Friederike Otto,
subdirectora del Instituto de Cambio Ambiental de Oxford, ha
identificado áreas en las que se pueden reducir emisiones, pero cree
que los investigadores no pueden abordar el problema solos.
por Bob Berwyn
Friederike Otto,
subdirectora del Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de
Oxford, estudia la relación entre el calentamiento global y los
eventos climáticos extremos, como las olas de calor y las sequías
que destrozan cultivos.
A medida que
contribuye con nuevos hallazgos al Programa de Atribución
Meteorológica Mundial (WWA, por sus siglas en inglés), Otto ve cada
vez más evidente la necesidad de una acción climática inmediata.
Recientemente, la WWA estableció un vínculo entre los gases de
efecto invernadero en la atmósfera y las olas de calor y los
incendios mortales, que tuvieron lugar el verano pasado en Europa.
Todo esto ha hecho reflexionar a la científica sobre su propio papel
en la emisión de gases contaminantes.
"En
comparación con una persona promedio, mi huella de carbono es
horrible debido a los viajes aéreos”, admite a DW. "Por otro
lado, mi huella diaria es bastante pequeña porque vivo y trabajo en
Oxford. No tengo coche propio, nunca lo tuve, así que mis viajes
habituales son a pie o en bicicleta”, añade.
La tarea de
reducir las emisiones de CO2, sin embargo, no sólo se puede abordar
personalmente, según la investigadora. Su casa es un buen ejemplo.
Es relativamente nueva y cumple con las normativas británicas de
emisión, pero, según Otto, son muy débiles. Y eso a pesar de que
hoy en día es posible construir hogares neutros en carbono.
Coincidiendo con
otros científicas, subraya que el tema de viajar a las conferencias
es irritante. Volar largas distancias, varias veces al año, para
asistir a reuniones es parte del trabajo de miles de personas en su
campo. Estos intercambios son importantes para el progreso de la
ciencia, pero se podría hacer más para reducir los viajes,
incluyendo la mejora de las tecnologías de videoconferencia.
El uso de grandes
supercomputadoras para generar modelos climáticos complejos también
requiere un consumo energético intensivo. Sin embargo, estas
simulaciones son cruciales para entender el clima.
"Necesitamos
muchos de estos modelos para entender las incertidumbres. Pero se
podría hacer mucho más para aprovechar mejor las simulaciones ya
realizadas, en lugar de realizar constantemente nuevas. No hay
suficiente gente para analizarlas”, aclara Otto. Por ello, propone
que las organizaciones de investigación presenten solicitudes de
estudios basados en simulaciones de modelos existentes.
Muchas grandes
instituciones científicas ya están adoptando estas medidas. Pero
Otto cree que las instituciones de investigación podrían enviar una
señal aún más poderosa a través de la inversión estratégica
sostenible de recursos y capital.
"Para
conseguir una diferencia real, no creo que la investigación sea la
fuente más importante de carbono a la que hacer frente. Pero, por
supuesto, necesitamos cero emisiones de carbono, así que sería una
buena señal”, añade.
Fuente:
Bob Berwyn, Friederike Otto: “Mejores modelos computacionales climáticos y más videoconferencias contra el cambio climático”, 06/03/18, Deutsche Welle. Consultado 07/03/18.
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