domingo, 18 de marzo de 2018

Cambio climático en Argentina: advierten que los fenómenos extremos serán más frecuentes

Imagen satelital de los incendios en La Pampa, el 29 de enero de 2018. Fuente: NASA Earth Observatory

Los expertos afirman que la mayor alteración se da en las lluvias y advierten por el avance de enfermedades.

El clima mundial está cambiando rápidamente debido al calentamiento de la Tierra y tiene costos muy elevados para la población mundial; no sólo para la economía de cada país sino también, para la salud humana.

Es que el cambio puede alterar el ámbito geográfico y la estacionalidad de algunas enfermedades infecciosas, aumentando la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, perturbando los ecosistemas de producción de alimentos e incluso, provocando enfermedades ligadas a desastres naturales tales como las olas de calor y de frío, inundaciones y sequías. En Argentina, esos fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes y muchos especialistas aseguran que tiene que ver con los efectos directos del calentamiento global.

"El cambio climático está aquí y está sucediendo ahora. Solíamos hablar de que era una problemática para el futuro, pero es muy claro que es una realidad. Tiene grandes efectos en toda la Argentina, estamos viendo un mayor flujo de agua, un aumento de las lluvias fuera de las estaciones, problemas en el suelo, sequías extremas y uno de los mayores impactos es tener una agricultura productiva", asegura Amanda Starbuck Directora de Campañas para Greenpeace Andino.

"El calentamiento global impacta de manera significativa sobre la variabilidad del clima, sobre todo en las precipitaciones porque al aumentar la temperatura a nivel global, algunos ciclos se aceleran y eso impacta muchísimo sobre la variabilidad de las lluvias. Que tengamos cada vez con mayor intensidad y frecuencia eventos de estrés hídrico o de exceso de agua, como hemos tenido el año pasado, es parte de ese calentamiento global que altera el funcionamiento de la atmósfera a nivel planetario", asegura Carlos Di Bella, director del Instituto de Clima y Agua (INTA) e investigador independiente de CONICET.

Di Bella sostiene que "la situación en el país es complicada y compleja", porque "el déficit de agua" debido a la sequía extrema que hay en diferentes puntos de nuestro país "está afectando considerablemente la producción agropecuaria" y esa falta de agua "está impactando enormemente en los rendimientos, en la producción de forraje, o en la producción de carne". Incluso, advierte que "se están viendo cambios en el comportamiento de determinadas especies por el cambio y la variabilidad en el clima y ya empiezan a predominar algunas especies sobre otras".

Fernando Niñardo, director de Conservación y Desarrollo Sustentable de Fundación Vida Silvestre, coincide en que "el calentamiento global y el cambio climático exacerban mucho los fenómenos climáticos que antes ocurrían más espaciados en el tiempo y hoy son más recurrentes y extremos", pero afirma que aún no hay peligro de extinción en especies autóctonas, aunque sí podrían correr riesgos.

"Por los cambios en el clima se generan por desacoples y eso puede afectar a una especie, por ejemplo, en su reproducción y terminar extinguiéndose. En el mundo hay algunas especies que están sufriendo estos cambios climáticos. En Argentina, las especies que están en riesgo de extinción están más ligadas al accionar del hombre como caza furtiva o deforestación, pero no por el cambio climático en sí", detalla el ambientalista quien agrega que "en la bahía de Samborombón, a kilómetros de San Clemente del Tuyú, se encuentra la última población de venados de la Pampas" -de la que se estima que sólo quedan 150 ejemplares- y que se está viendo afectada por los ciclos de mareas fuertes, conocidas como las sudestadas, que cada vez son más frecuentes e intensas" y sumado al accionar del hombre, podrían extinguirse en unos años.

La Jefa de Trabajos Prácticos del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Universidad de Buenos Aires, Moira Doyle, afirma que en nuestro país, "eventos como 'El Niño' o su fase opuesta, 'La Niña', las sequías e inundaciones, han ocurrido siempre, antes de que se empezara a identificar un cambio en la temperatura global del planeta" y que "esos fenómenos son parte de lo que llamamos la variabilidad del clima y seguirán existiendo aun bajo un escenario de calentamiento de la atmósfera terrestre", aunque "el calentamiento que viene observándose a nivel global, tiene su influencia sobre la circulación de la atmósfera y los eventos que en ella se generan y es posible que los impactos que actualmente se han identificado asociados a eventos como El Niño, vayan modificándose".

La investigadora adjunta de CONICET asegura, además, que "este cambio climático tendrá su impacto en las actividades agropecuarias" y que "podría haber reducciones de la producción de carne bovina en el norte de la región Pampeana, estabilidad de la producción en el centro y aumentos en la zona oeste, asociados principalmente a las variaciones en la producción de forraje relacionados con un aumento progresivo de condiciones más secas en el centro norte de la región, y el avance progresivo de condiciones más húmedas en el oeste".

"El cambio en las temperaturas traería como consecuencia el desplazamiento geográfico de las zonas ganaderas. La región de ganadería tropical, al norte de la isoterma de 26°C, se desplazaría paulatinamente hacia el este en su límite superior y hacia el sudoeste en su porción media e inferior. A su vez, la región ganadera de clima templado ubicada al sur de la isoterma de 26°C durante el mes más cálido, se comprimiría paulatinamente, a medida que avanzan las condiciones más cálidas, ocupando el centro-sur y centro-oeste de la provincia de Buenos Aires y el centro de La Pampa hacia fines de este siglo", detalló Doyle, aunque advierte que esos desplazamientos de las isotermas podrían posibilitar el desarrollo de especies de insectos que antes no tenían las condiciones necesarias para desarrollarse y que podrían ser transmisores de enfermedades a regiones del país donde no existían, afectando a la población humana como las actividades agropecuarias.

"La mayor contribución al calentamiento global proviene de la quema de combustibles fósiles, aceite de carbón o gas. Y es una buena noticia mirando hacia el horizonte, que algunas de las economías más grandes del mundo como China, India o el Reino Unido ya estén hablando de los plazos para el final de los autos de calle que utilizan combustibles fósiles y también, que algunas de las economías más grandes del mundo, como Canadá, Italia, Reino Unido, Francia y por último Estados Unidos, a pesar de que Donald Trump y su retórica de los combustibles fósiles, ya estén trabajando en este tema. Aquí en Argentina tenemos algunas de las Reservas de combustibles fósiles más grandes del mundo, en Vaca Muerta. Centrarse en desarrollar energía solar o eólica sería muy viable y muy positivo para la economía de Argentina, incluso", continuó.

Como primer paso para paliar esta problemática mundial, el miércoles 28 de febrero, se realizó la primera reunión de la Mesa de Relaciones Exteriores del Gabinete Nacional de Cambio Climático (GNCC) para coordinar y definir los lineamientos de trabajo para las diferentes áreas del gobierno que la integran. Allí estuvo presente el Subsecretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación Argentina, Carlos Gentile, quien presentó las tareas que lleva a cabo el Grupo de Sustentabilidad Climática bajo la Presidencia argentina del G20.

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