El daño al agua y a los ecosistemas naturales del desastre de San Juan. Cianuro en el Riachuelo y niños enfermos en Venezuela por la misma megaminera.
El derrame de cianuro de la megaminera Barrick Gold en el río Blanco de San Juan el 13 de setiembre no produjo muertes humanas, ni siquiera casos de gravedad por ingesta de agua contaminada para los pobladores de Jachal y localidades vecinas dado que un operario envió a tiempo un mensaje de texto a sus conocidos informando la rotura de una cañería. El dato de viralizó por whattsapp y luego el gobierno de San Juan prohibió beber y hasta ducharse con agua corriente a los pueblos Angualasto, Malimán y El Chinguillo; admitiendo así, automáticamente, la contaminación de la mina de Veladero.
Sin embargo, poco se sabe del daño natural, ecológico, que más de una tonelada de agua cianurada provocó desde entonces en toda la biósfera del Río Blanco y sus desenvocaduras. Si bien no es un región rica en flora y fauna -es una región rocosa y rica en minerales, semejante derrame no pueder ser ‘tragado por la tierra’.
Más de mil litros de cianuro no pueden ser inocuas para ningún sistema natural. El Río Blanco es fuente de agua potable de varias poblaciones y vía comunicante de la Cordillera de los Andes con los ríos Salinas y Santa Cruz. La mancha siguió su curso.
Pese a que no hubo noticias de los hospitales con intoxicados, el agua es fuente de vida y el derrame de cianuro no es tragada así porque sí. El Río Blanco es habitado por seres vivos del reino vegetal y animal -la trucha marrón y todos los bichos de los que ella se alimenta- que han muerto con la contaminación de la Barrick Gold.
¿Qué organismo vivo puede tragarse una tonelada de cianuro? Y esos seres vivos, a su vez, pertenecen a un ecosistema. El daño ecológico es real. Más allá de empleados echados, gerentes echados y funcionarios corruptos imputados por la Justicia, la preservación del agua dulce -en momentos que escasea cada vez más- debe ser una política de Estado prioritaria.
Derrames, mentiras y video
Primero hubo una versión de 15.000 litros derramos de cianuro. La Barrick Gold informó, en un segundo momento, que se trataba de 224.000 litros de “solución cianurada” derramada. Luego tuvo que admitir a través de un comunicado oficial que, en realidad, que era una tonelada. “Hay varios daños, entre ellos uno comunicacional”, dijo el gerente de Comunicaciones de Barrick Argentina, Miguel Martín. Lo afirmó en serio.
Así y todo logró que el juez Pablo Orijta habilitara nuevamente las actividades en la mina Veladero, pese a la presión de pobladores de los pueblos que ‘se quedaron sin agua’, las organizaciones ambientales y algunos partidos de la oposición.
La megaminera insistió los últimos días que “no retirará sus inversiones” de San Juan y que no piensa en irse del país. El conflicto de la megaminería a cielo abierto tienen unos cuantos capítulos más garantizados.
El cianuro, en la esquina de casa
En los años ’90, el Riachuelo poseía niveles altísimos de concentración de cianuro. Un estudio ambiental de 1995 realizado por Alejandro Malpartida para la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), reveló entonces niveles de 10 micro g por litro, el doble tolerado por un ser humano.
Ese informe fue la base de un fallo de la Corte Suprema para ordenar la inmediata reparación ambiental y la creación de la fallida ACUMAR, con responsabilidades repartidas entre la Nación, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. La espera del seneamiento completo continúa.
La megaminería y las enfermedades en Venezuela
A todo esto, hace pocas semanas, en un pueblo de Venezuela, aparecieron numerosos casos de enfermedades de niños como consecuencia de la contaminación de las minas de una multinacional minera. ¿De cuál se trata? Vuelva a leer el título de esta nota.
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Fuentes:
Las muertes invisibles del derrame de la Barrick Gold, Los Despertadores. Consultado 28/09/15.
Dibujo por Chelo Candia, de la serie Un dibujo por día contra la megaminería, el saqueo y la contaminación.
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