viernes, 10 de noviembre de 2017

Por día, 1.320 toneladas de residuos van a los basurales

Se trata del 40 % de la generación domiciliaria de toda la provincia. El 73,5 % de las localidades usa esa disposición final. El resto termina en enterramientos. Faltan políticas públicas para revertir la situación.

por Diego Marconetti

El problema del destino de los residuos sólidos urbanos (RSU) se extiende por toda la provincia de Córdoba: el 40 % de lo que se genera por día termina en basurales a cielo abierto. Se trata de 1.320 toneladas diarias que son arrojadas a predios sin ningún tipo de tratamiento.

Los datos se desprenden del Diagnóstico Ambiental de la Provincia de Córdoba, realizado por un equipo coordinado por Marcelo Tavella, director del Centro de Investigación y Transferencia en Tecnologías y Estrategias para el Desarrollo (Cited), de la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional, y por Alberto Ferral, director de la cátedra Unesco y de las licenciaturas en Gestión Ambiental y en Higiene y Seguridad Laboral, de la Universidad Blas Pascal.

El estudio se enmarca dentro de las obligaciones de la Ley de Ambiente, y se debe realizar uno por año. Toma datos brindados por el Observatorio Nacional para la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos. De allí se obtiene que en la provincia de Córdoba se generan 3.300 toneladas por día de residuos, con un promedio por habitante de 1,011 kilogramos y una tasa de crecimiento anual superior al 0,3 %. “En 16 años, la producción per capita de residuos ha aumentado más de un 46 %”, afirma el Diagnóstico, tomando como referencia que en 2000 la tasa de generación diaria por habitante era de 0,69 kilogramos.


Ante estos números, los especialistas encontraron que el tema es uno de los más preocupantes para los intendentes cordobeses. “Este aumento considerado, junto con la ausencia de políticas integrales de gestión de residuos y la poca profesionalización de las actividades de los gestores de residuos sólidos, tanto técnicos como económicos, explica la fuerte importancia que los jefes y funcionarios le asignan al problema”, se señala.

Disposición
El problema no es la recolección, ya que el estudio arroja que hay un sistema adecuado con frecuencias que oscilan de tres a seis veces por semana.

El mayor problema es la disposición final. “Si bien la Provincia cuenta con un programa para el cierre, remediación y rehabilitación de basurales a cielo abierto, su existencia es numerosa, estimándose que más del 40 % del total de los residuos generados son inadecuadamente dispuestos”, afirma el diagnóstico, sobre datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable.

En ese sentido, la encuesta que realizaron los expertos arrojó que el 73,55 por ciento de los intendentes consultados afirma realizar limpieza y control de este tipo de basurales. Esto indica que, por lo menos en este porcentaje, existe la presencia de este tipo de sistema de disposición final, “pudiendo ser a su vez mayor, ya que en este caso sólo se afirma que se brinda algún tipo de servicio respecto al tema, y no la cantidad que disponen”.

Para simplificar, el Diagnóstico advierte que más del 73,55 % de las localidades cordobesas utiliza basurales.

La situación se vuelve más crítica si tenemos en cuenta que en dichos lugares se observa la presencia de personas realizando tareas de recuperación de materiales en condiciones inadecuadas, incluyendo el trabajo de menores”, remarcan los especialistas, liderados por Tavella y Ferral.

El diagnóstico advierte una concentración de basurales a cielo abierto en las Regiones Naturales de Pampa de Achala y Sierras del Sur, que se extienden por los departamentos turísticos como Punilla, Santa María y Colón.

Pocas herramientas
Otro punto preocupante que surge del Diagnóstico es que más de las mitad de los municipios y comunas encuestados no dispone de un área dedicada a los residuos sólidos urbanos. Tampoco poseen, en su mayoría, legislación acorde para enfrentar la situación.

Por eso, consideran necesario generar instancias de fortalecimiento institucional para implementar un plan de gestión integral de los RSU. Y, en ese sentido, dotar de instrumentos legales regionales que lo promuevan.

Qué hacer
En el Diagnóstico, el equipo encabezado por Ferral y Tavella afirma: “Resulta fundamental fortalecer la implementación de una política de supervisión e inspección de los predios destinados a la disposición de residuos en sus tres etapas: la construcción, funcionamiento y cierre”.

También aconseja la profundización del proceso de regionalización de los residuos, mediante el desarrollo de distintas instalaciones que permitan una gestión sustentable a nivel regional, “pudiendo así las localidades pequeñas trabajar con sus pares en la materia y llegar a una mejor solución”.

Por último, se recomienda fomentar el desarrollo de la valorización de los residuos, incentivando las políticas ya existentes, fortaleciendo los mercados de materiales reciclados y los procesos de recuperación de los residuos, e implementando técnicas de separación de origen.

Alerta por los residuos peligrosos

Los datos del Diagnóstico Ambiental de la Provincia de Córdoba ponen en evidencia una situación delicada: la mayoría de las localidades no tiene legislación propia sobre residuos peligrosos e industriales.

La situación se torna crítica en aquellas localidades industriales y agroindustriales donde sólo el 30 % dispone de legislación, lo que hace necesario subsanar esta vacancia”, remarca el estudio.

En una encuesta que se envió a intendentes y jefes comunales, el 82,6 % de los consultados respondió que no poseen registros de generadores de desechos peligrosos, el 11,6 % respondió que sí, mientras que un 5,8 % desconoce el tema.

Los especialistas marcan que esto es un problema netamente de gestión, ya que el Gobierno provincial dispone de un listado con los distintos operadores de desechos industriales, que pueden recibir esos desechos, y existe legislación que permite clasificar aquellos residuos considerados como peligrosos.

Otro punto sobre el que se alerta es la falta de recolección de residuos patógenos en las ciudades más chicas.

Un problema que Córdoba nunca ha priorizado


por Fernando Colautti

Se llama “informe anual sobre el estado del ambiente en la provincia”. Es un diagnóstico y nuevo aporte que la flamante ley 10.288 exige en Córdoba. Pero su lectura no arroja novedades ni precisiones que no se tengan ya por conocidas. En todos los rubros vinculados con la problemática ambiental que aborda acumula sobre todo generalidades y relevamientos de datos preexistentes. En ese marco, el del escaso tratamiento de los residuos es identificado como uno de los pasivos ambientales más relevantes de Córdoba. Y, a esta altura, resulta una obviedad.

Dos tercios de las localidades cordobesas arrojan sus desechos a contaminantes basurales a cielo abierto. Representa al menos el 40 por ciento del volumen de desechos que generamos los cordobeses. Si ese dato supone que el otro 60 por ciento tiene buen destino, el diagnóstico estará errado, porque sostener enterramientos donde todo termina mezclado y simplemente acumulado (aunque tapado a la vista) no representa un destino virtuoso.

En el mundo, se asume que la salida más sustentable es la reducción del volumen. Para eso, se requiere separar y clasificar los desechos para reutilizar la mayor parte posible. Córdoba registra un ostensible atraso en esa materia: un informe de este diario concluyó, hace un mes, que de los 2,2 millones de habitantes de las 20 mayores ciudades, no más de 100 mil tienen recolección diferenciada y organizada para optimizar la clasificación y el reciclaje. Si se suma el resto del mapa, el porcentaje baja aún más: menos del cinco por ciento de la población cordobesa separa sus desechos en domicilio.

De los 3,4 millones de kilos de basura que por día arrojamos los cordobeses sin preguntar por su destino, apenas una parte insignificante es hoy reutilizada.

Es mucho más lo que falta que lo que se hizo ante ese pasivo ambiental.

En las últimas dos décadas, la Provincia insistió con crear vertederos regionales que concentren el tratamiento por zonas. Tampoco tuvo avances notorios: hoy tienen plantas de ese tipo cinco de los 26 departamentos (San Javier, San Alberto, Calamuchita, General Roca y Roque Sáenz Peña) y no en todos los casos funcionan como se había planificado. El gravitante Gran Córdoba, así como las ciudades de Villa María y Río Cuarto, tienen hoy enterramientos que distan tanto de los basurales a cielo abierto como de los modelos a los que se debiera aspirar.

El gran resto deambula entre el nulo tratamiento y los anuncios de proyectos por venir.

Nos contamina, nos atrasa y nos empobrece

Muchos países obtienen recursos de la basura, pero hace falta inteligencia, inversión y trabajo en serio para eso.

por Virginia Guevara

En Capital y en el interior, sean pueblos o ciudades importantes. Desde el cesto domiciliario a los desperdicios industriales y desde cada uno de los vecinos a las máximas esferas del poder público. En cada una de las etapas en que se producen, transportan y tratan los residuos, los cordobeses tenemos un problema grave y extendido con la basura que generamos.

Es un déficit ambiental serio, que quita calidad de vida, arruina espacios públicos y contamina áreas de todo el territorio provincial, incluidas las turísticas.

Pero que además atrasa décadas en términos sociales: el descontrol de la basura supone la pérdida de muchas oportunidades laborales y económicas. Y en paralelo genera un gasto inútil y creciente a los presupuestos municipales.

Se trata de un verdadero problema público, y lo real es que las políticas de Estado sobre la basura tardan demasiado en aparecer y mucho más en llevarse a la práctica. Hasta la información y los indicadores confiables al respecto suelen ser escasos. Por esa razón dedicamos el Primer plano de hoy a datos oficiales sobre los residuos: el Diagnóstico Ambiental de la provincia de Córdoba, que asume que la basura constituye el principal y más extendido déficit en materia de sustentabilidad.

Asumirlo es importante: no hay otra manera de encarar el desafío educativo y organizativo mayúsculo que para cualquier sociedad representa la basura.

La inteligencia, la inversión y el esfuerzo que los países más desarrollados aplican a las tareas de separar en origen, reciclar y valorizar la basura es enorme y genera resultados asombrosos. Al punto de que muchos obtienen ganancias de los residuos, porque con ellos generan energía.

Los cordobeses, como buena parte de los argentinos, hasta ahora sólo obtenemos problemas crecientes y pérdidas económicas de la basura.

Es algo que se puede revertir. Claro que hacen falta inteligencia, inversión y un Estado capaz de convencer e involucrar a toda la población.
Fuentes:
Diego Marconetti, Por día, 1.320 toneladas de residuos van a los basurales, 10/11/17, La Voz del Interior. Consultado 10/11/17.
Alerta por los residuos peligrosos, 10/11/17, La Voz del Interior. Consultado 10/11/17.
Fernando Colautti, Un problema que Córdoba nunca ha priorizado, 10/11/17, La Voz del Interior. Consultado 10/11/17.
Virginia Guevara, Nos contamina, nos atrasa y nos empobrece, 10/11/17, La Voz del Interior. Consultado 10/11/17.

No hay comentarios:

Publicar un comentario