martes, 12 de diciembre de 2017

Colazo: el pueblo cordobés que se hunde en el agua

Casi la mitad de las viviendas quedaron destruidas por la presión del agua en los cimientos. Foto: Comuna de Colazo

El ascenso de las napas freáticas dañó la mitad de las casas de esta ciudad a 134 kilómetros de la capital provincial; peligran la capilla y varios edificios públicos.

por Gabriela Origlia

CÓRDOBA.- Cinco bombas funcionan cuatro horas por día -extrae cada una 300.000 litros de agua- para que Colazo no se hunda. La mitad de las casas de este pueblo del sudeste cordobés de 1600 habitantes están agrietadas y con problemas por la suba de las napas freáticas. Hace un año, las calles eran ríos y los vecinos improvisaban pasarelas para poder transitar.

En el departamento Río Segundo, a 134 kilómetros de la capital provincial, el pueblo -que vive de la actividad agrícola y de la industria maderera- sufre el problema del ascenso de las napas freáticas que afecta al sur de Córdoba, hacia el límite con Santa Fe y a regiones de San Luis, La Pampa y Buenos Aires.


Un relevamiento de la profundidad en la Estación Agrometeorológica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Marcos Juárez desde los 70 muestra que pasó de casi 11 metros a menos de un metro en la actualidad.

De las 550 viviendas en la zona urbana, el intendente Rubén Sambucetti (Unión Vecinal) estimó ante La Nación que hay unas 220 con diferentes grados de afectación: "Algunas se derrumbaron, otras debieron ser volteadas por precaución y otras están en refacción". Para una casa de unos 140 metros cuadrados, un trabajo de fijación a través de pilotes cuesta unos $ 400.000.

Entre los edificios públicos dañados se cuentan la iglesia, la Municipalidad y el Concejo Deliberante. La sede del Banco Córdoba fue arreglada por la provincia. Sin asistencia ni del gobierno nacional ni del provincial, la comuna invirtió $ 1,6 millones para instalar las bombas y ejecutar el sistema de evacuación de agua que va hacia una laguna a unos siete kilómetros del pueblo.

Hoy habrá una nueva reunión de los vecinos para analizar cómo reconstruir la iglesia en el centro del pueblo y que está hundida unos 20 centímetros. Por el costo de la reparación se viene postergando la obra, pero el problema se agudiza.

Guillermo Recanatti, el cura párroco de Colazo, señaló que hasta ahora pudieron arreglar, "a pulmón, con la ayuda de la comunidad", el campanario de la capilla centenaria que está a unos tres kilómetros del pueblo: "Estaba fisurado, a punto de caerse. Se hizo lo urgente y, en un futuro, se reparará el resto de las grietas".

En cambio, en el templo parroquial del centro hay que construir pilotes y la obra demandaría cerca de $ 1 millón. "Venía cediendo y con la última inundación se complicó -agregó Recanatti-. Se usa igual porque, dentro de la desgracia, se hundió parejo y los expertos sostienen que no hay riesgos".

El geólogo Guillermo Skerman, que trabaja en la zona, explicó que el ascenso de las napas se registra desde hace medio siglo, pero que los daños edilicios empezaron a manifestarse hace unos tres, cuando el agua llegó cerca de la superficie.

"Las napas que estaban históricamente a 10 metros subieron y, a los tres, humedecieron los suelos que mientras están secos puede soportar la carga de construcciones, pero humedecidos sus características mecánicas cambian. Ni siquiera hace falta que lleguen a nivel de saturación, a los dos o tres metros el agua empieza a ascender por capilaridad", ejemplificó.

Un monumento en la plaza está hundido varios centímetros. Foto: Comuna de Colazo

Elvide Pasamonti, vecino de Colazo, tuvo que fijar su casa con pilotes: "Empezó a hundirse, primero medio centímetro y después más; las paredes empezaron a fisurarse, se resquebrajan los pisos porque la construcción presiona". Mencionó que la falta de cloacas hace que los pozos negros sean un factor más de complicación.

Colazo, para tratar de mejorar la situación, trabajó sobre la base de las experiencias de Marcos Juárez y Las Varillas (también en esta provincia), y avanzó gradualmente en el proceso. Hace un año instalaron las bombas depresoras de napa y, en una primera etapa, desaguaron a la calle hasta tanto se terminó la canalización bajo tierra hasta la laguna.

Hoy las napas están a unos tres metros de profundidad y llegan a 2,50 metros si llueve. En los campos, donde no hay bombas, están entre 1,60 y 1,40 metros. "Llegaron a estar a flor de tierra, a 20 centímetros", recuerda Sambucetti. Por la calidad del suelo -de tipo arcilloso- no usaron las típicas bombas arroceras; habrían socavado una caverna debajo del pueblo.

Para Skerman, la construcción de cloacas es una alternativa para avanzar en la solución. La otra es deprimir las napas con canalizaciones tipo circunvalación alrededor del pueblo. "Hay que verificar la relación entre el costo de la inversión y los beneficios antes de decidir".

Respecto de las construcciones, para las nuevas hay que diseñar fundaciones profundas. "La construcción clásica no va, hay que hacer estudios de suelos previos; en las que ya están dañadas sólo queda hacer refuerzos de fundaciones".

Ubicación de la ciudad

Colazo
Fundada en 1913 por Juan de Dios Colazo, la ciudad está sobre la ruta provincial N° 10, entre Villa de Rosario y James Craik

Pocos habitantes
Según el censo nacional 2010, 1634 personas viven en esta localidad agrícola y de producción maderera del departamento de Río Segundo

Para resolver la emergencia, habría que encarar obras integrales

Es la sugerencia de un trabajo efectuado por el INTA Marcos Juárez.

por Gabriela Origlia

CÓRDOBA.- El trabajo realizado por la Estación Agrometeorológica del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Marcos Juárez da cuenta de que en la última década, las napas freáticas en la zona sur de esta provincia subieron de 11 metros a menos de uno. El mismo problema, con distintas magnitudes, se registra también en diversas áreas de Santa Fe, Buenos Aires, La Pampa y San Luis.

Pablo Bollatti, Mercedes Bodrero y Fernando Escola, integrantes del Grupo Napas Marcos Juárez, son los autores del informe que plantea que en el ascenso de las napas inciden diversas causas, como la topografía (las tierras ubicadas en zonas deprimidas reciben aportes de agua por escurrimiento superficial y, aunque en menor medida, subsuperficial y la napa presenta más sensibilidad); ocupación y contenido hídrico del suelo (la presencia de vegetales consumiendo agua del suelo durante la mayor parte del año genera espacio para almacenar la de las lluvias que se infiltra), y profundidad de la napa.

Bollatti explicó a La Nación que por los datos que registra la localidad de Colazo (que no es medida por el INTA Marcos Juárez), en el área urbana las bombas están "haciendo su trabajo" mientras que el 1,60 metros de la zona rural "marca que no están consumiendo la cantidad de agua que sería necesario, deberían profundizar con cultivos de invierno".

Advirtió que en casos como este, el objetivo tiene que ser la construcción de la red cloacal. "Tener un pozo negro es como inyectar agua debajo de una casa a diario. Si el suelo impermeable está a 40 metros no pasa nada, pero si todos los vecinos hacen lo mismo, la napa que subía 40 centímetros al año lo hará dos metros y el problema será visible", ejemplificó el investigador.

El reporte señala que no puede atribuirse el aumento del nivel de la napa freática de largo plazo a aumentos en las precipitaciones, aunque sean un elemento clave. "La solución debe ser integral; hay que abordarla desde todos los ángulos", agregó Bollatti.

El planteo integral de sistematización, canalización y alcantarillado de una cuenca permite la evacuación ordenada de los excedentes hídricos en superficie. Esto reduce el anegamiento permanente y el deterioro de los suelos, así como los problemas que se registran tanto en las rutas como en las áreas urbanas, pero también se requieren cambios en la participación de los cultivos.

El incremento de la participación de gramíneas invernales y pasturas perennes conlleva a un aumento del consumo de agua, en la búsqueda de un equilibrio con los aportes de las precipitaciones en la región.

Fuentes:
Gabriela Origlia, Colazo: el pueblo cordobés que se hunde en el agua, 12/12/17, La Nación. Consultado 12/12/17.
Gabriela Origlia, Para resolver la emergencia, habría que encarar obras integrales, 12/12/17, La Nación. Consultado 12/12/17.

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