Anoche el río
empezó a aumentar su caudal y se produjeron más desbordes e
inundaciones. Antes se cortó y fue reparada la ruta 54. Por la
noche, interrumpieron el suministro eléctrico.
por Darío Pérez
Tensión,
angustia, incertidumbre. Anoche, luego de una jornada en la que el
río Pilcomayo mantuvo su cauce en el pico de 7,05 metros, se empezó
a registrar una suba sensible en el nivel del agua, que llegó a los
7,09 metros a última hora. La crecida provocó que el agua ingrese a
varias comunidades a las que todavía no había llegado, aunque las
mantenía aisladas.
Más temprano, y
a lo largo de toda la jornada, el agua fue filtrando sistemáticamente
en su paso por las comunidades cercanas a Santa Victoria Este y la
mayoría de los parajes habían quedado aislados. En algunos, el agua
había ingresado hasta las casas.
El pico que se
esperaba durante la madrugada de ayer se ubicó en 7,03 y luego en
7,05, altura en la que se mantuvo durante todo el día. “No es un
buen síntoma”, admitía el secretario de Protección Civil de la
Provincia, Néstor Ruiz de los Llanos, a El Tribuno para luego
explicar que “lo usual y esperable es que baje. Pero que se
mantenga estable en el pico durante tantas horas no es bueno”.
Al cierre de esta
edición, organismos oficiales estimaban en al menos 7.900 los
evacuados, de los cuales 1.841 fueron alojados en seis centros de
desplazados en Aguaray, dos de Tartagal y uno en Campo Durand.
Ruiz de los
Llanos explicó que la razón por la que no bajó el nivel del
Pilcomayo luego del pico fue que en Villamontes el cauce se mantenía
también en más de 5 metros, lo cual es un registro altísimo para
esa zona y por lo cual se generaban filtraciones en varios puntos del
curso de agua en el lado argentino.
“Aisladas
quedaron las comunidades de Hito 1, La Puntana, Monte Carmelo, La
Curvita, Misión La Paz y La Merced”, informó el funcionario, que
agregó además que se seguía evacuando, con gomones, a gente que en
un primer momento no había querido dejar su casa y ahora pedía
salir.
Enviados de El
Tribuno daban cuenta anoche de que la situación se había complicado
como consecuencia del avance del agua sobre las comunidades y parajes
y en algunos tramos de la ruta.
“Tratamos de
acceder a La Curvita para tomar imágenes de la situación en el
lugar y el agua nos sobrepasaba la cintura, por lo que no pudimos
llegar”, informaron, para graficar el panorama. Destacaron la
“enorme labor de los efectivos de la División Lacustre de la
Policía que con gomones y con remos o, directamente, empujando ellos
desde el agua seguían evacuando a las personas que no habían
querido dejar sus casas antes y ahora pedían salir del lugar” por
el avance de la crecida.
“También vimos
voluntarios que llevaban asistencia y evacuaban a los que podían
usando una moto de agua. Hay mucha voluntad de colaborar, pero las
condiciones se hacen muy adversas por las características del
terreno”, explicaron.
Ruta socavada y
reparada
Cerca del
mediodía, un sector de la ruta 54, a la altura de Santa María y El
Cruce, cedió por la acción erosiva del agua entre una alcantarilla
y la cinta asfáltica. Si bien el problema fue solucionado algunas
horas después, alrededor de las 20, la situación generó
inconvenientes ya que se trata de la principal vía para llegar a
Santa Victoria Este.
El titular de
Vialidad provincial, Gerardo Villalba, informó a El Tribuno que para
reparar la ruta “se puso un segundo caño en la alcantarilla, junto
al existente de hormigón, y luego se lo tapó con bolsas de tierra y
encima más tierra para rellenar la parte de cinta asfáltica que se
rompió”.
Villalba
manifestó que, de esta forma, “la ruta quedó habilitada para el
tránsito habitual” y que, si bien el arreglo es provisorio, “las
obras finales para reemplazar la alcantarilla por una más grande y
rehacer la cinta asfáltica se concretarán una vez que se solucione
la situación de emergencia hídrica en la zona”, para poder
trabajar con tranquilidad.
Villalba aclaró
que la alcantarilla no se rompió, sino que se socavó el relleno de
tierra normal entre el caño y la cinta asfáltica y que por esa
razón la calzada cedió.
Cortes de luz
Anoche, en
momentos en que el agua empezaba a entrar con más fuerza a las zonas
anegadas, la situación en Santa Victoria Este empeoró porque,
alertadas sobre caídas de postes de luz en la zona de Monte Carmelo,
las autoridades provinciales tomaron la determinación de interrumpir
el suministro de energía eléctrica durante un par de horas.
El objetivo era
evitar accidentes y permitir a los operarios de la empresa Edesa que
trabajaran para solucionar el problema.
Un poco más
tarde, Edesa empezó a restablecer el suministro en algunas de las
áreas en las que ya estaba descartado el peligro.
En el norte
llovió hasta un 50 % más en enero
En Salta capital
las precipitaciones se ubicaron un 32 % por encima de la media.
por Mariano Gil
Enero dejó
elevados registros de precipitaciones en varios lugares de la
provincia.
Según datos
aportados por el meteorólogo Ignacio Nieva a El Tribuno, en Salta
capital cayeron 251 milímetros, un 32 por ciento más de la media
habitual para el mes de enero. "Generalmente llueve entre 180 a
190 milímetros, esta vez cayó más agua de la habitual en todo el
Valle de Lerma. En algunos lugares superó ampliamente el registro
que tenemos de los últimos años", indicó Nieva.
El meteorólogo
hizo un poco de historia y aclaró que en 1901, por ejemplo, el
pluviómetro estaba ubicado en la calle Rivadavia; entre los años
1940 y 1951 la medición de la lluvia se hacía según el registro
que aportaba el pluviómetro ubicado en el Aero Club, y a partir de
1951 en adelante esta estadística es aportada por el Aeropuerto
Martín Miguel de Gemes.
Historia
"Por esa
razón puede haber un poco de diferencia, porque dentro de la ciudad
de Salta hay lugares donde llovía poco más del 20 por ciento de la
media y en otras un poco menos; pero si realizamos un balance general
podemos decir que el agua caída en todo enero superó en un 32 por
ciento las mediciones anteriores", expresó.
En el norte
En los últimos
días de enero la zona norte de nuestra provincia se vio azotada por
lluvias torrenciales que hicieron que los ríos Bermejo y Pilcomayo
crecieran en forma alarmente hasta llegar a la evacuación en Santa
Victoria Este. Justamente en ese lugar como en Tartagal, Aguaray y
Ballavián, hasta el 23 de enero habían caído solo 60 milímetros
de lluvia; pero a partir de esa fecha el agua llegó toda junta. Hubo
sectores donde las precipitaciones alcanzaron un 50 por ciento más
de lo habitual para esta época del año. "En Ballivián por
ejemplo cayeron 260 milímetros en los últimos días, en El Fortín
se midió 306 milímetros de lluvia, es decir, un 50 por ciento más
de lo que cae en enero. En Orán también pasó la media de los 170
milímetros, y en Tartagal los 180 milímetros. Pasó que cayó casi
toda el agua junta, porque en esos sectores hasta el 23 de enero
había llovido poco.
Ambos estuvieron
por encima, aproximadamente en un 35 por ciento. A esto también hay
que agregarle la zona de Santa Victoria Este", resaltó Ignacio
Nieva, para dar un panorama completo sobre lo que ocurrió hasta el
31 de enero.
Valle de Siancas,
menos agua
Este sector es
abarcado por General Gemes, El Bordo y Campos Santo, según indicó
Ignacio Nieva cayeron en todo enero solo 56 milímetros de lluvia, un
50 por ciento menos de lo que habitualmente llueve en ese sector de
nuestra provincia. "Ellos tienen una media de 110 milímetros, y
si el registro fue de solo 56 mm estamos hablando de que el agua
mermó en un 50 por ciento con respecto a los últimos registros",
indicó.
Nacieron tres
bebés durante el operativo de evacuación
Los partos se
registraron en el puesto de Santa María, Aguaray y Tartagal.
Y la vida se
abrió camino. Mientras sus padres salvaban lo que podían de sus
viviendas y dejaban el lugar que los vio nacer por el avance de las
aguas del Pilcomayo, en el norte de la provincia ellos llegaron a
este mundo. Tres madres dieron a luz mientras se llevaba adelante el
procedimiento de evacuación.
El primer parto
se produjo en Santa María, una de las zonas más afectadas por la
inundación. El segundo se concretó en las instalaciones sanitarias
de Aguaray y el tercero en un centro asistencial de Tartagal.
Desde la
Secretaria de Salud de la provincia desmintieron las versiones que
hablaban de una paciente que había sufrido un aborto espontaneo
durante la evacuación. En diálogo con El Tribuno, el doctor Enrique
Urueña, a cargo de los vuelos sanitarios en la zona, destacó que el
supuesto caso de aborto espontáneo no fue tal.
"Se trató
de una paciente que tuvo un sangrado durante tres días. Se procedió
a realizar una ecografía y se confirmó que no hubo embarazo y que
se trataba de un sangrado normal para su edad", destacó el
profesional.
También informó
que durante la mañana de ayer se trasladó a dos pacientes que se
encuentran curzando la semana 36 y 38, respectivamente, de sus
embarazos. Una de ellas quedó internada con monitoreo fetal en el
hospital Juan Domingo Perón, mientras que la otra se alojó en la
casa de parientes, con el compromiso de asistir a un control diario.
Quedarse hasta el
último
Desde la
Secretaría de Salud de la Provincia destacaron que muchos se niegan
a dejar sus viviendas pese al riesgo. En la mayoría de los casos se
trata de adultos mayores, por lo que las autoridades sanitarias
asumieron el compromiso de ofrecerles asistencia médica y alimentos.
"Algunos
esperan hasta último momento. Ayer hubo que buscar en lanchones a
varios grupos de Hito 1. Cuando vieron que las aguas no bajaban y que
se corría el riesgo llamaron para que se los retire de la zona",
destacaron fuentes relacionadas con el operativo de asistencia en el
norte provincial.
Consultados sobre
el equipo de profesionales que se encuentra trabajando en las zonas
afectadas, desde la Secretaría confirmaron que hay un comité
completo de emergencias integrado por enfermeros, agentes sanitarios,
médicos clínicos, nutricionistas y obstetras. Desde la ciudad de
Salta se sumó, además, personal de enfermería y del Samec (Sistema
de Atención Médica para Emergencias y Catástrofes).
Después de la
inundación
En cuanto a la
disponibilidad de personal médico, se informó que hay puestos en La
Curvita y Monte Carmelo, desde donde salen los agentes sanitarios
para controlar a los pobladores que no dejaron sus viviendas.
Por otro lado, en
el hospital de Aguaray ya se está realizando el refuerzo estival,
teniendo en cuenta que allí se encuentra el mayor número de
evacuados. También se mantiene la vigilancia de casos febriles con
posibles síntomas de dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla.
Desde el
Ministerio de Salud confirmaron que el lunes se organizará un equipo
de medicina social, materno infantil y epidemiología para partir
hacia la zona de emergencia. Buscan prevenir las patologías que
pueden llegar a darse por el agua y el barro que entró en las casas
y por las altas temperaturas que se están registrando en la zona.
Se estima que el
miércoles los equipos que trabajarán en la contención posterior al
desastre ya se encontrarán en la zona.
Para esa jornada
se espera buen tiempo y que los medios de transporte ya puedan
desplazarse por las zonas afectadas.
Fuente:
Darío Pérez, Salta en vilo: crece el Pilcomayo y el agua entraba a las comunidades, 04/02/18, El Tribuno. Consultado 04/02/18.
Mariano Gil, En el norte llovió hasta un 50 % más en enero, 04/02/18, El Tribuno. Consultado 04/02/18.
Nacieron tres bebés durante el operativo de evacuación, 04/02/18, El Tribuno. Consultado 04/02/18.
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