domingo, 28 de julio de 2013

Los siete pecados en la construcción de presas

por Andrea Kraljevic, Jian-hua Meng y Patricia Schelle


"Nadie pone a prueba la profundidad de un río con ambos pies"
Proverbio africano

Hace quince años, la Comisión Mundial de Represas (WCD) comenzó una revisión independiente de la eficacia de las grandes presas, evaluando alternativas, y elaborando directrices prácticas para la toma de decisiones. El "Marco para la Toma de Decisiones" resultante, fue recibido con una amplia gama de sentimientos y reacciones: desde una gran satisfacción y entusiasmo, pasando por el reconocimiento general de los principios formulados pero rechazo de las conclusiones, hasta la plena oposición y rechazo. Sin embargo, en los últimos años, muchas de las principales recomendaciones vienen ganado fuerza y son ampliamente reconocidas. En 2011, la Asociación Internacional de Energía Hidroeléctrica publicó el Protocolo para la Evaluación de la Sustentabilidad en Hidroelectricidad, el cual incorpora y operacionaliza muchas de las ideas de la WCD. Los gobiernos han incorporado elementos de las recomendaciones en sus procesos de planificación y permisos, y los bancos los han incluido en sus garantías y directrices de préstamos.

Sin embargo, en los 13 años transcurridos desde que la WCD publicó sus hallazgos, muchos proyectos de presas todavía siguen un camino equivocado -la presa más notoria en las noticias del momento es la de Xayaburi, en Laos, en el cauce principal de la parte baja del río Mekong. Pero Xayaburi no está sola- en todo el mundo, las presas proceden sin la debida consulta, gestión de riesgos, o la consideración por los ecosistemas naturales en los que se sustentan tanto presas como personas. Este informe pone de relieve los errores comunes en la construcción de presas -los siete pecados por así decirlo- y se identifican algunos de los proyectos que siguen adelante en la actualidad (aunque pueden haber comenzado hace muchas décadas) y que, a pesar de todo lo que se sabe acerca de las buenas prácticas y la sustentabilidad, todavía prueban las aguas con los dos pies.

1. Introducción
El acceso al agua potable, alimentos y electricidad son una necesidad básica, sin embargo, cientos de millones de personas no lo tienen. Cada año se estima que 3,5 millones de personas mueren como consecuencia de enfermedades relacionadas con el agua y 1.400 millones, el 20 % de la población mundial, no tenían acceso a la electricidad en 2009 (WWAP, 2012). En 2030, la demanda de alimentos se incrementará en un 50 %, y la demanda de energía procedente de fuentes renovables, incluida la energía hidroeléctrica, se elevará en un 60 % (WWAP, 2012). Sin embargo, si el uso del agua no se hace más eficiente, la demanda superará el 40 % en 20 años (PNUMA, 2011). En la actualidad, más de 1.400 millones de personas viven en cuencas fluviales donde el consumo de agua deja atrás al nivel de recarga mínima (UN Water, 2013).

Los ríos han sido represados para satisfacer las necesidades humanas desde temprano en la historia, pero la construcción de grandes y muy grandes presas aumentó espectacularmente en la segunda mitad del siglo 20. Las presas se planifican y construyen, ya sea para un solo uso humano o para usos múltiples: almacenamiento y extracción de agua (sobre todo para uso agrícola, urbano y para consumo), energía hidroeléctrica, navegación y protección contra inundaciones.

De las cerca de 50.000 grandes presas, las de propósito más simple son utilizadas para sostener a la agricultura de regadío, seguida por la energía hidroeléctrica y el abastecimiento de agua (ICOLD, 2013). Si bien el riego no es el propósito principal de las presas, el sector agrícola es el de mayor demanda sobre los recursos hídricos, lo que representa el 70 % de extracción de agua dulce a nivel mundial (WWAP, 2012). A medida que la demanda de alimentos sigue creciendo, sólo puede ser satisfecha por una agricultura más productiva, idealmente a través de mejores prácticas de gestión, también a través de la expansión y el aumento de la irrigación.

La hidroeléctrica genera en la actualidad aproximadamente el 16 % de la electricidad consumida en el mundo, y representa el 86 % de toda la electricidad proveniente de fuentes renovables (IPCC, 2011). Aunque la mayoría de los países dependen de un cierto nivel de producción de energía en centrales hidroeléctricas, son China, Canadá, Brasil, Estados Unidos y Rusia, los que representan más de la mitad de la producción mundial (IPCC, 2011). Para el año 2035, se prevé que la producción de energía hidroeléctrica aumentará un 98 % en Asia y el Pacífico y un 104 % en África. En los países de la OCDE, ya se han desarrollado la mayoría de los recursos hidroeléctricos económicamente explotables, con pocas oportunidades para desarrollar proyectos a gran escala, por lo que se espera solamente aumentos modestos (US EIA, 2011). Hoy en día, la principal limitación a la expansión de la energía hidroeléctrica se ve generalmente en sus impactos ambientales y sociales (IPCC, 2011).


Los proyectos de presas habilitan, desencadenan, o suelen estar acompañados de cambios significativos de uso del suelo, desarrollo de infraestructura y cambios socio económicos. Mientras que las presas traen importantes beneficios socio económicos, también causan daños al medio ambiente, contribuyen a la disminución de la biodiversidad de agua dulce, y amenazan a los medios de vida de las personas en toda la cuenca, mediante la interrupción de los servicios ecosistémicos de agua dulce. El impacto de una presa puede incluir la inundación de tierras valiosas: hábitats, paisajes productivos, pueblos e infraestructura, cambios en los cauces de los ríos, calidad del agua, además del transporte de sedimentos y la fragmentación de los hábitats terrestres y acuáticos. Los impactos específicos de la energía hidroeléctrica provienen de la infraestructura adicional necesaria para la generación (por ejemplo, tuberías de presión, centrales eléctricas, estaciones de conmutación y líneas de transmisión), además de las operaciones típicas tales como el "pico" de generación, y el incremento del almacenamiento para las pocas horas de mayor demanda del día. Adicionalmente, los impactos ambientales y sociales de los proyectos de energía hidroeléctrica, incluyendo la posible liberación de carbono por la biomasa en descomposición, los enfrentan a un desafío para ser considerados sustentables (UNEP FI, 2010).


Una revisión global en 2005 encontró que casi el 60 % de los grandes sistemas fluviales del mundo se ven afectados por presas (Nilsson et al, 2005.); adicionalmente, solo queda un remanente de largos ríos de cauce libre en la tundra de América del Norte y Rusia, y en pequeñas cuencas costeras de África y América Latina (PNUMA, 2008). En 2006, sólo 21 de los ríos de más de 1.000 kilómetros mantenían una conexión directa con el mar (WWF, 2006) y algunas de estas conexiones están en proceso de ser cortadas, como en China, donde ha sido aprobada la construcción de varias presas en los ríos Salween (también conocido como río Nu) y Brahmaputra.

Los impactos variarán según las condiciones del sitio y cada proyecto debe ser evaluado individualmente. El impacto de una presa también depende del contexto: mientras que el impacto incremental de otro proyecto en una cuenca puede parecer insignificante en comparación con la construcción de la primer represa en un río que fluye libremente, el impacto acumulado de múltiples proyectos en una cuenca debe ser comprendido y tratado adecuadamente.

Se requiere de un enfoque sostenible en la planificación para el agua y la energía, con el objeto de evitar una mayor pérdida de biodiversidad a gran escala y los impactos socio económicos. El marco para la toma de decisiones esbozado por el Comisión Mundial de Represas (WCD) en el año 2000 ofrece un enfoque respaldado por el WWF. Una parte progresiva de la comunidad hidroeléctrica promueve una mejora continua hacia un desarrollo sostenible.

Un progreso significativo fue hecho por el Foro de Evaluación de la Sustentabilidad en Hidroelectricidad, que durante tres años desarrolló el Protocolo para la Evaluación de la Sustentabilidad en Hidroelectricidad (www.hydrosustainability.org), una herramienta ampliamente aceptada para medir y mejorar la sustentabilidad de los proyectos hidroeléctricos a través de una serie de criterios, identificando así sus fortalezas y debilidades. Es el objetivo del protocolo, y de interés colectivo, que los desarrolladores, reguladores, financistas y otras partes interesadas se adhieran a altos estándares de sustentabilidad.


2. Los siete pecados de la construcción de presas
A pesar de los muchos avances del pensamiento sostenible en las prácticas de planificación y gestión, en todo el mundo los proyectos de presas siguen caminos fundamentalmente equivocados. Algunas veces puede ser simplemente el bajo rendimiento en un aspecto único que desacredita todo el proyecto, pero otras veces hay una amplia gama de defectos y malas acciones. En el mundo actual, estos defectos, malas acciones, omisiones o fallos contra el medio ambiente natural y la sociedad, a pesar de toda la ciencia disponible, el conocimiento y un siglo de experiencias modernas, no son necesarios ni admisibles.

Este informe pone de manifiesto "siete pecados" en la construcción de presas. Abarca una amplia gama de aspectos de sustentabilidad, que se enumeran en cada sección y se definen en el glosario adjunto. Aunque estos aspectos derivan principalmente del Protocolo para la Evaluación de la Sustentabilidad en Hidroelectricidad, son igualmente válidos para otros tipos de presas y nunca deben ser ignorados.
Primer pecado: Construir en el río equivocado
Segundo pecado: Descuidar el caudal aguas abajo
Tercer pecado: Descuidar la biodiversidad
Cuarto pecado: Fallas por mala economía
Quinto Pecado: No obtener la licencia social para operar
Sexto pecado: Mal manejo de riesgos e impactos
Séptimo pecado: Seguir ciegamente la tentación de construir
Cada "pecado" se ilustra con un ejemplo de la vida real, donde una presa existente o en proyecto, no está cumpliendo con uno (y a menudo con más) de estos criterios. Estas presas fueron seleccionados por la red WWF.

Primer pecado: Construir en el río equivocado
No hay presa sin un impacto, y para una persona afectada a nivel local, la presa siempre va a estar en el río equivocado. Pero en el panorama general, es posible identificar los lugares que, aunque no son buenos, son menos malos que otros. Incluso el diseño y el funcionamiento ecológico más ambicioso y caro no pueden sanar completamente una elección errónea del lugar.

Un río puede ser el equivocado para construir una presa por muchas razones -construir una presa en un área de alta actividad sísmica es un riesgo fácilmente evitable. Pero los ríos pueden ser los equivocados por razones menos tangibles. Para preservar los ecosistemas de agua dulce viables, los sitios de alto valor de conservación en los sistemas fluviales deben ser identificados y priorizados para su conservación. En pocas palabras -estos sitios deben estar fuera del alcance de desarrollos hidroeléctricos (presas). Hay varias herramientas disponibles para identificar sitios con prioridades de conservación, y es fundamental que este tipo de evaluaciones se realicen a escala de cuenca. La Comisión del Río Mekong, por ejemplo, trabajó en conjunto con WWF y el Banco Asiático de Desarrollo, para elaborar una Herramienta Rápida para toda la Cuenca de Desarrollo Sostenible en Energía Hidroeléctrica (RSAT), que puede ser utilizada por las partes interesadas, tales como los organismos gubernamentales y reguladores, organismos de cuenca, desarrolladores, instituciones financieras y grupos de la sociedad civil. La herramienta utiliza la información social, ambiental, cultural, económica y financiera existente de una cuenca fluvial para hacer una evaluación rápida, informar y orientar la toma de decisiones.

Aspectos de la sustentabilidad tocados:
  • Emplazamiento y diseño
  • Ríos y tramos de alto valor de conservación
  • Evaluación y gestión ambiental
  • Impactos acumulativos
  • Evitar-minimizar-mitigar-compensar
  • Gobernabilidad
  • Patrimonio
  • Evaluación de impacto social
  • Reasentamientos
  • Cambios económicos
  • Consentimiento previo, libre e informado (CLPI)
  • Grupos sociales vulnerables
  • Capacidad local
  • Aceptación y compromiso de la comunidad
  • Actividad sísmica
  • Ríos de cauce libre

Estudio de caso: Ampliación de la Planta de Energía Kaunertal


Ríos: Gurgler y Venter Ache, Königsbach, Ferwallbach, Platzerbach, Austria
Propósito: hidroelectricidad, acumulación por bombeo, protección contra inundaciones
Tipo de proyecto: Cascada
Estado del proyecto: Planificado
Capacidad de ampliación: 900 MW
El depósito Gepatsch se construyó en 1961 en la cabecera del valle Kaunertal, Austria. La presa de 153 metros es una de las mayores centrales de Austria y es operada por Tiroler Wasserkraft AG (TIWAG). Hoy en día, esta zona está sujeta a una serie de planes de expansión que perturbarían zonas clasificadas en Austria como "santuarios del río" en 1998.

El proyecto hidroeléctrico planificado requiere un desvío de los arroyos de Venter y Gurgler Ache, cursos de agua de carácter muy prístino y alto valor ecológico, a través de un túnel de unos 25 kilómetros dentro del depósito Gepatsch. Una nueva presa de terraplén -en el valle alpino virgen de Platzertal- tendría 119 metros de altura y 450 metros de ancho. Los afluentes más grandes del Gurgler Ache y Venter Ache -tales como el Königsbach y Ferwallbach- se clasifican como ríos con estado ecológico excepcional, una distinción que sólo tienen el 14 % de los ríos austriacos (Schmutz et al., 2010). Estos afluentes tienen sus fuentes en el Gurgler Kamm, un área que fue declarada "Reserva de la Biosfera de la UNESCO" por sus valores ecológicos específicos.

La ampliación de la planta de energía Kaunertal cambiaría irreversiblemente una naturaleza casi virgen. Los hábitats afectados pertenecen a los más amenazadas de los Alpes y, por lo tanto, de más amplia importancia regional y nacional. A pesar de la masiva resistencia local, TIWAG todavía no ha cejado en sus planes.


Estudio de caso: Pequeñas Centrales Hidroeléctricas en Rumania


Ríos: Sambata, Sebes, Dejani-Lupsa, lado norte de las montañas Fagaras- Cuenca del río Danubio- Subcuenca del Olt, Rumania
Propósito: Hidroelectricidad y Certificados Verdes
Tipo de proyecto: Multiples centrales hidroeléctricas pequeñas en tres cuencas
Estado del proyecto: Parcialmente terminado, en construcción
Capacidad: Sambata 7,6 MW, Sebes 2,8 MW, Dejani-Lupsa 1,7 MW
La región montañosa del Danubio-Cárpatos, en Europa, es el lugar para un extenso manejo hidroeléctrico a pequeña escala. En Rumania, más de 411 pequeñas centrales se encuentran en diferentes etapas de la planificación/ autorización y construcción, y más de una cuarta parte de ellas están dentro, o en el límite de áreas protegidas. Cerca de 300 proyectos han sido aprobados a nivel nacional para su construcción. Los ríos Sambata, Sebes y Dejani-Lupsa, se encuentran en el lado norte de las montañas Fagaras, en los Cárpatos Meridionales, y se clasifican como zonas Natura 2000. Hace unos tres años, esta área protegida fue "invadida" por proyectos de pequeñas centrales hidroeléctricas (SPH)- 53 pequeñas centrales hidroeléctricas en 50 cuencas perturbaron este sitio Natura 2000 en 2012. Estas presas son sostenidas por fondos de la UE y de los certificados verdes asignados sobre la base de un plan nacional sin criterios ecológicos unificados.

Los ríos Sambata, Sebes y Dejani-Lupsa son tres ejemplos donde los pequeños proyectos hidroeléctricos se están desarrollando a pesar que la zona tiene estatus Natura 2000. Los problemas surgieron desde la fase de planificación, no hubo un proceso de ordenación del territorio, consulta pública adecuada, Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), ni se llevó cabo la evaluación de impactos acumulativos con otros proyectos de pequeñas centrales hidroeléctricas en la zona. En la mayoría de los casos, no se obtuvo la evaluación del proyecto requerida por Natura 2000 o el permiso de proyecto expedido por las autoridades de protección del medio ambiente, también fue ignorada la conectividad de la red de sitios Natura 2000. Y puesto que las instalaciones hidroeléctricas se consideran en el Anexo II de la Directiva de la UE para Estudios de Impacto Ambiental (EIA), las autoridades decidieron que las SHP no deben ser objeto de un procedimiento de EIA y lo retiraron en la etapa de proyecto.


En incumplimiento de la Directiva Marco del Agua (DMA) y las leyes rumanas, la construcción está afectando seriamente los cauces de los ríos y amenazando la conectividad longitudinal de los mismos, lo que afecta negativamente la condición ecológica del agua (según la definición de la DMA) y los servicios ecosistémicos. Una consecuencia adicional es que el suministro de agua disminuye poco a poco a las comunidades locales debido a los impactos sobre los acuíferos.

Estas presas también son culpables de:
Descuidar el caudal aguas abajo
Descuidar la Biodiversidad
Caídas económicas
No obtener la licencia social para operar
Mal manejo de riesgos e impactos
Sesgo hacia la construcción

Ver segunda parte

Nota:
La imagen debajo del título muestra un ave Whiskered tern (Chlidonias hybrida), aterrizando en su nido en el lago Skadar, Montenegro. La biodiversidad del lago se ve amenazada por un proyecto de presas en cascada, previsto aguas arriba del río Morača, que alimenta el lago.
Fuente:
Andrea Kraljevic, Jian-hua Meng y Patricia Schelle, Seven sins of dam building, marzo de 2013, WWF International- Freshwater Programme & WWF-Germany.

No hay comentarios:

Publicar un comentario