfalfal II y Las Lajas, con capacidad para
generar 531 megavatios. Iniciado en 2007, está paralizado por
problemas financieros y de construcción. Pero en noviembre la
empresa anticipó que en marzo recomenzará la obra tras solucionar
esos problemas.
“El proyecto
pone en riesgo el abastecimiento seguro de agua potable de Santiago.
Esto quedó demostrado cuando se empezó a construir y los aluviones,
que han sido fenómenos naturales en la cordillera, arrastraron todo
el material que se ha removido y dejaron a cuatro millones de
personas sin agua en Santiago”, afirmó Mella.
Añadió que Alto
Maipo también provocará problemas en el agua de riego a los
agricultores del valle del Maipo, que poseen 120.000 hectáreas.
Fuente:
Orlando Milesi, Las energías limpias logran hundir la factura de la luz en Chile, 13/12/17, Inter Press Service.
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