miércoles, 18 de noviembre de 2015

El legado tóxico de Monsanto: Maíz genéticamente modificado

Hace más de 100 años que la empresa Monsanto opera en los Estados Unidos. Sin embargo solo recientemente ha salido a la luz el legado de tantos años de nefastas acciones del gigante químico y de semillas genéticamente modificadas con base en Saint Louis.

En un esfuerzo por documentar el legado tóxico de Monsanto, el fotógrafo Mathieu Asselin pasó tres años viajando por todo Estados Unidos capturando imágenes de las personas cuyas vidas han sido más profundamente afectadas, y en algunos casos destruidas, por la monstruosa empresa química que pasó a controlar gran parte de nuestro suministro de alimentos.


Maíz genéticamente modificado, Indiana 2013
En 1996, Monsanto presentó su primer semilla de un organismo genéticamente modificado (OGM), creado en un laboratorio. La corporación se aseguró que los agricultores no puedan guardar las semillas y, esencialmente, que perdieran la propiedad de sus semillas. En consecuencia, el equilibrio de poder se alejó de los agricultores a las empresas que ahora son dueñas de aproximadamente el 80 % de maíz transgénico y el 93 % del mercado de soja genéticamente modificada.

Ahora los agricultores no sólo tienen que comprar las semillas año tras año a las corporaciones, sino que también están obligados a cumplir con las reglas y regulaciones incluidas en los contratos, que están diseñados para poner a los agricultores en desventaja jurídica. Desde que fueron acusados ​​injustamente, Dave Runyon, Troy Roush y Moe Parr (un curador de semillas que fue demandado por Monsanto por "animar a los productores de soja genéticamente modificada a salvar su semillas") han viajado por el mundo hablando públicamente sobre las imprudentes prácticas comerciales dominantes de Monsanto.

El siguiente texto pertenece al libro "El Mundo según Monsanto" de Marie-Monique Robin:

1993: El casete artificial de la soja Roundup Ready
"Nunca olvidaré la primera vez que dije: nuestro negocio no es desarrollar el saber, sino productos. Se hubiera podido oír el ruido de una mosca, ¡estaban furiosos!". Quien así habla Richard Mahoney, que desde su nombramiento como presidente y director general de Monsanto en 1984 (puesto que ocupará hasta 1995), se propone agitar a las tropas de Uphoria. Acabada la época de la investigación a fondo perdido en la que se hace bricolaje con las petunias, el objetivo está claro a partir de ese momento: ¡fabricar plantas transgénicas que producirán dinero!. Clasificado por la revista Fortune como uno de los "jefes más duros de Estados Unidos", Mahoney es un hombre de negocios sin complejos que no duda en declarar: "Las excusas y las tergiversaciones están pasadas de moda. Lo único que cuenta es lograr el propio objetivo a tiempo".

Sometido a un estrés sin precedentes, el equipo de Ernest Jaworski comprende que el éxito del laboratorio es una cuestión de vida o muerte y que un fracaso significaría la victoria de los químicos puros y duros. A partir de ese momento toda la investigación se concentra en la producción de plantas resistentes al Roundup, que diez años después de su lanzamiento se ha convertido en el herbicida más vendido del mundo. Además, el implacable jefe no ha dejado de recordar que en 2000 la patente que garantiza el monopolio sobre los derivados del glifosato pasará a domino público y que los OGM, a los que pronto se les llamará "Roundup ready" (literalmente preparado para el Roundup), serían un buen medio de adelantarse a los fabricantes de genéricos. ¡Eso sí que es un objetivo concreto! Jaworski está en la gloria porque, al fin y al cabo, ésta era su idea de partida: manipular las plantas para que sobrevivan a las fumigaciones de herbicida, que, por lo tanto, se podrá pulverizar en cualquier momento sobre los cultivos (de maíz, soja, algodón o colza y -¿por qué no?- de trigo) para destruir únicamente las malas hierbas.

Mathieu Asselin
Mi interés por Monsanto comenzó hace cinco años a raíz de unas conversaciones con mi padre. Comencé una investigación meticulosa, investigando materiales de archivo, recolectando recuerdos de Monsanto y estableciendo contactos con varios investigadores que trabajan en áreas relacionadas.

Este proyecto es una ventana hacia el pasado y el presente para entender mejor el futuro de esta multinacional. Quiero exponer las actividades irresponsables y perjudiciales de Monsanto. Muchas son apenas conocidas por el público. Mi intención es sensibilizar a la población en un momento en que estamos decidiendo el futuro de quién y cómo tendrá el control de los alimentos, y de qué manera nosotros, como consumidores, vamos a relacionarnos con ellos.

Mi proyecto fotográfico investiga hitos clave en más de 100 años de historia de Monsanto, documentando las comunidades donde las vidas fueron afectadas drásticamente por las políticas inescrupulosas de esta corporación.


Durante los últimos tres años he viajado extensamente alrededor de los Estados Unidos. Fui a Alabama, West Virginia y Missouri para documentar las comunidades ubicadas en las zonas contaminadas por Monsanto. Los residentes de estas áreas padecen una mayor incidencia de cáncer.

En Pennsylvania y Ohio, fotografié hijos de veteranos estadounidenses de la Guerra de Vietnam, cuya salud se ha visto afectado por la exposición de sus padres al Agente Naranja.

Me reuní con familias de agricultores de Maine e Indiana: sus negocios estaban en peligro por las leyes de infracción de patente de Monsanto sobre las semillas transgénicas.

El proyecto combina retratos ambientales, paisajes y materiales de archivo.

Asselin tiene previsto terminar su proyecto titulado "Monsanto: Una Investigación Fotográfica" con visitas tanto al Hospital Tú Dú de la ciudad de Ho Chi Minh City, en Vietnam (para ver de primera mano las consecuencias del uso del agente naranja de Monsanto durante la guerra de Vietnam); así como también el Banco Mundial de Semillas de Svalbard, en Noruega, donde las semillas de todo el mundo se almacenan en un plan de copia de seguridad, debido a la proliferación de semillas genéticamente modificadas. Asselin está recaudando dinero con la esperanza de hacer estos viajes.

¿Qué se siente cuando Monsanto llama a tu puerta en la oscuridad de la noche pidiendo ver tus registros comerciales y amenazando con demandarte? Descúbrelo con este en mini-documental de Mathieu...


Podés hacer clic en este enlace para apoyar financieramente el proyecto de Mathieu.
A Legacy of Destruction: Monsanto’s Dark History Exposed in Stunning New Photo Essay, 27/09/14, Althealth Works.
Marie-Monique Robin, El Mundo según Monsanto, Ediciones Península 2010, pg s 211 y 212.

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