sábado, 17 de febrero de 2018

Un fuerte terremoto sacude México y revive el pánico


El temblor, de 7,2, y con epicentro en el Estado de Oaxaca, ha sacudido la Ciudad de México cinco meses después del seísmo del 19 de septiembre, aunque no hay víctimas ni daños materiales.

por Javier Lafuente, Jacobo García y Pablo Ferri

México revivió este viernes por la tarde su peor pesadilla. Un nuevo temblor sacudió parte del país a las 17.39. Casi cinco meses después del sismo del 19 de septiembre que dejó más de 300 muertos solo en la capital, la Ciudad de México volvió a moverse de lado a lado durante varios segundos. El epicentro del temblor, de magnitud 7,2, se situó a pocos kilómetros de Pinotepa Nacional, en la costa del pacífico Oaxaqueño, a unos 600 kilómetros al sur de la capital. El temblor, del que se han sucedido más de 200 réplicas, una de 5,9 apenas una hora después del primero, también se ha sentido con fuerza en los estados de Guerrero, Oaxaca y Puebla. Los daños materiales han sido menores y no se han registado víctimas. Horas después del terremoto, el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, informó que el helicóptero en el que viajaba por las zonas afectadas en Oaxaca se precipitó, causando varios heridos y fallecidos. Posteriormente, la Fiscalía informó que 13 personas, 3 menores de edad, fallecieron como consecuencia del desplome de la aeronave.

El primer temblor provocó escenas de pánico en distintos barrios de la capital. En las colonias Roma y La Condesa, donde más golpeó el 19-S, la población salió a las calles inmediatamente. La principal preocupación era que pudiesen derrumbarse algunos edificios. Al menos dos fachadas de sendos inmuebles de la Avenida Amsterdam, en pleno corazón de La Condesa, se vieron afectadas, sin que los edificios se viniesen abajo. El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha asegurado que no se han registrado nuevas afectaciones en los edificios dañados en septiembre.

La alerta sísmica, a diferencia de lo que ocurrió hace cinco meses, sonó unos segundos antes de que se moviera la tierra y poco después comenzaron los helicópteros a sobrevolar la ciudad. “Qué susto he pasado, pensé que iba a ser como el de hace unos meses pero ha sido menos tiempo”, aseguraba Guadalupe Naranjo en la Colonia Roma. "Me dan miedo edificios como ese", decía, señalando a una mole abandonada desde hace cinco meses por daños en la estructura y que se tambaleó la tarde del viernes.

En la colonia de Polanco, Carmen Rioja, explicaba que “se bloqueó”, atenazada por el pánico, y tuvo que bajar con ayuda las escaleras de su vivienda. “Me he quedado paralizada. No sabía qué hacer. Aún tengo el miedo en el cuerpo del ultimo terremoto”.

En el Zócalo o la colonia del Valle se repitieron las escenas y cientos de personas salieron a la calle con el pánico en el rostro. “Nunca había vivido algo así. Se movía todo a mi alrededor”, explica en la colonia Roma Julie O’Connor, una turista irlandesa aún con los pies descalzos por la velocidad con la que abandonó la habitación en la que se aloja.

El temblor ha espantado a los vecinos del Multifamiliar Tlalpan, en el sur de la ciudad. Con 10 edificios, el complejo fue uno de los más afectados por el terremoto del 19 de septiembre. Uno se cayó y varios acabaron con daños estructurales graves. Nueve personas murieron.

Esta tarde, al menos 150 vecinos se habían juntado para una asamblea. Después de un largo tira y afloja el Gobierno de la ciudad les iba a entregar los estudios definitivos de daños de los inmuebles. Acababan de empezar, cuando la alerta sísmica comenzó a sonar. Estaban en la calle, sentados en sillas de plástico, mientras el moderador leía el orden del día. Al sonar la alarma, todos se levantaron y se juntaron en el centro de la calzada, a menos de 100 metros de las ruínas del edificio 1-C, caído en septiembre.

Muchos se abrazaron, otros empezaron a llorar. Sobre sus cabezas, los cables de luz se balanceaban, ensayando una danza conocida por todos, la danza del miedo.

Los helicópteros empezaron a sobrevolar la zona. Se escuchaban sirenas de ambulancia. Mientras se reponían del susto, muchos vecinos marcaban números en sus teléfonos, tratando de saber si familiares y amigos en otros puntos de la ciudad estaban bien. Otros se organizaron para revisar los edificios en busca de posibles daños.

El miedo del 19-S
En una primera estimación, el Servicio Sismológico Nacional Mexicano ha informado de que el temblor ha tenido una magnitud de 7,0. Casi al mismo tiempo, el Servicio Geológico estadounidense ha elevado la intensidad del seísmo a 7,5 -aunque poco más tarde la ha rebajado a 7,2- y ha situado el epicentro al suroeste del estado sureño de Oaxaca, el quinto más extenso del país. Oaxaca es una de las zonas geológicamente más activas de todo México. El epicentro se ha ubicado a 37 kilómetros al noreste de Pinotepa de Don Luis y el hipocentro se encuentra a 24,6 kilómetros de profundidad.

La tierra ha vuelto a temblar en México menos de seis meses después de que dos terremotos devastadores mataran a cientos de personas en el centro y el sur del país. El primer temblor, de 8.2 de intensidad, se produjo el 7 de septiembre del pasado año, cuando la tierra rugió y se llevó por delante la vida de 96 personas, la mayoría de ellas en el estado de Oaxaca. Dos semanas después, el 19 de septiembre, coincidiendo con el aniversario del gran terremoto de 1985 que mató a 10.000 personas, otro seísmo, con más capacidad destructora que el primero, dejó miles de personas atrapadas bajo los escombros de los edificios y un balance letal de 369 muertos.

Tras la alerta sísmica se activaron todos los protocolos y se estableció comunicación con los estados en los que el sismo fue percibido, indicó el ministro de Gobernación (Interior) a través de su cuenta de Twitter.

Accidente de helicóptero
El secretario de Gobernación de México, Alfonso Navarrete Prida, informó pasadas las 10 de la noche que el helicóptero en el que viajaba junto al gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, por las zonas afectadas por el terremoto de este viernes, perdió el control durante el descenso y se precipitó contra el suelo. El desplome de la aeronave causó 13 muertos, entre ellos 3 menores de edad.

Qué susto he pasado

Vecinos de Ciudad de México, Oaxaca y Morelos cuentan su experiencia en el terremoto de este viernes.

por Elena Reina y Pablo Ferri

Esta vez, la alerta sísmica sonó a tiempo. Cientos de vecinos de la Ciudad de México, Oaxaca y otros estados afectados tuvieron tiempo de salir. En septiembre, en cambio, la alarma sonó cuando ya estaba temblando.

En la capital, las reacciones han sido variadas. Humberto Acevedo, de 32 años, estaba en una cafetería del centro cuando sonó la alerta. Lo primero que hizo fue organizar el desalojo de clientes. Humberto forma parte de las brigadas de rescate en situación de catástrofe. Aunque suene obvio, dice, lo primero que hay que hacer es mantener la calma. Desde que comenzó a temblar, supo que este temblor no sería tan intenso como el del 19 de septiembre. "Les dije que mantuvieran la calma y que no expresaran pánico innecesario".

Guadalupe Naranjo, vecina de la colonia Roma, explica que ha pasado un mal rato. La Roma fue uno de los barrios más afectados por el sismo del 19 de septiembre "Qué susto he pasado", dice la mujer, "pensé que iba a ser como el de hace unos meses pero ha sido menos tiempo. Me dan miedo edificios como ese", dice señalando a una mole abandonada desde hace cinco meses por daños en la estructura y que se tambaleó como un junto la tarde del viernes.

A un kilómetro de allí, en la colonia Juárez, Diana, una joven de 25 años, cuenta que estaba con una amiga cuando empezó el terremoto. "Ya teníamos mucho susto de lo que pasó la vez pasada y temíamos que volviera a pasar".

El miedo ha durado lo que el temblor, si acaso unos minutos más, mientras la gente hablaba con amigos y familiares y comprobaba que todos estaban bien. Ya de noche, las terrazas del corredor Roma Condesa, atestadas de viernes a domingo, presentaban un aspecto habitual.

En Oaxaca, la situación ha sido parecida. Incluso en el istmo, la zona más castigada por los temblores de septiembre.

En Juchitán, uno de los pueblos más afectados entonces, Naomi Méndez cuenta que el temblor de este viernes le agarró con sus padres, en casa. Ella alcanzó a salir a la calle, pero ellos se quedaron paralizados dentro. "Yo gritaba para que salieran pero con el temblor se marearon y no podían moverse", cuenta desde el otro lado del teléfono.

"Vivimos preocupados, siempre en alerta. Ahora estamos esperando en este terreno por si viene una replica más grande. Después del 7 de septiembre tomamos más precauciones y esperaremos el tiempo que haga falta. Probablemente hoy nadie duerma dentro de su casa", cuenta. Los vecinos harán turnos de vigilancia en las calles esta noche: "Después del temblor anterior la gente está sin trabajo y muchos aprovechan estas situaciones para entrar a robar a las casas. Por eso nos vamos a organizar para cuidarnos entre nosotros y así poder descansar un poco", explica.

Méndez cuenta que han encendido un fuego y, alrededor, se ha juntado un grupo de vecinos tomando café caliente. Cuando sea la hora de dormir, sacarán una sábana y la colocarán en el suelo frente a su casa y mirarán a los lados: "Hay que estar pendientes de que no haya encima de nosotros postes de luz, vallas, porque no queremos que pase otra desgracia si vuelve a temblar". En Juchitán no se han registrado daños graves, aunque el municipio ya estaba prácticamente destruido: "Las casas que ya estaban dañadas, se dañaron más. No aguantan tantas réplicas. Es necesario que el Gobierno haga un nuevo censo", pide Méndez.

En Ixtaltepec, a quince minutos de Juchitán, el temblor no se ha sentido con demasiada intensidad. Con Juchitán, Ixtaltepec fue uno de los pueblos más afectados por los sismos de septiembre. Guadalupe Jiménez, vecina del municipio, cuenta: "Sí, sentimos lo fuertito, pero aquí es que ya estamos acostumbrados, estamos en modo vibrador. Las casas ninguna se cayó, aunque bueno, aquí la gente está empezando a reconstruirlas, así que todo bien. Mi mamá y mi tía se han asustado pero ya".

Eva Rodríguez, vecina de la ciudad de Oaxaca, dice que "quienes más lo sintieron fueron los vecinos de la costa. Yo estaba en el supermercado y los anaqueles... Era tremendo el ruido, las cosas cayendo, pero los empleados aplicaron su protocolo de desalojo y salimos super rápido. Yo creo que ya nos hemos acostumbrado".

En el Estado de Morelos, en Cuernavaca, la situación fue parecida a la de Ciudad de México. La gente salió a la calle enseguida, pero apenas se reportaron daños. José Martínez, vecino de la ciudad, estaba en una copistería. "Estaba con mi familia y todos salimos rápido a la calle, sentí como que me mareaba. A diferencia del del 19 de septiembre, que fue muy violento, este se sintió como más oscilatorio. Pero aún así, la gente salió rápido, rápido. La gente tiene lo que pasó muy presente".

Las claves del sismo en México

Aunque el terremoto, con epicentro en la costa de Oaxaca, ha superado los siete grados, no hay constancia de víctimas mortales ni heridos.

por Ignacio Fariza

Un potente sismo de 7,2 grados ha sacudido este viernes el centro y sur de México. El terremoto, que se ha sentido con fuerza en la Ciudad de México, ha tenido su epicentro al sur de Pinotepa Nacional (costa de Oaxaca), una zona especialmente sísmica. Dos especialistas responden a las preguntas de El País horas después del temblor:

¿Por qué los daños han sido menores que en ocasiones anteriores? Hay muchas variables que afectan, pero los sismólogos consultados llaman a la prudencia hasta que lleguen reportes certeros desde la zona más afectada, de muy difícil acceso. "Los daños son menores porque el tipo es distinto del del 19 de septiembre, por ejemplo: en aquella ocasión fue muy energético en altas frecuencias, las que afectan a edificios de alturas medias. Esta vez, el rango de frecuencia ha sido menor", apunta Miguel Ángel Santoyo, del Instituto de Geofísica en Michoacán. Respecto al del pasado 7 de septiembre, la potencia ha sido "hasta 32 veces menor". La distancia a la capital -400 kilómetros- también ha atenuado el impacto, rebajado la frecuencia de las ondas y permitido que las alarmas sísmicas avisaran del terremoto hasta con un minuto de anticipación. "Además, en esa zona hay muchos sensores de detección", añade Víctor Cruz, sismólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). "Un sismo de magnitud 7,2 a esa distancia de la Ciudad de México está por debajo del umbral de peligrosidad, aunque en esta ocasión los riesgos eran superiores porque cientos de estructuras están potenciales dañadas".

¿A qué profundidad se ha producido? Unos 12 kilómetros bajo tierra, una cifra "relativamente normal en la zona en la que ha tenido origen", valora Santoyo.

¿Por qué tres sismos potentes en cinco meses? "Cuando ocurre un sismo muy grande es común que, posteriormente, aumente la sismicidad", dice Santoyo. Dos factores lo explican: las réplicas posteriores al sismo y los cambios en el sistema de esfuerzos. "No es raro que una vez que ocurre un terremoto potente ocurran más", añade el sismólogo del Instituto de Geofísica.

¿Tiene algo que ver con el terremoto del 19 de septiembre? "No", subrayan al unísono Santoyo y Cruz. "En aquella ocasión ocurrió dentro de la placa de cocos y esta vez ha sido de subducción [entre dos placas, la de cocos y la de Norteamérica]", agrega el primero. "En cambio, sí es probable que tenga que ver con el de 2012 en Ometepec (Guerrero) que fue, además, de una magnitud muy similar". "Eventualmente sí podría estar vinculado a ese sismo, aunque aún no tenemos todos los datos", apunta Cruz.

¿Cabe esperar más réplicas? Sí, "aunque la ley sismológica dice que su potencia decrece con el tiempo", dice Cruz. "En 1982 se produjeron dos terremotos de, más de seis grados el primero y de siete el segundo, muy cerca de esa zona. Y las réplicas fueron muchas". Según su experiencia, si por algo se distinguen este tipo de terremotos es por una "cantidad desmesurada" de réplicas.

¿Cada cuánto tiempo se repite un terremoto de siete grados o más en México? Estadísticamente, cada entre tres y cinco años, subraya Santoyo. Pero esta cifra varía: no es una ley matemática y la recurrencia cambia drásticamente.

¿Es una zona muy sísmica la del epicentro? Sí, la costa del Pacífico mexicano, en el tramo de Jalisco a Chiapas, es una de las regiones del país norteamericano en las que es más común que se produzcan terremotos. "En Chiapas, por ejemplo, ha estado temblando desde el sismo del 7 de septiembre", añade Santoyo.

¿Está preparada la costa de Oaxaca para una sacudida así? No. "La zona de Pinotepa no está especialmente preparada. La mayoría de viviendas, de adobe, no son sismoresistentes. Aún hay que esperar: no me sorprendería que en la sierra de Oaxaca haya habido daños importantes", cierra Víctor Cruz.

Fuentes:
Javier Lafuente, Jacobo García, Pablo Ferri, Un fuerte terremoto sacude México y revive el pánico, 17/02/18, El País. Consultado 17/02/18.
Elena Reina, Pablo Ferri, Qué susto he pasado, 17/02/18, El País. Consultado 17/02/18.
Ignacio Fariza, Las claves del sismo en México, 17/02/18, El País. Consultado 17/02/18.

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