Por
primera vez uno de los responsables de un área clave en la mina
Veladero, que explota Barrick Gold, rompe el silencio. Con miedo a
perder su trabajo y preocupado por lo que está ocurriendo, cuenta
qué pasó el 13 de septiembre de 2015, cuando Veladero derramó
cianuro en la cuenca del río Jáchal. Cómo se vive desde adentro la
falta de control por parte del Estado, las condiciones precarias de
seguridad y el ocultamiento de información. Los perejiles
procesados.
Matías
no se llama Matías y pide resguardar su verdadero nombre. Teme
arriesgar su puesto de trabajo en Veladero, la mina que explota la
multinacional Barrick Gold. Desde algún lugar de San Juan, Matías
accede a hablar sobre lo ocurrido hace un año.
Matías
es uno de los tantos profesionales que trabajan a más de 5 mil
metros de altura para la minera canadiense que explota la Cordillera
desde 2004, aunque él fue contratado hace menos de tres años. Hasta
el 13 de septiembre de 2015 Barrick venía extrayendo oro y plata en
silencio, pero un WhatsApp alertó de un derrame.
Dice
Matías: “El mal manejo de información fue quizá lo peor, pero
bueno: son actitudes de la empresa corporativa”.
No es
un simple operario, pero tampoco tiene un puesto jerárquico. El rol
de Matías es monitorear los procesos de producción, en particular
la gestión de los residuos que se producen en la mina. Por eso, su
mirada es clave.
Dice
Matías: “Somos muchos biólogos, ingenieros, y personas jóvenes
que trabajan para acomodar las cosas como deben ser. Si tenemos que
meter en el sistema interno nuestro un acta de no conformidad, o
mandar al frente a alguien, lo hacemos: somos como la policía
interna”, describe.
Dice
Matías: “No me pongo la camiseta. Hago mi trabajo y mis compañeros
también. Y ninguno es un mercenario: trabajamos para organizarnos
profesionalmente, es bastante ético. Somos como la herramienta que
el mismo sistema generó para evitar que estas cosas pasen. Pero
pasó”.
Lo
dice Matías: pasó.
Millón
y la vista gorda
Lo
más importante que revela el testimonio de Matías es la falta de
control estatal a la mina Veladero.
Dice
Matías: “En mi caso, una sola vez al año viene la Secretaría de
Ambiente a controlarme”.
Esa
Secretaría fue allanada este jueves por el juez federal Sebastián
Cassanello para recolectar información sobre Veladero, tras la
noticia de un nuevo derrame
(http://www.lavaca.org/notas/nuevo-desastre-de-barrick-en-veladero-el-audio-de-la-asamblea/)
Matías
dice que la visgta gorda estatal empeora su trabajo: “Por mí que
vayan todos los meses. No tengo nada que ocultar y también me sirve
a mí para perseguir a uno que se mandó una cagada. Porque le puedo
decir: mirá, a mí me vigilan inspectores. Pero no, todos saben que
el control es mínimo”.
En
San Juan los límites entre los funcionarios estatales y las mineras
prácticamente no existen. Un ejemplo: el director de Hidráulica de
la provincia -es decir, quien controla el manejo del agua- es un ex
empleado de la Barrick Gold, Jorge Millón. Es la misma persona que,
de un lado del mostrador, firmó con el gobierno el plan hidráulico
que, ahora del otro lado, debe controlar. El plan ideado, firmado y
monitoreado por el mismo Millón –que, además, cuenta con ese
apellido- fija el canon que debe pagar la Barrick por el uso del agua
en cinco años de explotación en Veladero.
Correr
de atrás
Pero
esta historia es más compleja. El gobierno firmó en 2013 un
contrato con la ONU como contralor externo de Veladero. La UNOPS -así se llama la oficina local que tiene en Latinoamérica- tiene
como tarea monitorear el “desempeño ambiental de grandes proyectos
mineros”. Los resultados del trabajo de ese equipo fueron
desconocidos hasta diciembre de 2015. Tampoco se sabe cuál es su
responsabilidad en la prevención del derrame de un millón de litros
de solución cianurada.
La
UNOPS remitió a la prensa los hallazgos “preliminares” de un
estudio de urgencia, como reacción al derrame del 13 de septiembre.
El informe detalla el hallazgo de cianuro y metales en las zonas más
próximas a la mina, pero se encarga de indicar que no hay peligro
para el consumo humano.
A
contramano de cómo lo mostraron los medios, que hicieron hincapié
en la supuesta falta de peligro, la asamblea de Jáchal planteó que
el estudio confirma lo que venían denunciando: que la contaminación
existió
(http://www.lavaca.org/notas/agua-contaminada-y-potable-la-lectura-de-la-asamblea-de-jachal-del-informe-de-la-onu/).
La
UNOPS no solo realiza informes demorados sino que, según cuenta
Matías, tampoco controla: “La última vez subió en abril. El
invierno ha sido duro, de mucha nieve, y estuvieron un poco
restringidos para subir. No sé vi van a retomar”.
Derrame
en el Titanic
Matías
fue uno de los pocos que estuvo en la mina los días posteriores al
derrame de 2015. Para explicar qué pasó acude a un ejemplo: “El
Titanic no se hundió únicamente por pegarle al iceberg: hubo una
sucesión de eventos que provocaron el hundimiento. Acá pasó lo
mismo”.
Ni la
justicia lo dijo tan claro.
El
juez Pablo Ortija planteó que la causa del derrame fue la rotura de
una válvula, de la cual no se conoce su peritaje aún, un año
después.
Las
versiones que hacen pie en sospechas y fuentes secretas hablaron de:
- las temperaturas,
- un sismo,
- un error humano,
- la sobreexplotación de la mina.
Matías
incluye a todas: “Ese año hemos tenido una temperatura de 30
grados bajo cero. La válvula se congeló. Puede haber sido por
factores climáticos externos, y por alguna deficiencia en cuanto a
la revisión”.
Sigue
Matías: “Es una cuestión física: las piletas de lixiviación
tienen un terraplén de material molido, que se estabiliza por una
pendiente natural que la da el material. Como un alud, cuando un
sector no absorbe más humedad se mueve si se deslizara la montaña,
porque ya deja de actuar como un sólido; está saturado de agua y se
mueve. Ese movimiento de material hizo que la pileta desborde”.
Matías
resume: “La válvula moja el lugar, el material empieza a saturarse
de agua y eso genera que se salga de los dispositivos de contención”.
¿Cuál
fue el iceberg contra el que chocó Veladero?
Matías:
“El área de contención tenía levantada la compuerta”.
¿Qué
signfica ésto?
El
desastre. La compuerta es el último eslabón de seguridad que separa
al cianuro de la cuenca de agua.
El
eterno no retorno
A un
año sin otra versión oficial que la judicial, de la cual los
vecinos descreen, la Asamblea sostiene que el derrame fue producto de
la sobre explotación de la mina. Para compensar la pérdida de
facturación por precios internacionales, subieron el volumen de
producción.
Matías
sostiene: “El sistema hace que todo lo que se va poniendo en el
valle de lixiviación nunca deja de crecer. El material que se va
colocando no se remueve: se va acumulando cada vez más. Y todos los
años se va construyendo para que ese lugar sea más grande. Hay
sectores hechos para que se siga acumulando, y se estipula cuánto
van a tirar durante todo el año”.
¿Qué
pasa en esas fechas?
Matías:
“En septiembre no se puede construir, hay que esperar a octubre,
noviembre”.
La
Asamblea lee entre líneas un informe de la propia Barrick Gold que
figura en la causa judicial: allí se enumera un compendio de
máquinas retroexcavadoras y de construcción, utilizadas para
reparar el daño que dejó el derrame. “Si fue sólo una válvula,
¿por qué hizo falta tanto aparato?”, se preguntan.
Matías explica: “Cuando uno tiene una rotura de una cañería, solucionar ese tipo de problemas no es fácil y no es inmediato. Es una contingencia complicada. Para el arreglo lo que se hizo fue contener ese material y volverlo al lugar original. Se cortó la válvula y ese material se contiene ahí con una máquina”.
Opina
Matías: “Para mí, se tomaron las medidas correctas”.
Otra
de las preguntas de la Asamblea: ¿Es la primera vez que pasa?
Matías
responde: “En los años que yo llevo trabajando (menos de tres),
sí. Ha habido algún derrame interno, hacia adentro de las
instalaciones, pero hacia afuera fue el primero que yo conozco”.
¿Cuántos
litros fueron?
Responde
Matías: “No sé la versión total de litros porque no he visto
esos cálculos. Sí puedo decir que desde que se rompió hay que
calcular que el líquido quedó contenido en el sistema de contención
del valle; que saturó el material; que una vez saturado desplazó
los límites de contención y eso creó la cuneta o la acequia como
para que pueda empezar a salir por ahí. Además la compuerta estaba
abierta, tuvo que salir y de ahí llegar a un límite de no retorno.
Lo que pudo haber salido por la válvula no necesariamente es lo que
llegó al río”.
Arriesgá
un número.
Responde
Matías: “La peor situación planteada es 2.400.000 litros”.
El
problema de la solución
¿Qué
fue lo que se derramó?
Responde
Matías: “Solución cianurada. Es agua a la que se le pone una sal
de cianuro, que va pasando por la piedra lava -es como el jabón de
la ropa- y va trayendo el oro y eso va arrastrando los minerales. Lo
que tenés es una solución con cianuro, un poco de cianuro con oro,
un poco de cianuro con plata: era agua cianurada con los complejos
materiales que se utilizan. Naturalmente también hay mercurio en
esas rocas. Hay un proceso de arrastre de los materiales. Y hay otros
metales, pero no sé si se asocian con el cianuro”.
En
diversos estudios aparecieron además minerales como el cobre, zinc,
manganeso, arsénico, boro
(http://www.lavaca.org/notas/un-informe-una-nota-y-una-intimacion/)
Responde
Matías: “Entre los otros metales te puedo decir que había oro,
plata, mercurio, y el cianuro que puede quedar. Los otros metales no
son específicos, no puedo decirte si estaban”.
¿Qué
impacto tuvo el derrame?
Responde
Matías: “Yo confío en la versión de los informes de la ONU. Creo
que el impacto es local, que habla 2 mil metros de cuenca afectados,
y dice que el ecosistema se va a recuperar. Mis compañeros tomaron
las muestras y he tomado yo muestras y no he cambiado los resultados.
Y a mí no me va a comprar mi empresa. No le voy a mentir a mi novia,
a mi tía”.
Opina
Matías: “Para mí fue un accidente industrial como suele haber en
muchos lugares. Que hay responsables y hay cosas mal hechas, seguro”.
Dice
Matías: “Trabajamos con lo mejor que se puede, en las condiciones
que podemos”.
Tras
esta charla se conoció el nuevo desastre provocado por Barrick Gold.
Quién
elige a los perejiles
La
sentencia judicial procesa a nueve empleados de jerarquía menor de
Barrick Gold. Los vecinos de Jáchal dicen que los procesados por el
juez Oritja son los famosos “perejiles”.
Matías
responde: “Dijeron que los señalados eran gerentes, pero son
personas como yo, que tenemos responsabilidad en las áreas, pero no
tomamos las verdaderas decisiones. Pero hay que echarle la culpa a
alguien. Creo que la empresa se junta con las autoridades y buscan a
quién clavarle la cuestión penal, para que zafen los de arriba”.
Tras
el nuevo derrame, la planta de Barrick Gold quedó paralizada
preventivamente. Horas antes de conocerse esta noticia Matías
planteaba: “Veladero va a seguir porque ahí hay oro. Tarde o
temprano lo van a seguir sacando”.
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Fuente:
Se rompe la orden de silencio en Barrick: el derrame desde adentro, 15/09/16, lavaca. Consultado 16/09/16.
Dibujo por Chelo Candia, de la serie Un dibujo por día contra la megaminería, el saqueo y la contaminación.
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