sábado, 22 de julio de 2017

Represas en Santa Cruz: fuertes críticas a las obras, el saldo del debate en el Senado

En las audiencias públicas, que terminaron hoy, los ambientalistas pidieron que se frene el megaproyecto hidroelectrico; el Gobierno prevé que los trabajos se reanuden en septiembre.

por Loreley Gaffoglio

Fue un sinceramiento inédito: "Si no hubiéramos tenido este compromiso (con China), no estaríamos haciendo las represas a esta velocidad".

Por propia iniciativa y sin que estuviera programado, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, cerró el debate hoy en la audiencia pública en el Senado por las hidroeléctricas patagónicas con esa admisión, que atribuyó al respeto por la "seguridad jurídica".

Aclaró que la Corte Suprema de Justicia exigió un estudio de impacto ambiental (EIA) sobre las presas y no sobre el tendido eléctrico. Trató así de desestimar los reclamos convertidos en clamor de decenas de particulares, ONG y especialistas que, cohesionados detrás del rechazo a las hidroeléctricas, arremetieron contra el EIA, impugnado por "tendencioso, parcial y hecho a medida".

Fue el corolario de un debate histórico donde terminó imponiéndose el pedido al Ejecutivo para que frene el proyecto, convoque a una consulta popular, renegocie el contrato con China, estudie la alternativa eólica -más económica en la región del viento- y preserve un patrimonio natural y cultural irremplazable en una región con marca mundial propia como es Patagonia. Un destino con mayor potencial ecoturístico del que recibe, actividad de la que viven miles de santacruceños.

En esa apretada síntesis, a la que se suma lo oneroso de una tecnología obsoleta descartada en el mundo por su alto impacto ambiental, que terminará costando aún más y que nació de la corrupción, podrían resumirse los conceptos contra las presas.

Si en la primera jornada abundaron los argumentos técnicos, jurídicos e institucionales que subrayaron conflictos de intereses-rechazados por el ministro-, en ésta última se apeló a la ética, al sentido común y a la sensibilidad de un gobierno que dice estar comprometido con el cuidado del ambiente: una pequeña bandera argentina desplegada en el estrado por una de las oradoras apeló con esos colores a la identidad del glaciar Perito Moreno, Patrimonio de la Humanidad, y a las aguas celestes y prístinas del río Santa Cruz, la cuenca que exploraron Darwin, Fitz Roy y Magallanes, hogar de los primeros pobladores en ese extremo sur. De allí sus 170 sitios arqueológicos poco estudiados.

Se escuchó también un pedido concreto a la Justicia para que "vele por los intereses superiores de la Nación y no por las equivocas acciones del gobierno de turno".

Si en la primera jornada primaron las adhesiones de funcionarios nacionales y provinciales junto a la de algunos expertos consultados por el gobierno, en el saldo final prevaleció por número un no categórico a las represas.

Fuera de protocolo hubo otra nota de color que esta vez provocó el aplauso cerrado del ministro Aranguren: una abogada ambientalista, Teresita Iturralde, entonó con su guitarra una canción dedicada al macá tobiano, el ave amenazada, endémica de Santa Cruz, que se extinguiría con las presas.

"En este mismo edificio se sancionó la ley que creó el Parque Nacional Patagonia para salvar al macá tobiano. Hace poco el ministerio de Ambiente lanzó el programa extinción cero. Y ayer mismo escuchamos aquí a personas firmar su acta de defunción", dijo Francisco González Taboas, de Aves Argentinas. "Les pido a los funcionarios no más ambigüedades y que nos integremos a un mundo que valora, protege y conserva su ambiente y no al mundo de China que ya destruyó todas su cuencas".

Al modificar su hábitat, el riesgo de que desaparezca el macá fue certificado por el doctor del Conicet Ignacio Roesler, abocado a su estudio. Precisó que sería el cuarto tipo de macá en extinguirse, luego del macá andino, el de Alaotra y el de Atitlán.

Además de menciones a la encíclica Laudato si, que calificó a la energía hidroeléctrica de vetusta y descartada por los países que preservan sus ambientes, la noción de progreso y de prosperidad quedó asociada a la de sustentabilidad, en un contexto de cambio climático y de crisis de extinciones.

El mensaje de los ambientalistas fue claro. Y así pidieron también conocer qué funcionario será responsable por "el desastre ambiental por dos megarrepresas a 2300 km de donde está el pico de consumo eléctrico".

Ahora el gobierno deberá analizar los dictamines no vinculantes por parte de las comisiones de Energía y Medio Ambiente del Senado y de la Cámara de Diputados. Contestará objeciones y se presentará a la Justicia para que permita reanudar las obras. Como se consignó ayer, prevén que estarán en condiciones de hacerlo en septiembre.

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