jueves, 24 de mayo de 2018

El temor a caer en el agujero negro del déficit

A las obras de fondo para solucionar la emergencia en Villa El Libertador le faltan justamente esto: fondos.

Abajo del piso, no hay nada. A los vecinos de Villa El Libertador, que viven sobre una delgada cáscara de apariencia de suelo firme, no es fácil pedirles que confíen en un anuncio oficial.

Desde hace varias semanas, se movilizan otra vez en una campaña que exige “Cloacas Ya” para todo el barrio del extremo sur de la ciudad de Córdoba. Como todos los sectores que tienen obras comprometidas, pero no iniciadas por la Nación, temen quedar en el renglón de los gastos suprimibles para reducir el déficit estatal.

En un radio de 34 manzanas, está declarada la emergencia. Fue producto de lo mismo que hacen ahora: no quedarse esperando que lleguen las soluciones.

Más de un año atrás, la Justicia admitió el amparo de una decena de vecinos y puso sentido común a la batalla de jurisdicciones entre Provincia y Municipalidad para ver de quién era (y de quién no) el problema: es de los dos.

Desde entonces, la Provincia inició un ducto cloacal sobre calle Defensa, que estará terminado en octubre. Y la Municipalidad ordenó más de 12 mil desagotes, el paliativo que instruyó la Justicia para evitar más hundimientos de casas por el nivel de las napas freáticas.

Pero el ducto todavía no son las cloacas: para las conexiones domiciliarias hacen falta otros 300 millones de pesos, que pagaría la Nación vía el Ente de Obras Hídricas y Saneamiento (Enohsa) para todo el barrio que no está en emergencia.

En las 34 manzanas críticas, se haría uso de otros 150 millones de pesos del Banco Mundial y no sólo incluiría las cloacas, sino alumbrado, espacios verdes y mejoras dentro de los lotes.

La Municipalidad dice que ya hizo su parte, en los dos casos: envió los proyectos al Enohsa y al Banco Mundial y no recibieron objeciones técnicas. Pero los fondos no aparecen. Por esto, el intendente Ramón Mestre pidió a sus funcionarios de Redes que salieran a contener la desconfianza del barrio (que teme entrar en la reducción del déficit que tiene que operar la Nación) y que adelantaran algunos trabajos.

El financiamiento del Banco Mundial exige una contraparte del 30 por ciento de la Municipalidad. Y por ahí se empieza: ya se licitó el drenaje lineal para las manzanas de la emergencia, por unos 16 millones de pesos. Este sistema bajará el nivel de las napas freáticas hasta un 80 por ciento.

En algún momento, llegará el 70 por ciento del BM y se despertará el Enohsa, se esperanzan. Mientras tanto, la ampliación de Bajo Grande, que financian Provincia y Nación, sigue en obra.

Pero hay otras inversiones cloacales que están demoradas. Todavía no se pudo enviar la adenda al Concejo Deliberante para que se defina el destino concreto del aporte de más de 300 millones para mejorar la planta actual de Bajo Grande al que está obligada Corporación América en compensación por la plusvalía que obtiene de la explotación del predio del ex Batallón 141.

El grupo Eurnekian tampoco puso primera en otro compromiso: una nueva conexión desde el parque Sarmiento hasta barrio San Vicente, desde donde se empalmará con la estación depuradora cuando esta amplíe su capacidad. Esto en compensación por la enorme fortuna de que, justo en uno de los límites de su perímetro, la avenida Cruz Roja, pasa una cloaca máxima, construida por la Provincia, que permitirá la conexión de todo el desarrollo inmobiliario a la red.

Fuente:
El temor a caer en el agujero negro del déficit, 20/05/18, La Voz del Interior. Consultado 24/05/18.

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